El cuarto libro de Elisa de Gortari, es una exploración de la producción musical entre tiempos apocalípticos con epicentro en Veracruz.
Así, seguimos a Grijalva -nuestra protagonista- periodista y antigua estudiante de música que recuerda -antes de El Choque que ha provocado: la ausencia de electricidad, la desaparición de la noche, cambios drásticos en la geografía natural y política del territorio mexicano, y la presencia de anillos gigantescos alrededor de la Tierra- su fascinación con la críptica pieza musical La geometría del cambio del desconocido autor Luis Montané.
“¿Y si no fuese una sonata de 96 páginas sino una de 48? ¿Qué tal que Montané había concebido La secreta geometría del cambio como una obra para dos pianos?... En la parte superior de la primera página se indicaba una pregunta chueca escrita al margen: ‘¿fantasía/fuga?’. ¿Cómo podía titubear sobre el carácter de la pieza después de haberla transcrito?”
Pero los recuerdos de Grijalva son sometidos a un tour de forcé con la investigación que emprende, acompañada de su hijastro Indiana, sobre una extraña epidemia que afecta a los niños del pueblo de Tamarindo en Veracruz cuya sintomatología incluye la pérdida de la personalidad reemplazada por ataques de delirio.
“…Indiana cambia de tema y vuelve a sus preocupaciones escolares: “Quiero que mi tesis sea sobre discos perdidos”, te explica. “¿Discos?”, repites extrañada. El aliciente, dice, es su clase de Música de los siglos XX y XXI, donde hablan de instrumentos perdidos, de canciones pop que los libros mencionan pero que nadie recuerda. Indiana conoce la música viva, la que puede reproducirse con el piano que tienen en el departamento, la que llena las plazas en boca de cantantes. En cambio, la música antes del Choque no se distribuía en vivo, sino a través de discos, de casets, de archivos informáticos.”
También el cuarto libro de Elisa es una exploración afectiva de arqueología contemporánea. En la memoria de Grijalva, podemos reconsiderar los dispositivos tecnológicos que usamos cotidianamente: “Hasta la muerte de Luis Montané, en el año 2028, la composición era una tarea exclusiva de los seres humanos… En la música popular, el 100 por ciento de las canciones que figuran actualmente en las listas de éxitos han sido escritas por engines privados. En todos los casos, los temas son fáciles de escuchar, fáciles de digerir, estimulan receptores específicos para controlar el placer del escucha y las letras en raras ocasiones desafían las leyes de expresión vigentes en cada país.”
Y también el cuarto libro de Elisa es una advertencia prospectiva que reúne violentamente las amenazas y pesadillas de nuestras condiciones climatológicas y políticas presentes: la destrucción armamentista a gran escala, la modificación genética de los alimentos, la intoxicación de los desechos industriales, la migración forzada, la pérdida de identidad, el choque de un meteorito… todas ellas posibilidades y verdades latentes en nuestra realidad compartida:
“La verdad se enciende como un relámpago que raya el cielo por un instante e ilumina todos los objetos antes de desaparecer y sumir al mundo nuevamente en penumbras… Es el pasado que regresa hasta ustedes y enciende una chispa de dolor en sus corazones mientras pronuncia: todos los que han olvidado, recuerden ahora.”
Información de interés adicional:
- Escucha la playlist que la misma autora realizó en relación con Todo lo que amamos y dejamos atrás.
- En el archivo de Langosta Literaria se encuentra la reseña que alguna vez Elisa hizo para El lado izquierdo del sol de Christian Lagunas.
- Su novela Los suburbios fue elegida en el 2015 por el diario Reforma como uno de los mejores libros del año y votada por la revista chilena Lector como mejor novela juvenil.
- Ve la presentación de Penguin para Todo lo que amamos y dejamos atrás con Elisa junto a la escritora de ciencia ficción Gabriela Damián en la FIL de Minería 2025.