De un viaje por ideas económicas alternativas al Veracruz que no se ve de Fernanda Melchor: los títulos de los que más se habló en el festival literario y de artes importado a México desde la pequeña población mercantil de Hay-on-Wye en Gales
El domingo cerró sus puertas la octava edición del Hay festival Querétaro bajo un doble protagonismo: una exploración de los conceptos económicos más complejos explicados a través de la historia de ciertos alimentos y la participación de Fernanda Melchor consagrada como una de las rockstars de la literatura mexicana. Tres años antes de la mañana del pasado domingo, la veracruzana ya había sido nominada al Premio International Booker y antes de eso había recibido el Pen Club a la excelencia periodística, el Premio Anna Seghers y el Premio Internacional de Literatura 2019, Casa de las Culturas del Mundo, Berlín.

En medio de más de cinco mil libros que convirtieron los principales espacios públicos del centro de Querétaro en una especie de librería ambulante, el pasado fin de semana, en la plaza queretense, se unió a la fauna local —compuesta por turistas, vendedores ambulantes, familias y el tráfico ruidoso— casi 29 mil visitantes dispuestos a escuchar a Ha-Joon Chan, Victoria Belim, Juan Villoro, Yael Weiss, Tania Tagle, Andrea Wulf, Brenda Navarro, Julián Herbert, Luis Jorge Boone, Guillermo Arriaga, Rosa Beltrán, entre otros. Fue ahí, dónde la tarde del jueves el editor Andrés Ramírez aprovechó para hacerme su recomendación y no perderme en el mar de presentaciones. “Vine para ver a mucha gente, pero te recomiendo que no te pierdas a Villoro, Elvis, Rosa Beltrán, Arriaga y Melchor”, me dijo. En los cuatro días que duró el evento, los organizadores hablan de 105 actividades realizadas y la participación de 147 personalidades procedentes de 20 países. “Me gusta mucho el formato, se habla de los libros, se habla de las obras y de los autores, pero también colinda con otro tipo de reflexiones y de temas que para mí es lo que hace al Hay Festival un poco más atractivo y revitalizante. Es un formato que funciona muy bien, porque la gente se involucra, pregunta y comenta y luego busca la firma del autor”, me dijo a propósito de la organización del encuentro literario.
Mapear el programa de presentaciones no es fácil. La decisión tampoco. Muchos visitantes caminan desorientados por las principales calles entre los anfitriones preguntando cómo llegar ahí. “¡Pinche laberinto!” Comenta un joven que en lugar de llegar al Museo de la Ciudad estaba formado en la fila del Teatro de la Ciudad, estuvo a punto de entrar a la plática de Andrea Wulf, pero él quería oír a Victoria Belim. Los programas de mano y la ayuda de los anfitriones sirven mucho para orientarse, al final se encuentra cada presentación.
En Hay Festival la venta de ejemplares funcionó a la inversa de una feria del libro, los visitantes encuentran varias sedes donde se presentan platicas simultáneas y son menos los expositores de las editoriales, solo se oferta en cada plática los ejemplares de los participantes.
Durante la mañana del sábado una de las presentaciones más esperadas fue la de la historiadora y escritora germano-británica Andrea Wulf, durante los cincuenta minutos que duró su participación, dialogó con el editor Diego Rabasa sobre la agitada vida de los románticos en Jena, los protagonistas de su libro Magníficos rebeldes (Taurus, 2022). “Es importante hablar de los románticos de Jena como un grupo de personas, de amigos, verlo de esta manera nos ayuda entender cómo se desarrollaron sus ideas”, dijo al editor.

El festival se celebró del 7 al 10 de septiembre, es la octava ocasión que Querétaro ejerce como sede y antes de eso, la ciudad de Xalapa, en cuatro ocasiones, y Zacatecas, en una, fueron los lugares donde se concentraron los escritores, los libros, las ideas y los lectores. Mayra González Olvera, directora literaria de Alfaguara en México, cuenta que encontró que, desde hace un par de años, el festival se convirtió en una parada obligada para distintos clubes de lectura de varias partes del país. “Cada vez me gusta más escuchar las participaciones del público, son interesadas, pero, sobre todo, enteradas. Viene mucha gente que ya leyó las novelas y que a partir de la conversación generan otro tipo de preguntas”, señaló.
A diferencia de otros formatos donde los lectores pueden convivir con los autores, en Querétaro no tienen que luchar para hacerse oír, porque, a pesar de que en los espacios abiertos, como el Jardín Guerrero, la vida sigue su curso habitual, muchos son los paseantes que se contagian por el encanto de los ponentes y deciden formar parte de la celebración. “Lo atractivo de todo esto es la diversidad”, dice González, “aunque los escritores y las escritoras que participan han publicado por distintas vías, al final parece que todos estamos hablando y escribiendo sobre lo mismo. Salgo de la conversación entre Victoria Belim y Yael Weiss y encuentro que se está hablando de Ucrania, pero al mismo tiempo de las costumbres del país de Europa Oriental que involucran el acto de tejer y las maternidades y luego voy a la platica entre Daniela Rea, Tania Tagle, Alejandro Zambra y Elvira Liceaga y encuentro que ellos también están trabajando los mismos temas y si entraste a la mesa de Rosa Beltrán, Aroa Moreno Durán y Sylvia Georgina Estrada y ellas también están preocupadas por temas similares, me da la impresión de que todas las ideas van rebotando y eso me encanta porque son conversaciones que parece que son distintas pero que van llevando una misma línea”, puntualiza.

