En el reino animal existe un tipo de félidos que son famosos por su gran capacidad y agilidad para escalar y escabullirse, son considerados criaturas poderosas e intimidantes por esto mismo. No obstante, esta acrobática peculiaridad no es excluyente de su faceta por la cual pueden ocultarse en las sombras, entre los árboles, para dar rienda suelta a su mente calculadora y ser aun más peligrosos que cuando están a plena luz.
El sigilo de estos depredadores carnívoros, su excelente visión nocturna, aunada a su cautela para dar caza a sus presas, los ha llevado a ser denominados como fantasmas de la noche, convertidos en cazadores tan formidables y letales que pueden llegar a destrozar cualquier elemento de la estructura ósea de sus víctimas.
Estas reflexiones apropiadamente pueden cernirse a la escritura del autor suizo Joël Dicker, quien en sus famosas obras - La verdad sobre el caso Harry Quebert, El libro de los Baltimore o El caso Alaska Sanders-, es capaz de acecharnos y crear una atmósfera narrativa en la que, si entramos, no saldremos ilesos de ningún modo de dicho encuentro literario.
A partir de abril del presente año, se encuentra en librerías su más reciente ataque novelado, Un animal salvaje (Alfaguara, 2024), el cual despertó una expectativa efervescente entre sus lectores mientras más se acercaba la fecha de su lanzamiento, así como el típico interés generalizado entre las y los libreros, quienes ya han estado inmersos en el fenómeno editorial que representa el escritor ginebrino y que, desde hace ya unos años, se ha colocado como un infaltable en los libreros de las y los amantes del thriller y la novela negra.
En Un animal salvaje, nos encontramos, como escenario, en lo que algunos han llamado “la metrópoli más pequeña del mundo”, que, sin dudas, también simboliza la ciudad más internacional de Suiza. Dentro de las fronteras de Ginebra, envueltas en su clima mayormente templado y húmedo, encontramos organizaciones tan relevantes a nivel global, como la sede europea de la ONU, la Organización Mundial de la Salud, el Foro Económico Internacional, por mencionar algunas, todas ellas rodeadas de un paisaje montañoso y bañadas en luz por el majestuoso lago Lemán.
La fama de los bancos y joyerías suizas es legendaria y un atractivo turístico, también el objetivo más deseado para efectuar los más espectaculares robos. Esto último es el hilo conductor de esta novela, la planificación de un atraco a una joyería que deberá realizarse en solo 7 minutos y cimbrará a toda la opinión pública y cambiará para siempre la vida de sus actores.
La construcción de este plan nos lleva, a lo largo del libro, a (creer) conocer a los protagonistas de esta historia: el matrimonio Liegan, constituido por Karine, quien, en su papel de madre, empleada de ventas y esposa, se siente incompleta y Greg, su esposo, quien es un policía de buena reputación, pero quien anhela más de lo que puede encontrar en su terrenal y “ordinario” círculo familiar.
Por otra parte, y principalmente, se encuentra el matrimonio Braun, quien, como antítesis de lo cotidiano, simboliza el matrimonio ideal y reluciente: Sophie es una bella y destacada abogada y junto a su marido, Arpad, banquero de grandes ligas, conforman una familia exitosa que vive en una casa moderna, grande, con piscina y rodeada de bosque. Un paraíso de éxito que se abre de par en par a los Liegan una vez que son invitados a celebrar el cumpleaños de Arpad, aunque sea este mismo suceso el detonante de deseos, intrigas y secretos que iremos descubriendo a lo largo de este thriller.
Las virtudes de Dicker vuelven a hacerse patentes mientras la lectura avanza: una historia adictiva y con un ritmo dinámico que, como es su modus operandi, irá dando forma a este rompecabezas gracias a los saltos entre las líneas temporales: el día del atraco en Julio de 2022, los días anteriores a este y coincidentes con el cumpleaños de Sophie, así como los remotos años entre la primer y segunda década del presente siglo, principalmente en la ciudad de Saint- Tropez, Francia.
No obstante, es de suma importancia reconocer los detalles que se van revelando en la historia, elementos sutiles, pero de gran valor que le darán mayor sentido al curso de los hechos: una casa de cristal a través de la cual mirar las intimidades más secretas y pasionales de sus habitantes, pero que, en cierto momento de la lectura, nos recordará aquellas inmortales palabras de Antoine de Saint-Euxpéry, en El principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Nos encontraremos en un evidente juego de espejos, de apariencias que efectivamente, no terminan por manifestar su realidad sino y solamente, hasta el final del libro, y efectuando trepidantes giros inesperados y vueltas de tuerca que son el mayor activo de esta obra.
Otros aspectos que permiten radiografiar a Un animal salvaje serán la aparición de una Fiera que desde el inicio del libro merodea a los Braun, y una pantera taimada que no puede deslindarse de su propio instinto de buscar adrenalina, peligro y libertad, guardando sus secretos en un libro de Fauvismo. Las relaciones entre los protagonistas de esta obra se jugarán en un ajedrez de secretos que buscan proteger y verdades que intentan destruir.
Un animal salvaje es una lectura escurridiza en varios momentos, como cuando creemos entender quienes son los antagonistas de la misma, pero, como los felinos que mencioné al inicio, es capaz de escalar ágilmente la narrativa a otro nivel, de cambiar de dirección de manera radical e inesperada para, sigilosamente, realizar un calculado giro de hechos y volver con más fuerza para proporcionarnos un zarpazo definitivo y encontrarnos así ante los más descarnados y desesperados instintos de las personas aquí retratadas.
Esta es una obra categóricamente entretenida, que va creciendo con el paso de las páginas y es capaz de generar sentimientos contradictorios: deseo por avanzar a mayor velocidad para solucionar las tramas que se van presentando, pero, al mismo tiempo, extender nuestra estancia en el dinámico mundo Dicker. Algunas reflexiones quedan flotando en el aire sobre la propia naturaleza humana: ¿es posible ir en contra de los instintos más arraigados en nuestra persona, por oscuros que estos sean? ¿cuáles son las cadenas que alimentan los deseos de un animal salvaje? ¿cómo descubrir quién es el cazador y quién la presa? Estos y más cuestionamientos deberán ser respondidos por los más de 22 millones de lectores de Joël Dicker.