Escribir sobre hechos comunes y cotidianos va más allá de una simple moda; hacerlo implica encontrar las palabras correctas y conformar un esqueleto narrativo que le permita al lector adentrase en la vida de los personajes: su intimidad y, con esto, en sus dolores o alegrías, pérdidas, decisiones y formas de ver y enfrentar la vida. Sobre todo, conlleva tomar las palabras y hablar sobre aquellos temas que pocas veces fueron tratados y que, incluso hoy en día siguen pareciendo incómodos o carentes de alguna fuerza de acción.
Las vigilantes (Lumen, 2023) de Elvira Liceaga es una novela que entreteje la historia de tres mujeres de diferentes generaciones, quienes se han enfrentado a diversas pérdidas y atenúan sus heridas de diferentes formas. Ellas optan por el cuidado, la compañía y la libertad como símbolo de amor y como una forma de enfrentar la vida.
La narración comienza con el regreso de Julia ─la narradora─ a la Ciudad de México, tras haberse ido a estudiar a Nueva York. A su regreso y ante el desarraigo con esa ciudad, necesita encontrarse y poner en orden sus pensamientos y recuerdos. De forma simultánea y por invitación de su madre, ingresa a un refugio en el que mujeres embarazadas pasan su gestación mientras toman la decisión de renunciar a sus hijos y conoce a Silvia, una joven de entre 17 y 18 años que quiere aprender a escribir y explicar por qué no puede quedarse con el bebé.
Dije simultáneamente, pues a la par la protagonista decide evocar los recuerdos de Celeste, su hermana, y así poder reescribirse, identificarse y sentirse parte de algo. Sin la intención de aleccionar, en Las vigilantes, se pone sobre la mesa el tema de la libre decisión sobre el cuerpo y las distintas formas de concebir la maternidad. Asimismo, reflexiona sobre la escritura y el refugio que ofrece ante la soledad, la nostalgia y los recuerdos.
Cada uno de los personajes femeninos que forman parte de esta narración encarnan a esas mujeres que nos rodean en la vida cotidiana, aquellas que reconocen su vulnerabilidad, enfrentan sus duelos, se detienen cuando es necesario e intentan reconstruirse poco a poco. Sobre todo, son madres, hijas o hermanas dispuestas a velar y acompañarse mutuamente aun cuando su vida se encuentre en quiebra.