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Un México salvaje, un pueblo llamado Redención
Iván Farías comment 0 Comentarios

Tratando de sanar las heridas del sur perdedor, el general Ulysses S. Grant, convertido en el 18° presidente de Estados Unidos, mandó colonizar la costa del Pacífico, pero no sabía que estaría creando un territorio real y a la vez imaginario llamado el Salvaje Oeste. Ese territorio sería el caldo de cultivo de una cultura que permearía ambos lados de la frontera, que acabaría formándose con los años, pero que en ese momento iba creciendo mientras avanzaban los colonos.

Louis L’Amour, tal vez el más famoso de los escritores norteamericanos actuales, junto a Marcial Lafuente Estefanía, el icónico narrador español, crearon, junto a muchos otros (incluido Conan Doyle), un espacio mitad real, mitad ficción, en el que nuestro país queda siempre en un segundo plano.

En Un pueblo llamado Redención, Hilario Peña hace un western del lado mexicano, utilizando lo mejor de la literatura popular y de la “culta”. Mezcla eventos históricos reales, con permisos ficcionales, adereza todo con una buena dosis de relatos de aventuras, sarcasmo, ironía y un gran entramado literario que hace que la novela tenga varias lecturas. Por una parte, se puede ver como un título de evasión, y por otra, como un documento histórico que incluye los efectos de La Ley Lerdo, creada durante la Reforma, en el que se amortizaba las fincas, además de la persecución de indios insurrectos por parte del gobierno mexicano, cristalizado en la recompensa de 150 de los antiguos pesos que otorgaba el gobierno de Chihuahua por cada cabellera india que se entregara.

En aquel tiempo, la idea de justicia era aún más pantanosa de lo que es hoy, de eso se hace eco Peña, quien describe personajes con luces y sombras, creando así un western que podríamos llamar revisionista, donde los “pistoleros famosos” son seres humanos, es decir, con virtudes y defectos y que son vistos como buenos o malos dependiendo el lector.

Uno de esos personajes es Higinio Montoya, apodado “Perezas, una pistola en venta” y el otro es Cornelio Callahan, un mestizo criado por mojaves, esbirro del coronel don Vicente Ildefonso Ponce de León. Estos dos tipos llevarán bajo sus hombros la mayor parte de la historia, aunque muchas veces desaparecerán debido a la vorágine de eventos que suceden. Es que, México y Estados Unidos estaban gestándose al mismo tiempo y la vida se iba reacomodando cada tanto.

Hilario Peña ya había incursionado en el Western anteriormente, (a fin de cuentas el policiaco es el hijo bastardo de este género), pero había ubicado la trama en la época actual. El resultado fue Chinola Kid, un libro que fue metido con calzador en la llamada narconovela, por lo que en esta ocasión, Peña decidió situar la historia en el siglo XIX.

Un pueblo llamado Redención es la historia de unos pistoleros, de la creación de dos naciones, del norte y de un México violento, que sigue existiendo, aunque ahora nos parezca una rareza.

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