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Pierre Lemaitre vuelve a su versión más histórica
Carlos Priego Vargas comment 0 Comentarios

Esta es una lista, sí, pero en la que se apuesta y comenta. Para los amantes del polar[1] y los que no lo leen habitualmente. Homenajes, libros arriesgados, diccionarios, maravillas escondidas… Un poco de todo para disfrutar la escritura del francés Pierre Lemaitre.  

Estaba en feria del libro del Palacio de Minería y a cualquiera que se me acercó le hablé de El Ancho Mundo (Salamandra, 2023) que devoré en aquellos días. Si durante ese tiempo Pierre Lemaitre vendió muchos libros, puede que yo tuviera algo que ver, me convertí en aquél entonces en un fan muy entusiasta. Y tiene mérito, además de estar conmovido y animado, me moría de envidia. 

Si esa historia se me hubiera ocurrido a mí, no me hubiese atrevido a escribirla. Una historia sobre tráfico de capitales en el pasado colonial de la Guerra Indochina, que antecedió a la invasión francesa a Vietnam. Estamos en 1948, la acción se desarrolla entre La Indochina francesa y el París de Posguerra. Los protagonistas de esta novela son los Pelletier, una familia propietaria de una fábrica de jabones con cuatro hijos que sirven al escritor para mostrar muchas vidas y de paso mezclar aventuras, romance, novela negra. Amante de Alexandre Dumas y Benito Pérez Galdós, y adaptado con éxito al cine por Nos vemos allá arriba (Salamandra, 2020), Pierre Lemaitre reivindica para los novelistas el talento para crear adicción en los lectores, algo que utilizan hoy las series de televisión. 

Buen argumento para una novela histórica. La fórmula es sencilla: utilice un asunto de ficción —como cualquier otra novela—, sitúela en un momento histórico concreto y teja dichos acontecimientos y personajes de la vida real para sostener el desarrollo del argumento. Hasta aquí todo va bien, salvo que monsieur Lemaitre no está muy convencido con esa definición de la novela histórica, y así lo deja claro:

“La novela histórica es un género difícil de definir. Una de los equivalentes que podemos dar a la novela histórica es una novela que y transcurre en el pasado, pero: ¿cuándo empieza el pasado? Si escribo una novela que transcurre en los años dos mil, para un joven lector de 17 años, esa época es la edad media, entonces para él es una novela histórica, pero para una persona de mi edad, un libro que tiene lugar en dos mil es algo contemporáneo. Por tanto, vemos que la categoría del tiempo no es una buena categoría para decir que es una novela histórica. El segundo parámetro, podemos decir que una novela histórica empieza cuando un personaje de ficción se encuentra en una novela con una serie de personajes de la realidad, lo cual no es mi caso, ninguno de mis personajes se encuentra con personajes de la realidad. La novela histórica es una categoría práctica para los periodistas, para los lectores, para las editoriales y para los bibliotecarios, pero a nivel literario no es una categoría muy operativa que digamos”.    

En cambio, lo que hace el escritor en su último libro —el primer volumen de una nueva serie descomunal que orbita alrededor de los “treinta años gloriosos” de la historia francesa que siguieron a la Segunda Guerra Mundial— es maridar con mano experta las estrategias de la novela de aventuras, histórica, thriller, romance y comedia sobre las peripecias de la familia de empresarios Pelletier y sus cuatro hijos que se mueven entre París, Beirut e Indochina. Un libro teñido de thriller que exhibe orgulloso su trayectoria como autor de neo-polar —se da el lujo de incluir un asesino en la novela—. Este dilatado y asombroso proyecto es, en mi opinión, una cima de la carrera literaria del escritor.

Irene (Alfaguara, 2015) es la primera novela de la serie del inspector Camille Verhoeven y al mismo tiempo es un excelente homenaje a la novela negra. La trama es la siguiente: un asesino serial anda suelto por París y el sello que deja en sus víctimas parece rendir homenaje a distintas novelas negras clásicas. Mientras su vida corre peligro y el número de víctimas va en aumento, Verhoeven —para atrapar al asesino— se rodea de Louis, su mano derecha; y Maleval, un hombre de descuidada integridad. Escrito de manera audaz, con ritmo vertiginoso, tenso y emotivo, este original homenaje a Bret Easton Ellis y James Ellroy atrapa al lector desde el inicio hasta el cardiaco desenlace. 

