Tras el divorcio de sus padres se mudó con su madre a Inglaterra, y asistió al Dunwich College de Londres, si bien parte de su educación también transcurrió en Alemania y en Francia. Tras una breve experiencia como funcionario del gobierno británico, se dedicó al periodismo, colaborando con publicaciones como el London Daily Express y la Bristol Western Gazette. Antes de volver a Estados Unidos en 1912 ya había publicado 27 poemas. Su primer cuento fue Blackmailers Don’t Shoot, para la revista Black Mask, un pulp dedicado a los relatos de acción. Desde entonces se enfocó en narras historias policiacas, crímenes y misterio.
El detective principal de sus escritos es Philip Marlowe, quien es protagonista de El sueño eterno (1939), Adiós, muñeca (1940), La ventana siniestra (1942), La dama del lago (1943), La hermana pequeña (1949), El largo adiós (1953) y Playback (1958). Se caracteriza por un estilo muy elaborado e irónico, de frase ingeniosa y ácida.
En su ensayo El simple arte de matar (1950), Raymond Chandler reflexiona sobre el arte de la novela negra y la define como la novela del mundo profesional del crimen.
Tras la muerte de su esposa cayó en una depresión y empeoró su condición de alcohólico, falleciendo finalmente en 1959.
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