¿Cuándo fue la última vez que nos sentamos con emoción a abrir un libro y no pudimos soltarlo hasta llegar a la última página? ¿Hace mucho, poco o no podemos recordarlo porque la vida adulta nos deja minucias de tiempo para disfrutar nuestra lectura predilecta? ¿Y si existiera un día que pudiéramos dedicar exclusivamente a leer?
La buena noticia es que sí existe.
El Día internacional de leer un libro se celebra cada 6 de septiembre. Esta iniciativa se remonta a fines de la década de 2000 y, aunque no queda muy claro quién estuvo detrás esta genial idea (probablemente el personal de alguna biblioteca que buscaba un pretexto para gritar públicamente su amor por los libros), actualmente se ha convertido en un día especial inspirando festivales, tertulias literarias, eventos de intercambio o liberación de libros alrededor del mundo. El objetivo es entregarnos por completo a la lectura, aunque también se puede celebrar donando algún libro, intercambiando otro o leyendo pasajes de nuestro tomo preferido en voz alta.
Por lo pronto, hagamos honor a la fecha con esta lista de libros que puedes abrir y no soltar hasta terminarlos, todo en el mismo día.
De pronto oigo la voz del agua. Hiromi Kawakami
Todas las relaciones familiares son complejas, incluso cuando no son difíciles. En este libro, Hiromi Kawakami narra con una prosa melancólica y embriagante la historia de Miyako, una mujer quien regresa a su pueblo natal muchos años después del fallecimiento de su madre, para vivir en la casa de su infancia junto con su hermano Ryo.
Mediante los hechos que rememora Miyako es como conocemos la relación con sus familiares, y en especial con su madre, una figura disruptiva que amaba a sus hijos pero que no parecía tomarse demasiado en serio su crianza, como si estuviera pensando en algo más, como si ocultara un secreto. Los pasajes que leemos son los pensamientos que transitan por la cabeza de la protagonista exactamente como puede suceder en la nuestra: con ideas, imágenes y frases que se suceden unas a otras, a veces sin demasiada relación aparente.
Miyako describe los objetos olvidados, los cuartos donde encuentra presencias y memorias que contrastan fuertemente con la casa ahora vacía, roída por el tiempo, la humedad y el óxido. La narración está impregnada con la sensación de encontrarnos en un lugar varado entre realidades, como un fantasma que transita entre dos mundos. Aun así, la maraña de pensamientos y recuerdos debe llevar a Miyako a alguna parte. ¿Hasta qué punto la historia de una familia puede tener eco durante generaciones? ¿Qué sucedió, qué sucede todavía en esa casa cargada de presencias que no terminan de irse o concretarse?
Bordados. Marjane Satrapi.
¿De qué hablan las mujeres cuando están solas? Marjane Satrapi, la autora del mundialmente reconocido, Persépolis, recoge en viñetas las tardes de tertulia con las mujeres de su familia. Una colección de vivencias, chismes y anécdotas desde lo cotidiano, la crítica, la complicidad y la relativa libertad de hablar con franqueza en un ambiente íntimo.
Conversaciones que comienzan con anécdotas sencillas y desembocan, en el momento menos pensado, en eventos hilarantes e insospechados de sus matrimonios, amistades y la vida en general dentro de una sociedad donde casi todas las imposiciones se enfocan en cómo debe conducirse una mujer aunque, con todo, en la lectura es posible reconocer que cada vez son más las voces femeninas a favor del libre albedrío y el cuestionamiento de dichas imposiciones en sus vidas y en sus cuerpos.
Conformado por episodios que nos identifican sin importar el país o el momento en que se lean, Bordados nos recuerda con mucho humor que aún existen lugares donde el único espacio seguro para mujeres lo constituye el ámbito doméstico: ahí mismo se aconsejan, comparten secretos y recetas para tomar mejores decisiones, acompañarse en distintos procesos y secarse las lágrimas mutuamente en ese acto entrañable que la autora llama: una ventilación del corazón.
¿En qué creen los que no creen? Umberto Eco/Carlo María Martini
Las personas de buenas costumbres sostienen que existen tres tópicos prohibidos en una conversación formal: política, fútbol y religión. ¿Por qué? Para evitar el desastre de una pelea encarnizada por una diferencia de ideas. Sin embargo, ¿es tan malo debatir puntos de vista completamente contrarios? ¿No nos beneficiaría concebir nuevas formas de percibir el mundo si lográramos debatir de manera civilizada? Desafortunadamente, enriquecer nuestra perspectiva a partir del contraste de ideas propias con otras ajenas y hasta contrarias no es algo esté muy de moda en estos tiempos.
De ahí que la propuesta de ¿En qué creen los que no creen?, resulte en extremo interesante: este libro recoge el improbable intercambio epistolar entre un filósofo laico y un sacerdote jesuita. Desde el concepto de Apocalipsis hasta temas más sociales y políticos como la interrupción del embarazo o el papel de las mujeres en la institución clerical, el resultado de este intercambio es un diálogo abierto y disfrutable que rebasa con creces el concepto simplista de “religión vs laicidad”: es como presenciar una sobremesa donde dos personajes ilustrados, de posturas aparentemente incompatibles, exploran las diversas, numerosas e interesantes aristas de sus respectivas lógicas.
