Uno tiene esta idea alocada de que las estrellas de rock no sufren de ningún mal, son famosos y tienen cosas gratis, están de gira conociendo lugares y personas todo el tiempo, pueden tener lo que quieran cuando lo deseen con solo mover un dedo, y si hay algo que los rockeros tienen a montones es amor, y de eso es de lo que escriben. Después de que una banda se separa, sale a la luz que el tecladista y el guitarrista nunca se llevaron bien, que el baterista y el vocal nunca estaban de acuerdo con las canciones, que aún tenían fechas de gira, pero el baterista ya se quería ir a su casa, y que no todo era rock. Lucha de egos la llaman. Los 70 fueron una gran época para las leyendas del sexo, drogas y rock and roll y todo esto está expuesto en el libro Todos quieren a Daisy Jones, sin entrelíneas como en las canciones.
Narrado de una manera nueva y refrescante Todos quieren a Daisy Jones es un pseudo documental que cuenta el principio, pináculo y final de una banda de rock de los 70, retratando no solo la escena musical del momento sino también una historia marcada por la guerra de Vietnam y el consumo desmedido de alcohol y drogas. Lo que hace que la lectura sea ligera es la manera en que las entrevistas se posicionan narrando la historia desde el punto de vista de cada uno de los miembros de la banda, comenzando con Simone, la mejor amiga de Daisy, los hermanos Dunne, Billy y Graham, y cómo se van uniendo cada uno de los miembros: el representante, el sonidista y el crítico musical.
No es una narración unilateral subjetiva. Si hago énfasis en la manera en la que está contado es porque hace toda la diferencia. La escritora dota a cada uno con una personalidad clara y además con roles femeninos fuertes y definidos que plantean de una u otra manera el destino de la banda Daisy Jones and The Six. Taylor Jenkins no se sirve solo de la atmósfera de esa década musicalmente hablando, sino también de un montón de problemáticas aledañas, una de las frases que destaca en la contraportada del libro es “Yo no soy la musa de alguien, no soy una musa. Yo soy ese alguien”.
Daisy es una mujer de armas tomar que no le agrada la condecendencia masculina, lo dice una y otra vez en la manera en la que habla, en la que camina y por supuesto en la que se viste. Camilla, la pareja de Billy Dunne es una mujer muy diferente a Daisy y sin embargo ambas tienen la característica de no tomar por sentado lo que se le da, luchar por ello y sobre todo tener fe en los demás, Camilla sí es una musa.
Karen, la tecladista del grupo The Six quizás es el personaje más lúcido en el contexto feminista, juro que subrayé su frase “Los hombres piensan que se merecen un aplauso por tratar a las mujeres como personas” porque ninguno de los hombres de la banda la trata con justicia , pues no están viendo a una excelente tecladista, solo a una mujer que toca el teclado excepcionalmente. Y ese tipo de revelaciones tiene todo el libro, no solo en el contexto feminista, sino también en todas aquellas cosas que Taylor Jenkins nos ha puesto por delante: todos tenemos adicciones, miedo a no ser quienes los demás piensan que somos, a ser un fraude o no ser realmente buenos… de pronto la escena musical solo parece un mundillo más en el que todos los aspectos mundanos se juntan, solo que con servicio de bar a la habitación y pool parties.
Hay un montón de autores capaces de describir la atmósfera perfecta, que te pueden hacer sentir en un castillo medieval húmedo, oscuro y abandonado, pero incapaces de llevarte más allá de la escena, Taylor Jenkins Reid no tiene ese problema porque sus ambientaciones te hacen ver hasta el final de la calle, los colores del atardecer, sentir la humedad cálida del verano, el olor del tequila en habitaciones de hoteles lujosos, los estadios llenos de fans cantando las canciones de The Six hasta desgañitarse, las palmeras desfilando en California o la tumultuosa Nueva York de los 70. En Todos Quieren a Daisy Jones puedes sentir el caos de la época, contemplar a Daisy con atuendos parecidos a Cher, o a Billy Dunne en mezclilla al puro estilo de Tom Petty, a Simone cantando Disco junto a Diana Ross o a Karen con sombreros como Carly Simon (digamos que los 70 no fueron una buena época a lo que moda se refiere). Asegúrate de tener al alcance música de The Doors, Nancy Sinatra, Linda Ronstadt, Bowie y Gloria Gaynor por que la vas a necesitar al terminar cada capítulo.