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Las marginalidades en El murmullo de las abejas
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Sofía Segovia, autora de El murmullo de las abejas (2015), nació en Monterrey, México. Hasta ahora ha publicado otras dos novelas, la primera Noche de huracán (2010), republicada como Huracán en 2016, y la más reciente, Peregrinos (2018). Es una autora nueva por lo que no hay mucha crítica sobre su obra, excepto reseñas. Este ensayo sirve como uno de los primeros análisis de El murmullo de las abejas. La novela juega con el realismo mágico, no sigue una línea recta de tiempo y hay múltiples voces narrativas que crean una compleja trama desafiante para el lector. Este análisis se enfoca en unos de los capítulos más importantes para entender mejor el rol del protagonista discapacitado y marginado, Simonopio.

Hay gente marginalizada en todo el mundo, son personas reprimidas por la sociedad como las mujeres, los indígenas, los discapacitados, los niños, y los inmigrantes. Los marginados sufren la represión social, muchas veces simplemente a causa de su aspecto físico, su raza o su género. La novela El murmullo de las abejas desarrolla la historia de un chico, Simonopio, con labio y paladar hendido, que tiene poderes sobrenaturales tales que puede comunicarse con las abejas y la naturaleza. Este trabajo tiene tres partes: primero, la historia de la condición del labio y paladar hendido; segundo, los sistemas de creencias de la cultura azteca y la cultura europea enfocándose en la gente discapacitada; y tercero, el personaje de Simonopio, para comprender la recepción o rechazo de la gente con discapacidades en una cultura.



La novela empieza con una familia rica, los Morales, en el pueblo de Linares, al nordeste de México, y usa la Revolución Mexicana como telón de fondo, entre los años 1910 y 1920. En el primer capítulo, la vieja Nana Reja descubre al recién nacido, abandonado bajo un puente y cubierto de miles de abejas. Ella lleva al niño a la casa de los Morales, los terratenientes de varias granjas en la región. Ante la insistencia de la nana por cuidar del niño, la familia Morales decide adoptarlo. El nombre Morales provee una pista para el lector; la familia Morales es amable e importante en la comunidad y representa la buena moral de la cultura mexicana. Cubierto de un manto vivo de abejas que lo acompañarán y lo guiarán para siempre, Simonopio llega a cambiar la historia de la familia que lo acoge y el futuro de toda una región agrícola. Como la Nana Reja, las abejas le ofrecen a Simonopio una protección maternal, que no sólo le ayuda a sobrevivir con su discapacidad, sino que también sirve para crear en él un chico amable, leal y poderoso.

Para entender tanto el miedo como la fascinación que produce la deformidad del rostro del chico, es importante conocer un poco cómo fue percibida en el pasado. La historia del labio y paladar hendido no tiene un principio fijo, y así es difícil saber la fecha del primer término o la primera cirugía. En muchas de las culturas mundiales, los bebés nacidos así eran sacrificados, normalmente con la suposición de que escondían un espíritu malvado o que eran demonios. En El murmullo de las abejas, el antagonista, Espiricueta, considera a Simonopio el diablo en cuerpo de niño y siempre sospecha que Simonopio hará algo malvado a él o a su familia (Segovia, 219). Como Simonopio, muchos niños en las antiguas culturas grecorromanas fueron abandonados y expuestos a la naturaleza para morir. Aunque esta práctica parece primitiva, aun Platón la justificó como un medio para evitar el mal agüero y mantener la fortaleza de la raza griega (Bhattacharya). A causa de la falta de conocimiento científico, había muchas explicaciones para la condición. Por ello, en 1550 un arzobispo proclamó que “hay un infortunio que muchas mujeres encuentran durante el embarazo si comen o saltan por encima de la cabeza de una liebre; dan a luz a hijos con una boca leporina, tienen el labio separado permanentemente entre la boca y los orificios nasales” (Bhattacharya). Los términos viejos para el labio y paladar hendidos normalmente son asociados con animales, especialmente con la liebre. Términos comunes para el labio hendido son “harelip”, o “labio leporino”. Estos términos, aunque son comunes, perpetúan el sentimiento de otredad y una falta de respeto por animalizar a la persona. En el texto, una amiga de la familia Morales “acaricia [a Simonopio] como mascota” (Segovia, 67), mostrando que este tratamiento era normal y aceptado en la sociedad. El término más usado hoy es labio/paladar hendido, o “cleft lip/palate”.