¿Se puede llegar a común acuerdo en cuestiones de ética, valores y moral entre creyentes y no creyentes? Ellos creen que sí, el secreto está en compartir puntos de vista no para confrontar nuestras ideologías, si no para complementarlas y enriquecerlas.
Páradais. Fernanda Melchor.
Dentro del exclusivo conjunto residencial “Paradise”(Páradais), un muchacho llamado Polo trabaja como jardinero bajo las órdenes de un jefe negligente y abusivo; sueña con cambiar de vida para siempre, siente sus entrañas bullir con rencor hacia un mundo que percibe repleto de hipocresía y espera la hora de la salida para tener un poco de tranquilidad fumando y bebiendo hasta el momento en que aparezca Franco, un inquilino de Páradais, cuya presencia y plática desagradables Polo debe tolerar por ser él quien patrocina los cigarros y el alcohol.
En Páradais leemos la voz implacable de Fernanda Melchor mientras nos adentramos en un México plagado de violencias: desde las más sutiles y cotidianas hasta las más escalofriantes, en distintos escenarios y niveles. Resalta especialmente la construcción magistral de esa atmósfera asfixiante y hostil que respira Polo cada día: los gritos de su madre, la presencia insufrible de su prima Zorayda, los abusos por parte de su jefe directo y la sórdida presencia de Franco, incansable y grotesca, quien le narra su obsesión con su vecina, una señora de la alta sociedad a quien pretende seducir, sin importar el costo.
Una lectura para reflexionar sobre los distintos mundos y realidades que coexisten en una sola sociedad: personas de diversos estratos sociales se ven forzadas a convivir pero no se reconocen como iguales, existe entre ellas un entramado espeso de iniquidades que permean en todos los ámbitos y elecciones de los personajes, profundiza sus carencias (materiales y emocionales) y legitima las desigualdades cada vez más profundas y lacerantes.
A pesar de todo, la autora no busca retratar a Polo como víctima de sus circunstancias, sino una persona como millones que, en la vida real, encuentran en la violencia la única opción viable para conseguir autonomía, recursos o para intentar invertir los papeles en un entorno donde abusar del otro parece ser la norma al momento de interactuar y el único camino para sobrevivir.
Todos deberíamos ser feministas. Chimamanda Ngozi Adichie.
“Decidí hablar de feminismo […] Sospechaba que tal vez no fuera un tema muy popular, pero también confiaba en iniciar una conversación necesaria”, se lee en la nota que abre este tomo breve pero imprescindible para descubrir una de las voces más influyentes en el feminismo contemporáneo.
Cualquier historia narrada por Chimamanda Ngozi Adichie es un relato esclarecedor y refrescante que deja un rastro de ideas y perspectivas distintas; en este en particular, que en realidad inició como una conferencia, hilvana una historia tras otra con aguda inteligencia para ayudarnos a cuestionar porqué hemos asumido como naturales y válidas las diferencias y desigualdades atribuidas al género. ¿Por qué, por ejemplo, a las mujeres se les enseña a agradar más que a los hombres? ¿Y por qué a ellos se les exhorta a reprimir sentimientos de vulnerabilidad?
Relatado con agilidad y notas de humor, este es un libro para revisitar todas las veces que sean necesarias, para recordarnos que encajonar a las personas de acuerdo a lo que se espera de ellas según los roles de género puede resultar devastador. ¿Realmente las diferencias entre hombres y mujeres están amparadas por cuestiones biológicas? ¿Cómo sería nuestra sociedad si nos enfocáramos en las capacidades e intereses que muestran las personas desde la infancia y no en si le toca el color rosa o el azul?
Hablando de infancias, cabe señalar que recientemente este libro fue adaptado y editado para niños y niñas, primorosamente ilustrado por Leire Salaberria y disponible en la editorial Beascoa.
Sobre el duelo. Chimamanda Ngozi Adichie
Un libro necesario para estos tiempos de incertidumbre, Sobre el duelo narra los sentimientos que asaltaron a la autora al enterarse de que su padre había fallecido. El dolor por la pérdida de alguien querido es una sensación abrumadora y universal, uno que Chimamanda Ngozi Adichie deshebra en palabras para intentar entenderlo, quizá para sobreponerse a él.
La voz de la autora nos lleva de la mano para hacerle compañía en esa travesía áspera donde volvemos a encontrarnos con la persona que perdimos al invocar momentos, contar historias, repasar hasta el cansancio sus fotografías, libros, ropa. Qué tan doloroso pero extrañamente agradable es darnos cuenta de cuánto de lo que hay en nosotros, existe gracias a esta persona que amaremos por siempre, aunque no volvamos a verla.
El duelo es recuento de los recuerdos, características de nuestra persona amada y sus hábitos. Es un proceso que nos permite dibujar a la persona que perdimos, armar un mapa de su vida para honrarla en conjunto con la familia y otros seres queridos, porque aunque para muchas personas la muerte, el luto y el duelo sean temas tabú, ponerlos en la mesa es necesario y liberador.
