Como dibujantes sabemos que se puede dibujar con lo que sea y en cualquier momento. Creo que eso es lo más hermoso de esta práctica artística. Además de la estimuación de la imaginación y la creatividad, el dibujo, sea figurativo o no tanto, nos permite conocer cachitos de realidad o contar historias. Siendo este una de las formas artísticas que desarrollaron primero los seres humanos, la exploración del dibujo actualmente es inmensa.

A continuación presentaré tres libros de dibujo para dibujantes y no dibujantes donde podemos encontrar la inspiración que habíamos perdido. Igualmente, nos dan a conocer parte del proceso creativo de los autores. Lo mejor de estas obras es que no importa si vas iniciando, si ya eres todx un expertx o si sólo te gusta disfrutar de ilustraciones y garabatos llenos de ironía, son igual de disfrutables.

Dibujos secuenciales de Richard McGuire

Iniciamos con estos haikus vusuales recopilados de las páginas de la revista semanal The New Yorker. El poder de los dibujos simples construidos principalmente con pocas líneas nos cuentan historias sin la necesidad del uso del texto. Los sistemas semánticos y simbólicos que las imágenes poseen por sí mismas son el complemento o lo que hace sentido al espectador sin la necesidad de decir (o escribir) nada más que el título de los dibujos en secuencia.

Las historias son graciosas, tristes, felices, melancólicas y un largo etcétera de emociones. Esto es gracias a que McGuire le da personalidad a objetos inanimados. Por ejemplo, encontramos «Árbol» donde el mensaje podría ser la resistencia. Lo transmitido en nueve dibujos muy simples podemos encontrar esperanza. Incluso notaremos aparecer una pequeña sonrisa al terminar.

Por eso considero a los dibujos secuenciales de McGuire como haikus visuales. La simplicidad no lo hace falto de semántica, al contrario. Son mensajes tan contundentes que no necesitan de mucho para poder transmitir, que al final es lo que se podría buscar al dibujar. La creación de la poesía visual con estos Dibujos secuenciales (Salamandra Graphic, 2017) es todo un arte.

Rakugaki de Bunpei Yorifuji

Pasamos con un libro que es un manual para «pensar fuera de la caja», para incrementar la actividad mental que implica la imaginación. Dibujar no es sólo saber imitar fielmente la cosa que se dibuja. El dibujo hiperrealista no es necesariamente comunicativo si lo comparamos con lo que muestra la técnica rakugaki. A palabras de Yorifuji «El rakugaki es el dibujo más pequeño con el que se puede representar el universo más grande que existe».

Rakugaki (Blackie Books, 2022) enseña el poder comunicativo del dibujo. Dando ejemplos, ejercicios y abriendo un poco nuestra mente para poner en práctica situaciones que tal vez nunca habíamos imaginado. Explica cosas que, como dibujantes, hemos experimentado pero tal vez no nos habíamos percatado de toda la magia que sucede al dibujar: como darle narrativa a un rayón. Aprender a dibujar con la técnica rakugaki es divertido porque te enseña a observar y a imaginar.

Vemos, por ejemplo, las formas en que se puede dibujar un árbol: visión microscópica, visión general, visión estructural, visión macroscópica, visión temporal, visión imaginaria… En este sentido, no es que nos haga falta observar mejor, lo que nos hace falta es imaginar mejor. Y creo que de eso también se trata dibujar, de la satisfacción producida al finalizar un dibujo. Este libro explica el poder del punto, la línea, la construcción de espacios y un largo etcétera que se conjunta con la imaginación de comunicar lo máximo creando lo mínimo.

Las letras son dibujos de Alejandro Magallanes

En este bestiario de dibujos y sonidos encontramos ensayos y muchísimos dibujos (y letras) reuniendo al diseño, creación de carteles, ¿tipografías? y conceptos hechos al dibujar escribiendo. Básicamente, es una oda al diseño editorial. Lleno de dibujos irónicos que no sólo te hacen reír, sino que también te hacen reflexionar cotidianidades jugando con los sistemas simbólicos y semánticos de las imágenes y de las palabras.

Creo que más de unx, o eso creo, le hemos puesto cara, sonido, color, olor o cualquier indicio de personalidad a alguna letra o palabra. Pues es lo que Magallanes hace a lo largo de todo el libro. Lo que podemos apreciar aquí es la importancia del anclaje texto-imagen, ya que dibuja palabras y escribe dibujos en tiras cómicas que hablan de libros. Describe su experienca dibujando e imaginando los sonidos de las palabras dando como resultado la escritura.

Como mencionaba, el significado que se le puede dar a un dibujo es increíblemente grande y Magallanes explora todo esto con humor en Las letras son dibujos (Reservoir Books, 2022). Pongo como ejemplo de nuevo, un árbol. A veces existe una ambigüedad en la imagen cuando no se tiene ayuda de un texto que sustente lo que se está percibiendo y es ahí donde entra este humor, porque puede o no dejar de ser ambigua incluso, la imagen puede volverse irónica, violenta o inocente gracias a este pequeño huequito de semántica. Es muy divertido cómo narra su proceso creativo y cómo te invita a que tengas un poco de cinismo a la hora de dibujar.

Considero que estos tres libros son excelentes para divertirse imaginando, leyendo, dibujando, escribiendo… El alcance narrativo de las imágenes y el poder visual de las palabras es algo que siempre es bueno explorar. Dibujes o no dibujes, escribas o no escribas, imaginar es una forma de vida que puede llevarnos a lugares fantásticos sin salir de nuestra casa. Y observar es la herramienta que necesita la imaginación para poder distorsionar, seleccionar y aumentar la realidad que queramos plasmar en los próximos dibujos que hagamos en la esquina de una servilleta.

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