He de confesar que he leído muy poca literatura oriental. Cuando comencé a leer los Cuentos de amor de Junichiro Tanizaki, de quien jamás había escuchado hablar, pensé que me había perdido de mucho durante estos años.

Junichiro Tanizaki nació en Japón en 1886 y es, junto a Kawabata y Mishima, uno de los tres grandes escritores japoneses del siglo XX. Escribió relatos, cuentos, novelas y ensayos, siempre asediado por la censura de su país.

La temática de estos Cuentos de amor me resulta osada, y a su vez inquietante. En los once relatos que constituyen la edición de Alfaguara, algunos traducidos al español por primera vez, nos encontramos con un eje fundamental que guía todas las historias: la pasión.

En algunos relatos, como “Tatuaje” y “Los pies de Fumiko”, el autor aborda el tema del fetiche por el pie desnudo en la cultura japonesa, el cual, a diferencia de en occidente, no significa algo sucio o desagradable, sino todo lo contrario, el pie es algo bello y deseado, con una gran carga erótica en su imaginario:

“—¡Llevaba casi cinco años esperándote! Aunque no haya visto tu cara hasta hoy, ¡cómo he suspirado por tus pies!”

Otra temática abordada constantemente en estos cuentos es la belleza destructiva. En el caso de “El guapo” y “El caso del baño Yanagui” esa belleza es masculina, y sus protagonistas son hombres seductores, pero también son sádicos, asesinos y dementes.

Estos Cuentos de amor no son en realidad cuentos de amor romántico, en ellos encontramos una gran carga erótica, perversidad, sensualidad y destrucción; historias escritas de manera clara y directa con grandes descripciones, relatos que podrían resultar perturbadores para algunos lectores por la lucidez de los deseos humanos en sus páginas, y es precisamente por esa claridad que, sin duda, vale la pena leerlos al menos una vez en nuestra vida.

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