Al final, perder a un ser querido deja un vacío indeleble que todas las personas en este planeta compartiremos en algún momento. “Estoy escribiendo sobre mi padre en pasado, y no puedo creer que esté escribiendo sobre mi padre en pasado”, dice la autora atravesada por un dolor que puso en papel y entregó al mundo en un acto inusual y sincero que sólo podemos admirar y agradecer.
Kim Ji-young, nacida en 1982. Cho Nam-joo
Una ama de casa de pronto comienza a hablarle a su marido con la voz de su suegra. El hombre está desconcertado porque esa nueva persona en el cuerpo de su esposa cuestiona, interpela, hace comentarios mordaces y poco adecuados para una mujer recatada, decente, ideal como solía ser su compañera.
Así comienza esta historia que nos cuenta diferentes episodios a lo largo de la vida de la joven Kim Ji-Young con un tema en común: cómo se vive siendo mujer en una sociedad que por sus adelantos tecnológicos y económicos podemos llamar de primer mundo aunque su idiosincrasia y costumbres disten mucho de serlo.
Mediante una narración que retoma elementos de la crónica, la autora nos muestra con destreza las estrategias de Kim Ji-Young y de sus semejantes femeninas para transitar en esa sociedad que normaliza a las mujeres como ciudadanas de segunda clase, que es condescendiente, que alaba la maternidad y su importancia pero censura y castiga a las mujeres por no practicarla o por hacerlo “mal” a los ojos de quienes toman decisiones importantes en la sociedad, casi todos hombres.
El libro también es un llamado a recordar: a veces pareciera que esas épocas donde las mujeres gozaban de menores oportunidades, presencia y voz en la sociedad han quedado muy lejos. Quizá hasta es posible sentir alivio porque las costumbres y conductas que legitiman las desigualdades de género parecen pertenecer a otro siglo; sin embargo, si hacemos cuentas, Kim Ji-Young, nacida en 1982, cumpliría tan sólo 39 años en el 2021. ¿Estamos de verdad tan lejos, tan a salvo?
Sin miedo. Judith Butler
En la colección de conferencias que conforman Sin miedo, encontramos un recuento y crítica a distintos acontecimientos fruto de la violencia que se vive alrededor del mundo, una que toma múltiples formas para agredir, oprimir, vulnerar y cegar millones vidas. Judith Butler despliega una capacidad impresionante para teorizar sobre la complejidad de los problemas sociales tales como la migración, feminicidios, la desigualdad social desde lo político y, al mismo tiempo, regresar a su público lector la responsabilidad de involucrarse en estos problemas no como entes individuales, sino como parte de una colectividad.
Un libro que invita a ahondar en distintas lecturas, a despertar la inquietud para analizar y comprender distintos fenómenos sociales, a reconocernos como parte de un sistema complejo donde todas las vidas importan y todas las personas dependemos unas de otras; de ahí la importancia de asumir nuestra responsabilidad individual como parte del gran todo que es la humanidad.
La autora apela a la fuerza de muchas voces unidas para “hacer ruido” y exigir justicia en conjunto, esta propuesta no viene del mero idealismo: Judith Butler sabe y aclara que la acción de manifestarse no resuelve problemas ni modifica realidades de manera inmediata, pero sí es absolutamente necesaria para visibilizar problemáticas, desigualdades, falta de derechos; es la génesis necesaria para comenzar un proceso de cambio, para marcar una diferencia, porque como declara la autora en su discurso sobre valentía y resistencia: “Pensamos en individuos valientes, pero ¿qué hay de la valentía de actuar por común acuerdo?”
Animales del fin del mundo. Gloria Susana Esquivel.
Las personas adultas solemos caer en el error de que pensar que la niñez es una época donde “no teníamos preocupaciones”. La protagonista de esta historia, una niña de seis años llamada Inés que mide el tiempo según los dientes de leche que ha perdido, no estaría de acuerdo.
Inés es hija única y nos cuenta sus aventuras en la casa de los abuelos maternos, una construcción enorme como laberinto, con luces, adornos y recovecos desde donde nos relata su amor por su madre, el anhelo por volver a abrazar y pasar tiempo con su padre, sus repetidos encuentros con la muerte, sus terrores al toparse con la bestia que habita en esa misma casa y a quien ella desearía evitar a toda costa, los tiempos agridulces que comparte con María, una niña muy diferente a ella que un día se mete en su vida y sus juegos sin preguntar.
Hay algo muy hermoso y diferente en la forma en que Gloria Susana Esquivel narra la vida desde la perspectiva de una Inés sorprendida por las actitudes desconcertantes y hasta irracionales de las personas adultas. También es una manera entrañable para hacernos recordar que también tuvimos las mismas dudas y temores, que mirábamos el mundo descomunal y un poco (o demasiado) amenazante.
A veces, cuando eres menor de edad y todo parece ser confuso, queda el consuelo de saber que la vida seguirá; un día crecerás, llegarás a entender qué sucedió realmente en tu infancia y por qué, sabrás que las personas mayores tenían sus motivos para actuar de esa manera incomprensible, al final lo hacían todo por tu bien.
¿O será que no?