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Los cuentos favoritos del mago del suspense: Alfred Hitchcock
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Desde hace algunos años mi obsesión por los libros de misterio me ha llevado a coleccionar algunas primeras ediciones o rara avis de ciertas obras cuyo valor casi siempre es más sentimental que monetario. Así comenzó lo que más tarde sería mi carrera como book hunter buscando entre tianguis de chácharas, librerías de viejo y puestos de periódicos ejemplares de otras épocas.

De esta forma descubrí varias de las antologías «compiladas» a lo largo de los años por el mago del suspenso, la última que llegó a mis manos; Alfred Hitchcock presenta: Cuentos que mi madre nunca me contó traducidos por Haizea Beitia y editada este 2021 por Blackie Books, publicada originalmente en 1965 por la editorial norteamericana DELL BOOK. En esta nueva edición están reunidos una veintena de autores, algunos de ellos, hoy en día, consagrados en el género del cuento como: Ray Bradbury, Shirley Jackson, Roald Dahl, Jane Rice, Margaret St. Clair.

Cuentos que mi madre nunca me contó es una recopilación interesante de relatos de gran nivel, mismos que, destilan misterio y suspense de diversa calidad, aunque eso sí, la gran mayoría son de corte fantástico, pero con finales exquisitos, redondos, fulminantes algo que uno como ferviente y quisquilloso lector en horas de oficina, agradece.

De entre los veinte cuentos uno de los mejores, sin lugar a dudas, es; “Los veraneantes”, texto que genera una sensación de incomodidad conforme avanza la historia, al grado que, ese final podría catalogarse o definirse como algo perturbador al dejarte una abrumadora incertidumbre. La pluma de Shirley Jackson engancha en las primeras líneas, sumerge al lector en su microcosmos seduciéndolo con una fina prosa hasta llegar a ese clímax que te deja con más preguntas que respuestas. Un desenlace cuyo cierre es difícil de olvidar.

También está “El ascenso del señor Mappin”, escrito por Zena Collier, en el que narra la historia del buen George Mappin, quien está a punto de cumplir su vigésimo aniversario en el Departamento de Hipotecas del bufete de abogados Trimble, Goshen & Webb, sin embargo, sus aburridos y monótonos días de oficina pronto estarán por cambiar arrastrándolo a una hecatombe de sucesos inesperados cuyas circunstancias lo obligan a actuar como jamás habría pensado.  Lo maravilloso de este cuento radica en la ansiedad que se produce a cuenta gotas, así como también en ese inesperado y bien logrado final que le da un giro totalmente distinto a lo que estaríamos acostumbrados. Algo que incluso el mismo Carver envidiaría.

Tal vez uno de los relatos que más me agradó descubrir fue “El ídolo de las moscas” de Jane Rice, debido a que, desde un inicio somos testigos del grado de maldad que un niño es capaz de encerrar. El pequeño protagonista termina por ser la peor pesadilla que jamás nadie desearía encontrarse. Rice, construye un personaje que causa grima mientras más conoce cada una de sus fechorías disfrazadas como travesuras de un párvulo inocente que, sin embargo, sabe sacar provecho de sus situación como , haciendo de la vida un propio infierno a todo aquel que le caiga mal. La simbología presente dentro del cuento le da ese giro impecable al relato que no dejará de sorprender a más de uno.

También está “Una casa muy convincente” de Henry Slesar, historia que parte de lo general a lo particular, en donde la casa de la vieja Sadie Grimes tiene un valor más allá del monetario, sin embargo, guarda un terrible secreto familiar. Slesar sorprende con una propuesta de relato con ecos a Henry James y Agatha Christie, además de ser un relato en que el manejo de los diálogos resulta ser envidiable ya que el lector no espera ni tampoco adivina ese fatal y sutil desenlace. 

El cuento con el que termina la compilación de relatos es una obra maestra en todo el sentido de la palabra ya que en él se mezclan de forma homogénea varios elementos como son el fanatismo, la ciencia ficción y lo sobrenatural, dando como resultado una joya memorable. En “El muchacho que predecía terremotos” escrito por Margaret St. Clair cierra el libro con broche de oro de una forma espectacular dejando al lector un gran sabor de boca al descubrir a Herbie y esta especie de don que tiene para hablar sobre sucesos o hechos que ocurrirán a posteriori, cosa que lo ha llevado a tener una pequeña participación en un programa de televisión, hasta que un día decide no volver a hablar de sus visiones, entonces todo cambia.

 La antología Cuentos que mi madre nunca me contó es un buen catálogo que cumple su función de introducir a la obra de diversos autores, ya que te da un panorama interesante sobre cada una de las diversas propuestas literarias cuyo dominio del cuento es asombroso y que todo lector apasionado a las historias de misterio, con crímenes, vendettas, sucesos paranormales y actos de magia puede llegar a disfrutar, con textos equiparables quizá a los compilados en Prohibido a los nerviosos o Mis suspensos favoritos, Los relatos favoritos del maestro del suspense sobresalen por el terror que entre sus páginas encierra, mismo que tiende a ser más psicológico que sobrenatural, al grado que, lo imposible y lo extraordinario se mezclan como el cianuro con el café, atrapando al lector desde los primeros relatos y dejando un buen sabor de boca.

Por último, tal vez Hitchcock no leyó en su totalidad cada uno de los cuentos antologizados en el libro, quizá tampoco supo que había relatos repetidos en otras de sus antologías a pesar de ser cuentos sumamente buenos como “El muchacho que predecía terremotos” o “La diosa blanca”, incluso algunos fueron publicados primero en la revista pulp Alfred Hitchcock’s Mystery Magazine, y es que, el cineasta más prolífico del cine negro llevaba una agenda bastante complicada, al tener que grabar tres veces por semana su famoso programa: “Alfred Hitchcock presenta”, dirigir alguna de sus muchas películas o incluso el tener que buscar qué novela podría adaptar, sin embargo, no por eso Cuentos que mi madre nunca me contó pierde valor, al contrario, muestra ese gusto de Hitchcock por los relatos que hoy en día siguen muy en boga, los protagonistas decadentes, los sucesos fantásticos al límite de lo paranormal, el crimen como una de las más bellas artes que ha surgido con la sociedad moderna. Una lectura que resulta fascinante como sus mejores películas.

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