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La intemporalidad literaria
Aldo Fabián López Cruz comment 0 Comentarios

Anaïs Nin es una autora vigente en nuestros días, ya sea por la calidad de su prosa, o por los temas que trató en sus historias. Sensualidad, erotismo y toques de surrealismo desfilan por su obra, fuertemente autobiográfica.

Hoy es admirada y ha influenciado a una gran cantidad de autoras y autores. Pero antes de controvertidas obras como Pájaros de fuego o sus diarios, ella ya daba muestras de una profunda imaginación, creatividad y capacidad para analizar el mundo que la rodeaba. El gran ejemplo de ello es La intemporalidad perdida (Lumen, 2022), una compilación de cuentos que escribió cuando tenía menos de veinticinco años.

Dieciséis relatos que ya contienen los temas que la caracterizarían en su carrera literaria. Pero también el lector descubrirá una Anaïs nueva, con una delicadeza para describir sus historias y una ternura particular, tal vez fruto de su juventud, pero no por ello inocente o superficial.

«la mía es la historia del alma, de la vida interior y de sus reacciones frente a la vida exterior»

Todos los cuentos incluidos en esta edición presentan momentos sobresalientes, a continuación se describen varios de ellos:

La intemporalidad perdida

Se trata de un relato que se adentra en los pensamientos y sueños más íntimos de su protagonista, una joven que va a pasar el fin de semana con su esposo a la casa de campo de un escritor al que admira. La narración toma una forma más surreal cuando ella aborda una vieja barca abandonada en el jardín. Tiene un final desconcertante y claro a la vez: hay un fuerte deseo de cambiar su forma de vivir.

Me gustaría poder pensar en voz alta, no siempre en susurros secretos.

Estoy cansada de buscar una filosofía que concuerde conmigo y con mi mundo. Quiero encontrar un mundo que concuerde conmigo y con mi filosofía.

—¿Qué vas a hacer esta noche? —le preguntó ella.

—Cenar con los Park.

—Eso no es un destino —replicó ella.

La canción del jardín

La protagonista de este relato tiene desde niña una necesidad enorme por conocer el mundo, reconocer todas esas sensaciones que recorren el interior del ser humano. Desafortunadamente para ella, sus padres, a pesar de ser unas personas muy cultas, son incapaces de experimentar las mismas sensaciones, tampoco poseen sus mismas inquietudes; carecen de su sensibilidad.

Lo único que queda en apariencia es refugiarse en los libros, en la libertad que le dan al visitar esos mundos vastos. Al ir creciendo se da cuenta que también es necesario vivir por cuenta propia y que la literatura también se puede usar como herramienta de inspiración.

Pensó que tal vez le estuvieran creciendo alas, como las que había visto en los libros sagrados. Las monjas llamaban alma a las alas.

En lugar de reír sin parar, de llamar a las barcas de pesca o de estar todo el rato hablando en la mesa, escribía versos detrás de las estampillas sagradas.

Aunque rica en sensaciones, sentimientos e ideas, la poesía sugería, con palabras inefables, la existencia de la magia, del misterio, de un mundo no visto.

El sentimiento gitano

Este cuento es una prueba de la admiración y el amor que la autora tenía por el baile, pareciese haber algo de su esencia en ambos personajes femeninos. Por un lado la pasión y energía de Lolita; por el otro la sensibilidad de Mariette.

Existe cierto mensaje implícito sobre la idealización que muchas veces poseen los seres sensibles, esto al mostrarse la decepción del personaje masculino, un poeta admirador de Lolita, cuando sabe que la bailarina no encuentra fascinación en el arte. Poco después él se da cuenta que su espíritu es más afín con el de Mariette; escritores ambos al fin y al cabo.

Siempre he soñado con los gitanos. Para mí, son la única gente que está viva en el mundo. He buscado el sentimiento gitano por todo el mundo.

Y toda la fuerza que reuniera de la frescura y de la soledad estallarían en el baile, y bailaría al ritmo de su propia sangre, hasta el límite de sus emociones, hasta la plenitud extrema del poder de su cuerpo…

Rosas rojas

Una joven se regala flores ella misma, se deleita en la belleza de estas, sueña. Al mismo tiempo surge culpa por lo que ha hecho, tal vez porque se ha mentido, tal vez porque cree que no merece el amor que se procura. Hay misterio, sensualidad y poesía en cada frase.

Los sueños de nieve estaban fuera, yacían quietos como una alfombra blanca alrededor de la casa. Y dentro ardía la llama, muchas llamas pequeñas ofrendadas a ella.

Nuestras mentes están prometidas

Este relato intenta transmitir las sensaciones que provocan la atracción física, intelectual y sentimental. Se centra en una pareja poco común. Ambos son artistas. Ella está plenamente enamorada de él. Es algo sumamente profundo lo que surge entre los dos, sin llegar a lo físico. Él le habla con toda apertura sobre su atracción y admiración por otro hombre, más intenta no tener esa relación al buscar fervientemente enamorarse de una mujer. Ella lo logra, se convierte en «la elegida». Pero esto le traerá sufrimiento, al darse cuenta de todo lo que tiene que sacrificar para ser el tipo de persona que él desea como su mujer.

Todo eso la envolvía, la poesía recitada de boca de él con voz maleable y escrutadora hasta lo más hondo, las palabras hipnóticas, los ritmos alucinógenos, iguales a los ritmos de la misma vida

…parecía andar empujado por un ritmo más profundo, con delicada seguridad, a través de todas las barreras visibles y entrar en un reino íntimo y secreto de ella

Se hallaban en el mismo mundo, en el mundo de Lawrence, quien había creado un lenguaje, un simbolismo y un universo de sentimientos. Y ellos hablaban mediante su lenguaje, empleando palabras del modo en que las empleaba él, formulándose el uno al otro las preguntas que él había formulado sin encontrar respuestas.

