Me convertí en una madre joven, a la edad de 23 años, quizás más joven de lo que a mis padres les hubiera gustado, ellos tenían otras expectativas para mi vida. Con este suceso llegaron muchas dudas sobre mí y mi futuro, creyeron que de nada sirvió estudiar la universidad si iba a decidir casarme y ser madre. ¿Por qué la vida de una mujer es más o menos exitosa en función de si decide casarse y tener hijos, o bien, ser soltera y dedicarse sólo a ella y a su trabajo? ¿Ser mujer define nuestra vida y cómo debemos actuar o ser?

Hace unos meses decidí leerle a mi hija el libro ilustrado de Todos deberíamos ser feministas, de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adiche. ¿Por qué? Porque a pesar de que en la actualidad tenemos muchas más oportunidades que las mujeres de nuestros antepasados, seguimos siendo víctimas de desigualdad, porque vivimos en un país donde importa más un edificio que la vida de todas las mujeres desaparecidas por la violencia de género y quiero que ella aprenda y entienda desde pequeña que está bien alzar la voz y luchar por sus derechos, a ser feminista.

En este libro Chimamanda reflexiona sobre el papel de las mujeres en la sociedad, en cómo desde pequeñas se les ponen límites que a los hombres no, se les enseña a que deben “gustar” siempre, sentarse de manera “adecuada”, hablar de cierta forma, incluso cómo deben vestir. Del mismo modo, a los niños se les enseña a temer a la debilidad, a que los hombres no lloran y a que hay actividades que sólo ellos pueden hacer, por el simple hecho de pertenecer al género masculino. También cuestiona el por qué se considera que una feminista es una mujer que odia a los hombres, no usa falda o pintalabios, y es infeliz.

Es feminista una mujer que decide divorciarse del hombre que la violenta, es feminista un hombre que respeta a las mujeres, es feminista la mujer que decide casarse y tener hijos, pero también la que decide no hacerlo, es feminista un hombre que se involucra en los quehaceres del hogar, es feminista cualquier persona que lucha por la igualdad económica, política y social entre hombres y mujeres.

Seamos todos feministas, luchemos por un mundo distinto, un mundo más justo, un mundo de personas más felices y honestas consigo mismas, criemos a nuestras hijas e hijos sin distinciones. Hoy mi hija tiene un libro favorito y una escritora a quien admira, y aunque quizás todavía no entienda el poder de ser mujer y de sus acciones, crecerá sabiendo que todos merecemos las mismas oportunidades y los mismos derechos sin importar nuestro género, y que merece vivir libre y sin miedo.

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