Estela funeraria fechada en torno a 380 a.C en el Museo Arqueológico Nacional, Atenas.

El primer lugar que registra una cirugía exitosa del labio hendido fue China en 390 a.C., con un paciente de 18 años (Bhattacharya). Otras culturas practicaron varias maneras de corregirlo, pero hasta el siglo XX normalmente no fueron satisfactorias, por no entender la causa de la condición y por la falta de anestesia. Puesto que un labio o paladar hendido puede causar varios problemas, incluyendo la dificultad de hablar, de comer, y de respirar (Allori), hoy en día es normal corregirlo durante los primeros cinco meses de vida (Bhattacharya). En la novela, cuando el médico examina a Simonopio, explica que es una “malformación”, pero que no puede corregirla (Segovia, 42). Esta novela toma lugar en un tiempo cuando la cirugía todavía no era perfecta, pues los bebés murieron a causa de la inhabilidad de mamar. En el caso de Simonopio, la miel sagrada de sus abejas le ofreció la oportunidad para sobrevivir.

La recepción de la gente con deformidades o discapacidades varía entre culturas, pero, universalmente, se les juzga como diferentes. Durante la época de la colonización de Europa, la gente con discapacidades, enfermedades mentales o deficiencias intelectuales eran rechazadas por la sociedad como abominaciones o monstruos (MGCDD). Una discapacidad física también suponía que la persona no tenía mucha inteligencia. Segovia explica que: “… algunos llegaron a pensar que [Simonopio] . . . no solo tenía un defecto facial, sino que también era un débil mental” (Segovia, 52). A causa de esta suposición, la familia Morales no le permitió a Simonopio asistir a la escuela, consecuentemente, el niño aprendió a cultivar y a mantener la tierra fértil. Por varios siglos antes del Renacimiento, la gente discapacitada en Europa sufría mucha discriminación, cosificación y marginación. Había prácticas como “jaulas idiotas” o “barcos de tontos” (MGCDD) para controlarlos o deshacerse de ellos. También, existía el trabajo de “tonto” o “bufón” para divertir al rey o a los nobles, lo cual añadió a la percepción negativa de estas personas. Esta misma mentalidad llegó al Nuevo Mundo junto a los conquistadores, donde ellos encontraron una visión hacia las discapacidades casi opuesta al de la cultura azteca.

El mercado de Tlatelolco, mural de Diego Rivera

La cultura azteca creía que la gente con discapacidades (en general) poseía poderes sobrenaturales, especialmente con relación a los presentimientos. Al principio de la novela, Simonopio, como niño pequeño, anticipa peligros y previene las muertes de toda la familia Morales cuando la influenza española llega al pueblo. Esta sensibilidad viene de la conexión íntima que tiene él con la naturaleza, una que la sociedad azteca alababa. Según los diarios de Fray Juan de Torquemada y Hernán Cortés, había comunidades de gente discapacitada que trabajaba y vivía en los jardines del rey en la tierra azteca (Cómo vivían). Estas comunidades representan la aceptación de la gente discapacitada en la cultura azteca. En la novela, Segovia explica que “Simonopio estaba para afuera, para el monte. Estaba para leer la vida, no los libros” (Segovia, 51), lo cual demuestra el vínculo con la naturaleza que tiene Simonopio. Además de poderes sobrenaturales, los aztecas pensaban que los discapacitados eran “emisarios de los cielos” (Cómo vivían). Para la familia Morales, Simonopio era un “parteaguas familiar” (Segovia, 36) porque, después de años sólo nacieron dos hijas, y Simonopio fue su última oportunidad para tener un hijo varón – un primogénito— para heredar la tierra.

Simonopio representa todo lo sobrenatural en que los aztecas creían: tiene una conexión fuerte con la naturaleza, puede comunicarse con las abejas, puede predecir el peligro y puede sentir las emociones de otros. Simonopio salva a su familia varias veces usando sus instintos, sus premoniciones y sus abejas para pronosticar un peligro. Otro aspecto sobresaliente de Simonopio es que nadie sabe sobre su origen, solo dónde estaba cuando la Nana Reja lo descubrió, y la novela no ofrece ninguna explicación de su raíz. Esta decisión de la autora permite que el lector se enfoque en el aspecto más importante de él, su labio hendido, lo más visible al público.