Tishnar

La narración hace sentir que la protagonista se encuentra en un sueño, triste y sola en este mundo, pero que a la vez valora y abraza esa soledad. Busca mantenerse alejada de la gente, casi imperceptible. Da la impresión que se siente satisfecha con su estado de ánimo. Todo se torna más surreal cuando toma un autobús y se da cuenta que desea volver a sentirse viva, al reconocer en el rostro de un pasajero la felicidad que sentía perdida.

Buscaba un mundo sin color ni sonido, donde nadie pudiera advertir que tenía los dedos trabados en los sueños y que sus ojos no veían más que sombras.

El idealista

Un hombre, una mujer, ambos artistas, pintores. Él, un idealista que cae enamorado de ella en cuanto la ve por primera vez.

Al conocerla, el idealismo emerge más que nunca, y en el momento en que debiera darse cuenta que no necesita encumbrar a ningún ser humano para amarle y sentirse amado entra en escena otra mujer, más pasional y dañina.

Hacia el final, mientras le cuenta lo desesperado que se encuentra, nuevamente ella le abre su alma, pretende entregarse a él. Ciego como es, no se da cuenta de ello.

—¡No me digas —prosiguió ella— que idealizas a las mujeres y que ves una aureola de poesía alrededor de mi cabeza!

Yo antes soñaba mucho, y mientras tanto un montón de cosas bonitas, reales, pasaron de largo por delante de mí.

Las plumas del pavo real

Con una narración sumamente hermosa y poética, se cuenta la vida de una cantante a la que parecería haberle caído una maldición, a raíz del extraño suceso que representa en su vida el embeleso de un animal con su voz y la repentina muerte de éste. En realidad, el relato da muestras claras, conforme más se conoce a la protagonista, que es ella misma quien forja su destino con sus acciones.

Ha sido culpa de las plumas del pavo real.

Fidelidad

En éste relato, Nin intenta transmitir la sensación de una mujer casada al interactuar con su marido en la cotidianidad, con un amigo y con un viejo músico que le hace notar la falsedad de su matrimonio, la falsa felicidad. Algo que ella se niega a aceptar. Mediante una prosa delicada y unos diálogos exactos y profundos la historia transcurre. Al final, aún con todas las pruebas que el viejo le da apoyándose en la música, ella decide que no es cierto lo que le revela, que su marido sí le da el amor y la atención que se merece, continuando así con su vida habitual.

Pero Aline no podía vivir para siempre en aquella atmósfera rarificada, meramente satisfecha con la alegría de hacer encajar teorías. Tenía que descender a alguna extensión cálida de esas palabras y a algún examen demente de su auténtico significado.

Bellows tocó un fragmento fantástico. Lo cortó de improviso con una disonancia violenta. Aline sonrió con sorna.

—Esto es su marido y usted —declaró Bellows.

Una fiesta aguada

Un relato totalmente influenciado del surrealismo. Aquí se da una elegante fiesta, una mujer, por cómo se le describe, de edad madura y gustos refinados es la anfitriona. Se pasea por la sala, se asegura que todo marche bien. Los invitados están encantados.

De pronto, observa a una joven desconocida, hermosa en su descripción. Los invitados, en un momento se sienten atraídos hacia ella, para poco después, alejarse consternados. Cuando por fin la anfitriona conversa con ella se dará cuenta de que es alguien a quien conoce mejor que nadie.

Desde lejos, su sonrisa parecía inofensiva y agradable. Muchos hombres rebosantes de confianza y entusiasmo cruzaron la sala para sacarla a bailar, y solo cuando estaban delante de ella, muy cerca, la sonrisa les resultaba insoportable.

Un suelo resbaladizo

Este relato da cuenta en pocas páginas de la vida de una joven, Anita. Abandonada por su madre, queda al cuidado de su padre. Los años transcurren. De pronto, se encuentra sola. Se vuelve bailarina de teatro. Un día regresa su madre, y la hace confrontarse con todos sus ideales establecidos una vez que accede a irse a vivir con ella.

Con la sensación de que bien podría ser el borrador de una novela romántica pero en el más puro estilo de Nin se confrontan dos formas de ver la vida: La de madre e hija.

La madre, artista como su hija, pero con una visión de la felicidad y el amor más liberal. La hija, liberal en un principio pero todavía con ciertos ideales elevados. Al final, parecen triunfar los valores de la hija.

Para ella, su madre era eso: una amiga que tal vez mañana desapareciera.

Pero ¿cómo iba a sacrificar a Norman por someterse a semejante prueba, por su obsesión por un ideal? ¡Cuánto había amado los ideales!

Personajes que se buscan y confrontan ellos mismos interiormente

Como impresión final, quien se adentre en estos primeros cuentos de la autora, no quedará insatisfecho, ya que, aun con su juventud, ella ya presentaba alto grado de madurez, escribió un libro que posee verdaderamente dotes reflexivas en cada una de las historias y sus protagonistas: mujeres y hombres decididos a encontrar el punto máximo de intensidad para sentirse plenos en sus vidas, o dispuestos a vivir en el mundo de acuerdo a sus propias reglas.

Estoy seguro de que, para quienes ya son admiradores de su obra, resultará una especie de redescubrimiento. Y los que le lean por primera vez, encontrarán frescura y vigencia en los temas y situaciones retratados, siempre alumbrados por la delicada prosa de una de las grandes narradoras del siglo XX.

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