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Queridos Reyes Magos:
Como ustedes pueden darse cuenta no estamos en 1984 y no tengo edad para pedirles regalos. Sin embargo ahora que todo el ambiente está envuelto en una atmósfera de cuento de navidad y olvidándome de todo orgullo y prejuicio me atrevo a escribirles esta carta. Les cuento: el tambor de hojalata que me reglaron lo disfruté mucho pero lo rompí. Pensé que el señor de los anillos podría arreglarlo pero no. Los animalitos que me trajeron se me extraviaron, tal parece que hubo una rebelión en la granja y se dieron a la fuga. Es lindo recordar el niño que fuimos ¿verdad? No olvido a mi prima Inés y la alegría que mostraba al abrir sus regalos. Como ya estoy grandecito para tambores y animales les pido un libro. ¡Eso! ¡Un fantástico libro! ¿Qué les parece si me regalan: Una novela criminal? Los espero en casa: Calle Fahrenheit 451, colonia La región más transparente. Mi casa es la que está a la izquierda de la casa de los espíritus y frente a la casa de Bernarda Alba.
Atentamente: El gran Gatsby. ¡Ja, ja, ja, ja! Ya en serio: se despide de ustedes con afecto: José Alejandro Lara Ferreira
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Estimados reyes magos: Lo he estado meditando por mucho tiempo y sólo tengo tres opciones viables: asaltar la tiendita de la esquina de doña Cleo, vender la colección de figuras de acción de mi hermano menor o ganar el concurso de "Escribe una carta a los reyes magos". La realidad es que no cuento con la liquidez para seguir comprando más libros, he gastado todos mis ahorros, mi fondo de la universidad (lo cual me parece una buena inversión para mi educación), mi sueldo y mis padres se rehúsan a darme más dinero, específicamente para comprar libros aunque sean ordenes estrictas de los médicos. Sí, yo sé que suena raro pero es así. Estoy enferma en fase terminal de una nueva enfermedad llamada lectoritis diagnosticada hace dos meses. Es una enfermedad que ataca a mi cerebro el cual demanda leer cosas nuevas a todas horas (excepto cuando duermo, claro está), lo que sea: una revista, el periódico, las instrucciones del shampoo y hasta los nutrientes que contiene el cereal pero, seamos honestos, ¿no sería mejor leer algo interesante, entretenido y de provecho? En fin, no tengo muchas opciones ya y espero de todo corazón que puedan ayudarme con mi enfermedad, a que no siga avanzando ya que no se cuánto tiempo me queda de vida para poder seguir leyendo, y también a evitar la vida delictiva. Con amor, Paulina Medina