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Transgresoras del placer: Los mejores personajes femeninos de la literatura erótica
Malinalli Rodríguez comment 0 Comentarios

El erotismo, la sexualidad y el placer han sido distorsionados y comercializados de una manera grotesca, alejada de la realidad. La industria del porno y la sexualización excesiva de las mujeres han llevado a que algunos hombres crean que pueden alcanzar los mejores orgasmos con poco esfuerzo, mientras que las mujeres piensen que su placer, o no existe o debería ser apaciguado y encendido a gusto de los hombres. Sin embargo, esta visión está lejos de ser verdadera. En la literatura erótica, encontramos personajes femeninos excepcionales que exploran la complejidad del placer y la sensualidad de las mujeres de una forma más auténtica y realista. En este artículo, te presentaré cinco de estos personajes femeninos que te invitarán a sumergirte en una literatura erótica que va más allá de la banalización del deseo.

Mar, Gloria y Belén de Cielo cruel, Maritza Buendía

Iniciamos con tres personajes en una misma novela: Mar, Gloria y Belén, quienes nos muestran el placer manifestado en diferentes etapas de la vida: hija, madre y abuela representan el despertar sensual, la transgresión al matrimonio y el amor propio, respectivamente. La concepción del deseo va evolucionando a lo largo de nuestra vida, así como la forma en que percibimos nuestro cuerpo y su sensualidad, que también cambia con el tiempo.

A palabras de la autora “me interesa un tipo de erotismo que va ligado con el hecho artístico, y cuando me refiero al hecho artístico estoy hablando del uso del lenguaje como una herramienta que incluso me permite lindar los senderos de lo poético.” La obra está ligeramente vinculada a anécdotas personales y de su familia, pero ella se encargó de no hacerla autobiográfica en el sentido literal, sino más bien una ficción con la que muchas personas pueden identificarse. Las historias de Mar, Gloria y Belén son relatos de amor narrados desde su propia comprensión del amor y el deseo.

La protagonista de Permafrost, Eva Baltasar

Permafrost, una capa de suelo permanentemente congelada en las regiones polares, inspira el título de esta novela protagonizada por una mujer que vive con depresión y se aleja de todo y todos, excepto cuando tiene encuentros sexuales con otras mujeres, momento en el que se libera y encuentra motivos para seguir viviendo. El placer hacia el sexo, la literatura y el arte trata de hacer balance con las ideas suicidas. Además, el humor cínico con el que se maneja la protagonista es punto clave de esta novela.

Escrita en primera persona, Eva Baltasar logra que nos contagiemos de la crudeza con la que la protagonista describe y narra sus pensamientos, reflexionando sobre una sociedad marcada por la inmediatez y el hedonismo, donde coexisten la abundancia y la escasez. La crítica social que se puede encontrar en la novela es magnífica porque el empoderamiento femenino no sólo va de “poder hacer lo que hacen los hombres” sino que en el momento que te liberas de las estructuras sociales que dictan que debes casarte, que debes tener hijos, que tu placer es privado y todas esas cosas, llega la abrumadora existencia y lo que tal vez sea nuestro destino. Además de que el cinismo y las personas frías y deprimidas no tienen lugar en la sociedad rígida que está llena de apariencias.

Constance Chatterley de El amante de Lady Chatterley, D.H. Lawrence

Este personaje, si bien es escrito por un hombre, tiene muy buenos puntos que hay que considerar. Constance Chatterley es una mujer adinerada que se enamora de un jardinero. El esposo de Constance regresa de la Primera Guerra Mundial con heridas que no le permiten caminar. Esto afecta a Constance, ya que desgasta la relación con su esposo quien ya no la puede satisfacer sexualmente. Es por eso que lo engaña con el jardinero que obviamente no es de su misma clase social y que además hace críticas muy acertadas a la clase alta. En el libro se explora el placer femenino y un lenguaje subido de tono para la época en que fue escrito.

Lawrence ocupó a este personaje para criticar las normas sociales de la sociedad británica, así como el cuestionamiento hacia la abrumadora industrialización de los años veinte del siglo pasado. Su obra se caracterizó por ser sexualmente explícita, nada común para su época. El amante de Lady Chatterley (Debolsillo, 2019) fue publicada en 1928 y fue su última novela antes de morir. La censura y el escándalo que provocaban las escenas sexuales no eran para menos, ya que además de ser explícitas, también exploraban algo que tristemente sigue causando revuelo en la sociedad: el placer femenino y el papel de “la esposa” que pase lo que pase debe estar junto a su marido.

S de La naturaleza del deseo, Carla Guelfenbein

Ganadora del Premio Alfaguara, Carla Guelfenbein presenta una novela erótica que explora la sensualidad del cuerpo y la mente de dos amantes S y F. Ella (S) es una escritora que vive en Londres y que después de sufrir una pérdida muy importante en su vida conoce a F que es un abogado casado de Chile. Es muy interesante cómo aborda la sexualidad de S y los encuentros casuales de ellos dos. En cada página puedes encontrar cómo es que se construye verdaderamente el deseo y cómo es catalizador para descubrir lo que la vida tiene para ofrecerle a S.

La relación de ambos se desarrolla a través de una comunicación constante, que no es limitante para los impulsos eróticos y sensuales de S. Esta relación a distancia es más la construcción del deseo, ya que su deseo está en los encuentros sexuales y en la mente de cada uno de los amantes. Esto se une al suspenso de llevar una relación secreta y de los malos entendidos que puede llegar a generar la mentira. Sin duda, S es un personaje sumamente complejo y expone a la perfección la pasión y sensualidad que muchas veces parecen desaparecer luego de que la vida nos orille a ya no pensarlos más.

Dolly Skeffington de El affair Skeffington, María Moreno

En esta novela y poemario conocemos a Dolly Skeffington, el pseudónimo de Olivia Streethhorse, una estadounidense adinerada y excéntrica que recorre las calles del París-Lesbos de los primeros años del siglo XX. Dolly lleva una vida independiente, desafiando las normas sociales de la época al beber y consumir drogas, además de mantener relaciones sexuales con otras mujeres, como su amiga cercana la baronesa Hilda Doolittle, Natalie Clifford Barney y Aïcha Goblet, y ocasionalmente, con algún hombre. Ella formará parte del círculo social femenino que solía reunirse con figuras destacadas como Djuna Barnes, Gertrude Stein y su esposa Alice B. Toklas, Sylvia Beach y Anaïs Nin, entre otras. María Moreno, explora constantemente la cuestión de quién es la autora, tanto del libro como de los poemas y las referencias biográficas e históricas. Esta obra ha sido ampliada con nuevos poemas y es considerada una de les tres novelas centrales para la tradición lésbica argentina. En ella, reivindica la bohemia, el feminismo, el psicoanálisis, el socialismo, la pansexualidad entre otros temas que escandalizan a cualquiera desde los años noventa.

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