Es común escuchar en la vida diaria dos posiciones frente a la historia: que se repite, el mito del eterno retorno nietzscheano, y que es magistra vitae, advierte Cicerón; ambas contradictorias entre sí, ya que si la segunda máxima fuese fáctica, no habría razón de existir de la primera. Sin embargo, el desarrollo histórico-social no es iterativo, puesto que cada periodo contiene características concretas que hacen que los fenómenos se configuren de cierta forma y, a partir de ello, adquieren su especificidad. Lo significativo responde ante la explicación e interpretación de los procesos sociales. Por lo demás, parece que nunca aprendemos del pasado y de los errores como sociedad.
Esta forma de estudiar la historia es una metodología dialéctica que, para fines prácticos, podemos señalarla como un modo de observar las contradicciones que acaecen en la vida social.[1] La historia contemporánea de México contiene los elementos anteriores y, dentro de cuestiones políticas, es una constante que genera diversos debates intelectuales, periodísticos, de opinión y dentro de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El punto de discusión es la cuestión democrática en el país, si cambió en el último siglo, qué avances y retrocesos existen; cómo se pueden explicar, cómo incide en la vida social y cuál es el futuro de la misma en México. Dentro de esta tesitura existe un tipo de consenso social contradictorio. La primera postura explica que los últimos 4 años de la vida política mexicana representan un retroceso a la década de los 70, cuando el Partido de la Revolución Institucional dominaba el Poder Ejecutivo y las gubernaturas; tenía mayoría en ambas Cámaras y, por lo demás, la competencia política y la alternancia a través de los comicios, en términos fácticos más no jurídicos, no existía. Además había un manto nacionalista tildado de populista. La segunda aduce a que el periodo neoliberal (1982-2018) llegó a su fin, en tanto la entrada en vigor de ciertas reformas constitucionales intentan cambiar el andamiaje jurídico y administrativo en el país.[2]
Las explicaciones anteriores no se pueden verificar en términos absolutos, puesto que hay diversos factores que cambian su configuración dentro de las actividades legislativas y del Poder Judicial. Además, los cambios históricos son de larga duración donde también hay permanencias. De esta forma, en el tiempo presente, la oposición política y el partido al mando del Poder Ejecutivo discuten diariamente. Los primeros los acusan de retrógradas y de ver un pasado glorioso mexicano en tres momentos: la Independencia (1810-1821), la República Restaurada (1864-1876) y la Revolución (1910-1920). Los segundos infieren que sus oponentes políticos solo velan por intereses personales en detrimento de la ciudadanía.
El actual sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dio cabida a una explosión de disyuntivas y problemáticas político-sociales, mismas que ya se venían cocinando, por lo menos, desde el cambio de siglo junto con la alternancia política en Los Pinos. También en las Cámaras de Diputados y Senadores hay una batalla constante por defender dos posiciones contradictorias entre sí. Por un lado, están los autodenominados de la Cuarta Transformación (4T) abanderados por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), junto con los partidos del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM). Por el otro está la oposición política agrupada en Va por México (VxM), donde están los partidos de la Revolución Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD); y, por su cuenta, Movimiento Ciudadano (MC).
El mundo académico intenta explicar por diversas vetas y posiciones sociológicas la situación política actual de México y no es exagerado decir que ríos de tinta han corrido para lograr este fin. Es difícil encontrar algún escrito equilibrado donde las cargas ideológicas y posturas personales no salgan a relucir. Por ello, el ensayo La casa de la contradicción (Taurus, 2022) de Jesús Silva-Herzog Márquez representa un esfuerzo intelectual donde ofrece una vía y condición de posibilidad para dibujar un panorama general sobre la política mexicana contemporánea, el posible significado político del presente sexenio y cuáles son los diversos escenarios que surgirán tras los comicios del próximo 1° de julio del 2024.
La democracia en la vida política
La democracia se presenta como el concepto bisagra dentro del pensamiento de Silva-Herzog Márquez para explicar la configuración de la política en la sociedad. La casa de la contradicción está dividido en tres rubros. El primero explica la incidencia de la vida democrática en la política de la historia Moderna (Siglos XVII-XIX). Así analiza que este ejercicio político fue un ideal en Europa que cobró fuerza, como pensamiento, entre los siglos XVIII y XIX, específicamente en Francia, que a su vez desató guerras donde el denominado pueblo democrático abogó por la abolición del absolutismo monárquico. De ahí retoma que el establecimiento de la democracia en el Viejo Mundo representó una coyuntura que desató una violencia generalizada con el consiguiente debate intelectual al mando de Alexis de Tocqueville con su Democracia en América.
De esto, Silva-Herzog Márquez apunta cómo el surgimiento del Estado-nación estadounidense representó un paradigma para la política europea, en tanto el nuevo país adoptó el federalismo y la democracia como parte de su estructura jurídico-política. Para asombro de aquellos años, Estados Unidos comenzó a tener una vida política activa que, dentro del imaginario y en la historiografía, tuvo un despegue estrepitoso como “modelo de prosperidad”, nada más alejado del proceso histórico.[3] Esto importa en tanto, dentro de las acepciones de la democracia Moderna se retoma la Declaración de los derechos del hombre estadounidense tras su independencia, misma que apela a la máxima democrática: “nosotros, el pueblo”; además del pensamiento de Abraham Lincoln, cuando en 1863, como parte del Discurso de Gettysburg, dijo que la democracia estadounidense está representada por un “gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”.