En El murmullo de las abejas, se reconoce que la discapacidad del niño es el labio hendido, pero Segovia sólo lo describe vagamente, sin nombrarlo específicamente, “La quijada inferior estaba formada a la perfección, pero la superior se abría desde la comisura del labio hasta la nariz. No tenía labio, encía superior al frente ni paladar” (Segovia 42). Al inicio del texto, Simonopio sufre las repercusiones sociales de su discapacidad, especialmente la discriminación por parte de la comunidad y el hombre Anselmo Espiricueta, un pobre trabajador ladino de la familia Morales que es la encarnación de la superstición y la envidia. Espiricueta vocifera una percepción supersticiosa de Simonopio cuando dice que es un demonio, hijo de bruja, un presagio, quien no merece el privilegio de vivir con los Morales. La primera vez que Espiricueta ve al niño, piensa: “. . . había besado el diablo; que si se dio algún pacto con el diablo, que si era el mismísimo demonio o un castigo divino” (Segovia, 39). Cuando es mencionado por primera vez en la novela, Espiricueta está en contrapunto de Simonopio, son enemigos acérrimos y tratan de evitarse a causa de su miedo compartido.

Espiricueta tiene una perspectiva más radical que la gente de la comunidad. Los miembros del pueblo tienen sus propias supersticiones, pero el poder de la familia Morales los obliga a aceptar al niño. En general, la gente no percibe a Simonopio como un demonio o el diablo, sino como la mala suerte o un error. Desde el momento en que el médico va a la casa de los Morales para examinar al bebé, “ya Linares entero sabía del infortunio de Simonopio y de la posible desgracia de la familia Morales y toda su descendencia” (Segovia, 40). Esta comunidad representa una cultura de chisme y superstición. Puesto que la gente sin conocimiento científico no sabe mucho de la biología, la razón de su condición se relaciona con las creencias, así las percepciones varían dependiendo de la cultura y la época.

En conclusión, la novela El murmullo de las abejas aborda muchos temas importantes para discutir. Estudiar y escribir de aspectos como el de la gente discapacitada ayuda a entenderlos mejor, porque, hasta hoy en día la sociedad no sabe reaccionar a las discapacidades visuales. Las personas discapacitadas siempre han experimentado la represión social, pero los estudios de la biología, la historia, y la sociología ayudan a cambiar estas percepciones y a abrir puertas sociales para todos en la comunidad. 

 

Obras citadas

-Bhattacharya, S, et al. “Cleft Lip: The Historical Perspective.” Indian Journal of Plastic

Surgery: Official Publication of the Association of Plastic Surgeons of India, Medknow

Publications, Oct. 2009, www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2825059/.

-Allori, Alexander C., et al. Classification of Cleft Lip/Palate: Then and Now. The Cleft Palate–

Craniofacial Journal, Mar. 2017, journals-sagepub-com.proxy.library.ohio.edu/doi/pdf/10.1597/14-080.

-“¿Cómo vivían los mutilados y discapacitados en el México prehispánico?” Apromeci,

Asociación Prodefensa De La Medicina y Cultura Indígena, A.C., 6 Oct. 2015,

apromeci.org.mx/2015/10/06/como-vivian-los-mutilados-y-discapacitados-en-el-mexico-prehispanico/.

-The Minnesota Governor’s Council on Developmental Disabilities (MGCDD). “Parallels in Time

A History of Developmental Disabilities.” Parallels in Time | A History of

Developmental Disabilities | Part One, mn.gov/mnddc/parallels/index-part-one.html.

-Segovia, Sofía. El Murmullo De Las Abejas. Lumen, 2015.

-Warman, Arturo. “La reforma agraria mexicana: una visión de largo plazo.” Land Reform,

Land Settlement and Cooperatives – Réforme Agraire, Colonisation Et Coopératives

AgricolesReforma Agraria, Colonización y Cooperativas, FAO,

www.fao.org/3/j0415t/j0415t09.htm.
-Xiu. “¿Qué pasaba con los discapacitados en Tenochtitlán?” Matador Español, Matador

Español, 22 July 2018, matadornetwork.com/es/discapacitados-en-tenochtitlan/.

 

Suzy Aftabizadeh

Ohio University

sa976115@ohio.edu

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