En algún momento de mi infancia la mejor parte del día era cuando comenzaba una caricatura titulada Los misterios de Moville, en la que se presentaban historias de misterio para niños que se caracterizaban por los finales sumamente inquietantes en los que se confirmaba, en los últimos segundos, la teoría descabellada que desencadenaba la trama. Imagino que entre 1955 y 1965 el mejor momento del día de algún niño era cuando se topaba en la televisión con Alfred Hitchcock Presents, serie conducida por el “maestro del suspense” quien tras una breve e irónica introducción, presentaba pequeñas historias extrañas muchas veces basadas en relatos terror y suspenso.

No es secreto que Hitchcock tomaba inspiración en obras literarias (ahí está Extraños en un tren o Psicosis, por mencionar algunas de las más conocidas) y con ese entusiasmo por la literatura, también se encargó de compilar algunas antologías de cuentos. Blackie Books se dio a la tarea de recopilar desde hace dos años los mejores de estos relatos en dos volúmenes cuyos títulos evocan la icónica serie de televisión.

Retomando el diseño de la portada original de 1973, Alfred Hitchcock presenta: Cuentos que mi madre nunca me contó (Blackie Books, 2021) reúne veinte relatos entre los que encontramos plumas reconocidas de las que brotan desde turistas que descubren que alargar sus vacaciones no es tan buena idea (Shirley Jackson), hasta el terrible misterio que esconde una ráfaga de viento (Ray Bradbury); así como descubrimientos invaluables que nos muestran los límites de la frustración laboral (Zena Collier) o la razón de que algunos niños malcriados nos parezcan verdaderos demonios (Jane Rice).

Destaca, por ejemplo, la referencia imposible de omitir de una de las escenas de mayor suspenso en Los pájaros -cuando Melanie Daniels está fumando frente a un parque infantil y poco a poco uno de los juegos va llenándose de cuervos- al relato de 1931 “Nuestros amigos los pájaros” de Philip MacDonald (a pesar de la completa inspiración de la película en la novela de Daphne du Maurier). Así como la preferencia de Hitchcock por las sensaciones de incomodidad que se muestra en la claustrofobia de “La tumba circular” de Andrew Benedict.

Por su parte, en Alfred Hitchcock presenta: Cuentos para leer con la luz encendida (Blackie Books, 2023), veremos diecisiete relatos que van desde el suspenso que termina por convertirse en terror puro y duro como en “El pueblo del miedo” de Ellery Queen donde un hombre termina varado en un pueblo del que lo único que sabe es que debe huir lo más pronto posible; hasta la ciencia ficción de “El apocalipsis de la señorita Pinkerton” de Muriel Spark donde un ovni irrumpe en la cocina de una especialista en porcelana.

Pasando por el infierno en que se puede convertir el trato vecinal -tema del que era especialista Shirley Jackson- como en “Extraños en el pueblo”; una venganza que forma parte de una rutina sexual de “Variaciones sobre un juego” de la extraordinaria Patricia Highsmith; o una pensión de la que cualquiera se arrepentiría de entrar en “La patrona” de Roald Dahl, relato que fue adaptado para uno de los episodios del programa de televisión de Hitchcock.

Con sus obras, Alfred Hitchcock deseaba transmitir placer, el placer de despertar de una pesadilla. Sudar y dudar de haber despertado, sus historias favoritas nos transportan a esos sentimientos primitivos de supervivencia. Y es esa adrenalina la que nos vuelve adictos al suspenso y al terror porque nos encanta sentir que no hay escapatoria para por fin pasar la página y corroborar desesperadamente que la realidad dista mucho de los rincones más ocultos de la mente.

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