Roald Dahl y sus historias de misterio

Atzin Nieto

30 July 2022

“No hay mayor tormento que esa sensación de un recuerdo

que nos roza la memoria sin penetrar en ella.”

Roald Dahl

Tendría, quizás, unos quince años cuando me enteré que películas como: Matilda, Las brujas, o Charlie y la fábrica de chocolate, eran adaptaciones cinematográficas de diversas novelas, pero de un mismo autor. Inmediatamente me dirigí al Libro-club de mi casa para conocer las semejanzas y diferencias entre obra y película, sobre todo porque aún no daba crédito a que todas esas historias que había disfrutado al lado de mis padres cada fin de semana eran producto de la misma pluma.

Al pasar de los años encontré un ejemplar de los Cuentos completos: Edición definitiva publicado por Alfaguara por allá del 2013, entonces conocí otra faceta muy distinta del novelista británico, ya que, entre sus cerca de 920 páginas desfilan las más quijotescas, abrumadoras y peliagudas historias con protagonistas que van desde esposas desesperadas hasta fanáticos de las apuestas o coleccionistas de muebles.

Gracias a eso, fue que pude releer y disfrutar de historias como: “La casera” (The Landlady), “El camino al cielo” (The way up to heaven), “Al gusto del párroco” (Parson's pleasure), "La señora Bixby y el abrigo del coronel” (Mrs. Bixby and the Colonel's coat), “Jalea real” (Royal jelly), "Georgy Porgy" y "Génesis y catástrofe" (Genesis and Catastrophe: A True Story), cuentos que, hace ya algunos años, habían sido traducidos al español por Georgina Greco y recopilados en un libro de papel barato similar al estilo pulp, cuya serie estaba dedicada a publicar obras de géneros populares como son el policíaco, el criminal y el de espionaje, por lo que era normal leer en las portadas nombres de autores consagrados como Arthur Conan Doyle, Ellery Queen, Fletcher Flora, Fredric Brown o W.R. Burnett, además de varias recopilaciones de Alfred Hitchcock. La serie llevaba por nombre “Colección Caimán”, publicada, en su momento, por la editorial Diana, entre los años de 1953 y 1972 en México.

El libro era el número 390, publicado en 1966 y nombrado 7 historias de misterio, título que, parecería ser muy ad hoc para dicha colección, sin embargo, en este ejemplar uno esperaría encontrarse con ese memorable texto que es “El hombre del sur” mordaz cuento que sería adaptado para la pantalla chica en diversas épocas, la primera en los años 60 en la famosa serie de televisión: Alfred Hitchcock Presenta protagonizada por Steve McQueen compartiendo estelar con Peter Lorre, la segunda en 1979 siendo el primer episodio de la antología “Tales of the Unexpected” del propio Roald Dahl, y por último en 1985 de nueva cuenta para El nuevo Alfred Hitchock Presenta con Steven Bauer y John Huston al frente del capítulo.

Otro relato que también brilla por su ausencia en la idea que se tiene de la obra de Roald Dahl es el magistral "Carnero asado", cuento que muchos conocemos y no nos cansamos de recomendar por ese inesperado y macabro final que te hace cuestionar la procedencia del mejor platillo de carne que podrías comer después de un duro día de trabajo.

Un dato interesante acerca del posible origen de las siete historias de misterio que contiene el viejo ejemplar es que todo parece indicar que los relatos fueron tomados directamente del libro Kiss Kiss, publicado en Estados Unidos en 1960 por la editorial Alfred A. Knopf, aunque para la edición en español de la “Colección Caimán” quedaron fuera cuatro grandes cuentos como son: “William y Mary”, “Cerdo”, “Edward el Conquistador” y “El campeón del mundo”, relatos que pude disfrutar, gozar y recomendar  gracias a la edición de Alfaguara.  

Si bien 7 historias de misterio son relatos convencionales más apegados al terror psicológico y a la intriga cuyo leitmotiv es el crimen percibido como una de las bellas artes, por lo que dejará perplejos a más de uno no sólo por la sutileza sino también por el recato a la hora de narrar y generar esa sanción de desasosiego, vacío e incomodidad que Dahl logra transmitir en cada uno de los cuentos. No por nada, algunas de estas historias fueron del agrado del mago del suspenso, debido a que tienen un estilo parecido a los primeros relatos de Capote o algunos del propio Carver. Aunque en la actualidad sea casi imposible conseguir algún ejemplar de esa mítica colección, es posible leer los relatos de Dahl gracias a esa bella edición de Cuentos completos (Alfaguara, 2013). Además, su lectura siempre aporta algo nuevo e interesante al final del día, aunque también te deje con una terrible sensación de incertidumbre por ese maldito final.