Este punto de partida genera un problema epistemológico y gnoseológico que cobra repercusiones hasta nuestros días. Es decir, en la discusión académica, política, pública y en el día a día, es común escuchar que los funcionarios gubernamentales hagan referencia al pueblo como una unidad homogénea que marcha hacia una misma dirección. Ese “pueblo” de la declaración de independencia de Estados Unidos es replicado y repetido ad nauseam en las democracias de América Latina y en México. Pero, en sus fundamentos jurídicos, sólo incluía a los hombres blancos (dejando fuera a proletarios, trabajadores agrícolas, afroamericanos, esclavos, indígenas y mujeres), propietarios de terrenos, negocios y, por lo demás, solo ellos participaban en los comicios. Si bien con el desarrollo histórico otros sectores de la población adquirieron derechos políticos, esto aún genera problemas de interpretación y de representación en la vida pública.
Con base en esto, se apela a que en México los políticos, y sobre todo AMLO, hablan del pueblo como un concepto homogéneo y, por ello mismo, se pierde la distinción entre los ciudadanos con plenos derechos político-electorales y el significado del ejercicio democrático y de la representación política per sé. Estos problemas cuasi universales, que inciden en la vida social mexicana, son los que discute Silva-Herzog Márquez en su estudio sobre el estado de la democracia mexicana.
¿Democracia: la promesa que nunca llegará?
El paradigma de la democracia en México cobró relevancia tras la derrota del PRI ante el PAN como sostén del Poder Ejecutivo en el 2000. Un empresario, gerente de Coca Cola México con apariencia charra y estereotipo de la sociedad machista del Bajío llegó a Los Pinos. Durante su campaña presidencial Vicente Fox era la promesa del cambio democrático y la representación de la anhelada alternancia política. Su victoria fue apabullante, tras el conteo de votos no hubo duda, el PRI se iba de los pinos y hasta el entonces partido de izquierda, el PRD, junto su candidato Cuauhtémoc Cárdenas, aceptaron la victoria del PAN.
Sobra decir que el la transición democrática no significó un cambio radical para la vida pública de México, Fox no cumplió sus postulados de campaña cuando aseguró que se iban a verificar los casos de violaciones a los derechos humanos durante las guerrillas en México (1943-1978), la corrupción permaneció en el orden del día, los grupos empresariales siguieron cobrando fuerza y el narcotráfico comenzó, lentamente, a despuntar, la otrora Agencia Federal de Investigación (AFI) no detuvo el problema. Algunos teóricos, y también Silva-Herzog Márquez, apelan a la explicación de la captura del Estado por el crimen organizado. No obstante, cabe mencionar que no hay tal cooptación, puesto que funcionarios y narcotraficantes trabajan al unísono, ya sea a nivel municipal, estatal o federal.
Después de Fox el PAN permaneció en Los Pinos bajo la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012), otro descalabro para la nación. Silva-Herzog Márquez reconoce que durante los primeros años del calderonato los homicidios dolosos disminuyeron, aun cuando a fines de 2006 e inicios del 2007 se concretó la Iniciativa Mérida, que dio inicio a la guerra contra el narcotráfico bajo el visto bueno de Estados Unidos. Fue en el 2009 cuando la violencia se disparó como pocas veces en la historia mexicana y, hasta nuestros días, en términos cuantitativos ha ido al alza. Las finanzas del país estaban en problemas tras la crisis inmobiliaria del 2008, el PIB disminuyó, incrementó el desempleo y la ciudadanía exigía resultados, mientras que los gobernantes arrojaban en costal roto las protestas sociales.
Entonces, durante las elecciones del 2012 el PRI se presentó como el redentor y el grupo Atlacomulco hizo su regreso triunfal a la presidencia con Enrique Peña Nieto (2012-2018). En estos años la configuración política cambió cualitativamente, puesto que AMLO renunció al PRD para organizar el ahora partido en el Poder Ejecutivo, Morena. Asimismo, iniciaron las reformas estructurales y la alianza del PRI-PAN-PRD bajo el Pacto por México, que significó la apertura de las industrias al capital de inversión directa extranjero en sectores estratégicos dirigidos hacia la extracción de materias primas.
Esto, por supuesto que trajo progreso social para el país, sin embargo, sólo para las cúpulas empresariales y para los políticos cómplices, puesto que el resto de la sociedad se hundió en la miseria y veía su patrimonio irse por la borda, sino eran las transnacionales era el crimen organizado quienes los azotaban con el yugo del despojo. Silva-Herzog Márquez aduce que este escenario, en parte, catapultó y afianzó el movimiento político del lopezobradorismo realizado en Morena y que, por lo demás, le dio un triunfo apabullante en 2018.