Al principio, el descubrimiento del Diccionario apasionado de la novela negra (Salamandra, 2022) me dejó alucinado: a la primera lectura no pude comprender qué tipo de deslumbramiento ejerció sobre mí. Cuando finalmente lo comprendí, pasé del desconcierto a la estupefacción. Armado a manera de enciclopedia, reúne ciento noventa y cinco contundentes entradas sobre la novela negra y muestra que el género es poco más que estereotipos, tópicos, lugares comunes, clichés y trivialidades. La antología es un artefacto que proporciona satisfacciones (la idea de encontrar autores que conozco, por ejemplo: Leonardo Padura, Chuck Palahniuk, John Grisham), algunas sorpresas (Pierre escribe sobre el mexicano Rafael Bernal y su Complot Mongol) y otros descubrimientos (para muestra está Mo Hayder). Un aspirante al lector del género negro encontrará aquí una lista muy práctica, da lo mismo hacia donde se mire: en cualquier página se encuentran notas, audaces afirmaciones, algunas instrucciones que más de un lector podrá tomarse al pie de la letra; todo pasado por el tamiz de las reflexiones del autor francés. Si alguien desea conocer de novela negra, con solo leerse esta antología ya estará suficientemente preparado.

Recursos inhumanos (Alfaguara, 2017) es una crítica mordaz a la forma como se comporta el sistema laboral, la codicia empresarial, la desigualdad social; y está inspirada en un suceso real: en 2005 Philippe Santini, director de France Télévisions Publicité, diseñó un experimento de psicología social para estudiar el comportamiento de los ejecutivos de su empresa. El juego de rol consistía en una ficticia toma de rehenes con la intención de medir la resistencia de sus trabajadores ante situaciones de estrés. (Me cuesta trabajo imaginar la capacidad imaginativa del escritor francés para plantear una novela lo suficientemente inteligente con las mismas dosis de crítica social, gran sentido del entretenimiento y del espectáculo). Lemaitre aprovecha el hecho para montar una trama que arranca de forma irónica y culmina con una extraña sensación de opresión, en un momento de la historia el lector desconfía de su punto de vista, todo lo que creía sólido salta por los aires, a la mitad de la novela el lector ya no sabe qué pensar.

Con todo, mi preferida es una novela —que se basa en una trama propuesta por George Perec en: La vida instrucciones de uso— cuyo título no me atrajo en absoluto: Vestido de novia (Alfaguara, 2014). Superado ese trance quedé atrapado por el argumento. ¡Qué shock! La historia comienza muy bien, es magnífica a la hora de presentar a los personajes. Primero está Sophie, la protagonista, que un día despierta y descubre que el niño al que cuida fue estrangulado con los cordones de sus propios zapatos. La puerta de la casa donde trabaja está cerrada, por lo tanto si hay un culpable todo apunta hacia ella. Como es natural, emprende la huida y, a su paso, siguen apareciendo muertos. Busca un escondite y desaparece. Este momento de la historia es rápido e intenso. Luego está Frantz, un personaje muy inteligente y cuidadoso que mueve varios hilos en la vida de Sophie. Esta es una parte más lenta, es como si el autor decidiera despertar al guionista de series de televisión que lleva dentro e intenta enganchar al lector. En la última parte de la novela aparecen volantazos en el argumento, disfraces, uno que otro truco de magia y abuelos, padres desequilibrados, la Francia rural, antagonistas reprimidos, historiales psiquiátricos…

En la faja, Stephen King señala: “evito leer novelas traducidas, pero leí a Pierre Lemaitre: un autor de novelas de suspense realmente excelente”. No se puede decir nada mejor.  Pierre Lemaitre es uno de esos autores procedentes del polar con ganas de cambiar de aires. Hace bien porque cuenta con el talento para ello.


[1] Término génerico que, en los países francoparlantes, fusiona la novela negra y la novela policiaca al igual que el término “novela negra” lo hace en México y España y “giallo” en Italia.

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