Los viajes en el tiempo han sido un tema recurrente en la literatura (y en general en los productos culturales) de ciencia ficción y, dentro de ellos, es casi imposible que no surjan paradojas, pues ¿qué pasaría si viajo al pasado y me encuentro con mi “yo” de ese tiempo? ¿O si altero el pasado y mis papás nunca se conocen?

En los 80, la película Back to the Future de Robert Zemeckis se encargó de popularizar la idea de las paradojas de los viajes en el tiempo. Sin embargo, tanto en la literatura como en el cine y la televisión, el tema se ha tratado ad infinitum. Aquí les dejamos algunos ejemplos para que puedan leerlos/verlos (advertencia: hay spoilers):

12 monos

En un futuro postapocalíptico, un prisionero llamado James Cole (interpretado por Bruce Willis), quien tiene un sueño/recuerdo recurrente en el que presencia la muerte de un hombre en un aeropuerto cuando era niño, se ofrece como voluntario para viajar al pasado y recolectar muestras de un virus que acabó con la mayoría de la población, supuestamente liberado por el ejército de los 12 monos. Cuando descubre quién fue el verdadero responsable, Cole se dispone a impedir que el virus sea propagado. En lugar de eso, la trama da un giro de tuerca obligando a Cole a repetir el ciclo una y otra vez. 

El fin de la eternidad

En este libro de Isaac Asimov, el protagonista, Andrew Harlan, es miembro de una organización que realiza viajes en el tiempo programados para hacer mejoras en la sociedad a partir de pequeños cambios de Realidad. Esta organización, llamada la Eternidad, fue fundada gracias a los descubrimientos de un científico llamado Vikkor Mallansohn, un hombre del siglo XXIV que creó un Campo Temporal, convirtiéndose así en el virtual fundador de la Eternidad. Con el tiempo, Harlan se da cuenta de que la base matemática que Mallansohn utilizó no fue descubierta sino hasta el siglo XXVII, por lo que no pudo crear este campo sin que alguien del futuro se lo enseñara, y ese alguien podría ser un miembro de la propia Eternidad. 

Dark

Si de paradojas hablamos, esta serie alemana se lleva las palmas, pues son éstas el núcleo central de la trama en la que se muestran los mismos personajes en diferentes épocas (con 33 años de diferencia). Pero quizá la más impactante es cuando, en uno de los capítulos finales de la segunda temporada, se revela que la hija de uno de los personajes principales es, a su vez, la madre de la misma. ¿Cómo pudo suceder esto? Aunque la hija-madre nació en un año posterior, en algún momento viajó al pasado y dio a luz a la mujer que, posteriormente, la daría a luz a ella misma, revelando así que el tiempo no es algo lineal y planteando la vieja pregunta de: “¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?”.

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