El amor nunca ha sido muy benévolo conmigo, las relaciones de pareja son complicadas. Por eso siempre he creído que mis flechazos más intensos han sido con personajes que no existen. Si te pasa lo mismo, te dejo a continuación una lista de crushes literarios de los que seguro te enamorarás perdidamente.
Fitzwilliam Darcy, Orgullo y prejuicio
¿Te gustan los hombres o los hombres escritos por mujeres? Cuando veo esta frase no puedo dejar de pensar que surgió por el personaje de Jane Austen, al punto de que ya es un arquetipo completo. Un hombre muy suave, elegante y sobre todo, no muestra interés en la protagonista sino hasta que ella toma la iniciativa y lo pide. No conozco a nadie que no se haya enamorado del señor Darcy o alguna de sus representaciones en la ficción.
La Maga, Rayuela
Dicen que el ser humano siente cierta aversión a lo desconocido, pero podría decirse que esa regla se rompe cuando se trata de una persona cuya fuente de atracción es precisamente el misterio. Creo que lo que más unía a Oliveira con la Maga era que nunca pudo descifrarla del todo. La intriga de saber por qué hace lo que hace una persona es un arma con la que pueden tenernos enganchados por mucho tiempo.
Jamie Fraser, Forastera
Un príncipe azul en esteroides podría ser la definición perfecta de Jamie Fraser, el terrateniente escocés de Forastera (Salamandra). Pero no sería muy justo limitarlo así, ya que es un hombre comprensivo que no teme mostrarse vulnerable ante Claire en los numerosos momentos de intimidad que se basan en largas charlas para conocerse mejor. Tal y como toda relación debería comenzar.
Laura Avellaneda, La tregua
Avellaneda es de esas personas que tienen un “no-sé-qué” que nos gusta, nos atrae. Y, en casos extremos, pueden llegar a obsesionarnos, como le sucede a Martín Santomé en La tregua (Alfaguara). Pero en este caso es una obsesión-amor que transgrede a uno mismo que nos toca y nos cambia para siempre, al punto de sentirla parte de nuestro propio ser.
Jay Gatsby, El gran Gatsby
“Mientras Daisy hablaba, el oficial la miraba de la forma en que toda chica sueña que alguna vez la miren.” Al momento de terminar esta frase di el primero de una oleada de suspiros en mi lectura de El gran Gatsby (Debolsillo). No hay nada más romántico que hagan cualquier cosa con tal de estar contigo, y eso justamente es lo que caracteriza al personaje de Gatsby. Es un hombre que se pasa la novela completa buscando la manera de tener a Daisy a su lado, aunque conlleve crear una fortuna desde cero de por medio.
Jane Eyre
Que alguien a quien amas te rechace es trágico pero, si lo hace por la convicción de actuar de manera correcta a pesar de su deseo por ti, es todavía más atractivo. No sufres porque sabes que también te aman y te deslumbra la autenticidad de esa persona. Esa impresión es la que tuve cuando deseé ser el señor Rochester para recibir el desprecio de Jane Eyre acompañado de todo su amor.
Elio, Llámame por tu nombre
Cuando leí Llámame por tu nombre (Alfaguara) se sintió como enamorarse por primera vez. Esas primeras miradas, inquietudes, pero más que nada esa constante tensión que existe cuando estamos frente a ese objeto de deseo que no comprendemos del todo. Con Elio me sucedió algo curioso, pues además de identificarme profundamente, también me sedujo su construcción de chico frágil y dulce, de aquellos que saben mantener una sonrisa constante en nuestro rostro cuando los tenemos enfrente.
Conde Alekséi Kiríllovich Vronski, Anna Karenina
Todos queremos un amor que nos haga arder de pasión, que nos lleve a la locura. El de Anna Karénina por el Conde Vronski es un amor que llegó a los límites más extremos, una llama tan vehemente que terminó consumiéndolos por completo. No puedo negar que esa pasión desesperada con la que Vronski amó a Anna tocó venas en mí que sólo la adrenalina del amor desenfrenado puede tocar.