Sin embargo y mucho más después de la pandemia, los lectores llegan cada vez más con los deberes hechos: los puntos de vista se intercambian desde antes de las presentaciones o después del encuentro de los participantes y muchos, para evitar las largas filas o no verse ahogados a comprar en muy pocos minutos un libro para una firma llegan a las sedes con varios libros bajo el brazo.
Los libros on fire o yo ví como Fernanda Melchor colapsó el Hay Festival
Hablar de libros on fire en el Hay Festival no debe asociarse a un género en concreto, de hecho, en contra de lo que el lector de este artículo puede pensar no tiene que ver con literatura escrita para elevar la temperatura. Despues de lo que ocurrió este año, quiero proponer ver estos libros como los que más se vendieron durante las presentaciones, o en los días previos a ellas, pero siempre durante los cuatro días que duró el festival. Dicho esto, libros on fire serían aquellos sobre los que los lectores más se interesaron.
Economía comestible (Debate, 2023), de la estrella de la economía Ha-Joon Chang se alzó en el festival como el libro caliente más caliente de los cuatro días. Contrario a la idea de que la economía solo la entienden los expertos, el profesor de la Universidad de Cambridge explica, de manera deliciosa, distintas ideas económicas a partir de metáforas con los alimentos. Cuando le pregunté: ¿cuáles son las 23 cosas que no nos han contado sobre el capitalismo? Dejo escapar una gran carcajada y dijo: “no me acuerdo realmente de cuales son estas 23 cosas, pero con mi trabajo lo que intento es desmentir el mito del capitalismo, por ejemplo, que las desigualdades son buenas”.

Pulina Ortega es una entusiasta del boom de las narradoras. Los días pasados se paseó animada por las calles de Querétaro, siempre a la casa de las novedades que no tiene y que le resultan interesantes. Sin embargo, la mañana del domingo no escondió su emoción sobre la comprobación de una de sus teorías, con Temporada de huracanes (Random House, 2017), Páradais (Random House, 2021) y Aquí no es Miami (Random House, 2023) y una versión anterior de Falsa liebre (Random House, 2022), antes de la conversación entre la escritora y Julián Herbert ella predijo que el regreso de Fernanda Melchor a la presencialidad en un festival literario ratificó su potencial de futuro como motor de las escritoras en América Latina. No se equivocó, al final de la presentación los ríos de gente eran interminables, la firma de libros duró poco más de dos horas. Editores, lectores, libreros y autores consultados coincidieron en una premisa: “ella escribe de las cosas que conoce, de la desesperación, de la sensación de que no hay futuro”. Durante la plática entre Melchor y Herbert, Pulina no pudo evitar llorar. Ella vivió varios años en Veracruz y cuenta: “cuando lees a Fernanda recuerdas que el puerto es un lugar muy bello y muy feo. Siento que las historias que cuenta están ahí, te cruzas con ellas”, dijo.
Durante la conferencia de clausura, el día lunes, los organizadores del Hay Festival dieron a conocer que de los cinco libros más vendidos durante el encuentro tres pertenecen a los escritos por la veracruzana, Temporada de huracanes, Páradais y Aquí no es Miami, fueron de los más demandados por los lectores, sólo por detrás de Economía comestible, de Ha-Joon Chan.

La celebración de la literatura, el pensamiento, las ideas y el intercambio entre las personas llegó a su fin. A manera de entrega de resultados, Izara García, Coordinadora Internacional del Hay Festival, dijo: «el festival ha ido creciendo, convirtiéndose en una cita cultural importante para la ciudad. Hemos tenido muchos visitantes de otras partes de la república y de otras partes del mundo, y eso realmente nos emociona mucho”. La colaboración entre lectores, organizadores, editores y autores, este año, produjo un festival fantástico, todo aquel que estuvo presente el fin de semana pasado en Querétaro lo supo. En palabras de los organizadores, “El plus del Hay Festival es la estatura de las personalidades que la integran”, esperemos que el ecosistema editorial continue trabajando junto y organicen más festivales en el futuro.
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