En cuestiones democrático-electorales, entre el 2000 y el 2018 hubo alternancia política a nivel federal, municipal, estatal y en el Congreso de la Unión, a la vez que partidos políticos han desfilado bajo el manto democrático, como el Encuentro Social, Fuerza por México, Nueva Alianza, entre otros. Este punto es nodal para disertar sobre la democracia en el país, si solo se reduce al ejercicio electoral o forma parte de la vida diaria en el debate público. Silva-Herzog Márquez reconoce aptitudes políticas en AMLO, pero no deja de observarlo como el retorno del autoritarismo del partido mayoritario, en efecto, Morena es mayoría en tanto estados gobernados, más no en el Congreso de la Unión. Sobra decir que el presidente da paso a la agenda pública todas las mañanas desde Palacio Nacional, mientras que sus adeptos y contrarios se destrozan a dentelladas digitales.
Se infiere que en La casa de la contradicción se señala que los logros de la alternancia política, que tienen sus inicios con la Reforma Política de 1978, llegaron a su fin. Pareciera que el autor asegura que el país se encuentra en una encrucijada histórica, como diría Anatoli Shulgovsky, y que la democracia peligra; todos tienen la mirada puesta en las próximas elecciones federales del 2024. Sin embargo, cabe preguntar si en verdad ya se terminó la alternancia política. En términos fácticos Morena no ha repetido periodo presidencial, en todo caso el PAN sí lo hizo entre el 2000 y el 2012. Al parecer los analistas políticos aseguran a priori un triunfo electoral para el lopezobradorismo en los próximos comicios del 2024. La historia no tendrá fin mientras haya humanos en la Tierra.

Una mirada al mundo desde el artículo periodístico.
Años de ejercicio de lectura, explicación, análisis, opinión y por el puro gusto del ensayo y el comentario, Jesús Silva Herzog-Márquez tiene una amplio conocimiento del mundo editorial, intelectual, musical, artístico, de la plástica, la arquitectura y el cine. Muestra de lo anterior es la recopilación de sus diversos artículos que publicó por más de 15 años en el periódico Reforma. Estos apuntes en forma de miscelánea ahora están al alcance del lector interesado en la vida intelectual y artística de todo el mundo en Por la tangente. Ensayo de ensayos y Andar y ver. Si bien esta forma de publicaciones no son del todo novedosas, siguen una tradición de producir artículos que acercan a los neófitos de la vida cultural a sus máximos representantes del siglo XX y XX.
Tan así que el autor comenta creaciones literarias y artísticas tan dispares que pasa desde Montaigne, Hannah Arendt, Samuel Huntington hasta Rosalía; Silva-Herzog Márquez es un fiel escucha de la bailaora que se proyecta a través de sus bases flamencas y deleita al mundo musical, siendo parte del zeitgeist.

En estas notas se encuentran disertaciones sobre el quehacer intelectual que pasa por personajes tan diversos como Jorge Ibargüengoitia, Joy Laville, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, Jorge Cuesta, Alfonso Reyes, Efraín Huerta, Leonora Carrington, Susan Sontag, Cristina Pacheco y muchísimos más. Además, también existe un encuentro con el quehacer poético alrededor del mundo y cómo se significa el mundo a través de esta. Tan así que se cumple la máxima aristotélica dentro de su Poética como ejercicio político. Es justo decir que estos textos que recopilan diversos textos de Silva-Herzog Márquez bien pueden ser un astrolabio en el universo de la cultura y al alcance de cualquier persona interesada en expandir sus horizontes. Además, los comentarios que construyen esta miscelánea apuntan hacia el ejercicio de la traducción y cómo se significa la vida a través de las letras, no importa si el agente en cuestión es mexicano, polaco, estadounidense, rumano o de la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), a todos los hermana el ejercicio de la denuncia social y la realización del intelecto humano a través de las letras.

[1] Sobre la metodología histórica cfr. “Introducción general a la crítica de la economía política”, en Karl Marx, Contribución a la crítica de la economía política, México, Siglo XXI, 1981, pp. 281-313.
[2] Respecto de este periodo se toma en cuenta a partir de la presidencia de Miguel de la Madrid (1982-1988), donde hubo cambios en la política económica aprobados por el Congreso de la Unión; los funcionarios que arribaron a los escaños en las Cámaras y otros puestos políticos provenían de universidades estadounidenses con una visión tecnócrata. Es decir, se redujo la incidencia estatal en la economía política e inició el fin del Estado benefactor para abrir paso a la economía de mercado global y las máximas del TLC, después TLCAN y T-MEC.
[3] Para una visión historiográfica sobre el desarrollo histórico estadounidense vid. Thomas Bender, Historia de los Estados Unidos. Una nación entre naciones, Buenos Aires, Siglo XXI, 2011, 382 p; Howard Zinn, La otra historia de Estados Unidos, México, Siglo XXI, 1999, 519 p; Willi P. Adams, comp., Los Estados Unidos de América, 2° ed., México, Siglo XXI, 1979, 493 p.
Andar y ver ensayo Jesús Silva-Herzog Márquez La casa de la contradicción Por la tangente Taurus
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