En sus obras prefiere el drama interno y psicológico, y como tema recurrente, la alienación. Sus primeros trabajos son considerados realistas, pero de hecho durante su larga carrera literaria mantuvo un gran interés en una variedad de movimientos artísticos. Henry James padecía un tartamudeo atenuado. Lo consiguió superar al desarrollar el hábito de hablar muy despacio y prudentemente, debido a que creía que la buena literatura debía parecerse a la conversación de un hombre inteligente. El proceso de dictado de sus trabajos puede, quizás, ser la razón para un cambio en su estilo de oraciones directas a oraciones conversacionales, el resultado, una prosa a veces barroca. Entre sus correspondientes se pueden encontrar grandes autores coetáneos como Robert Louis Stevenson y Josep Conrad, junto con muchos otros amigos de su esfera íntima.
Sus relatos más breves, como Los papeles de Aspern y Otra vuelta de tuerca, se consideran más accesibles que sus novelas más largas. James fue uno de los grandes escritores epistolares, existen más de diez mil cartas personales suyas, y se han publicado más de tres mil en un gran número de recopilaciones. Las cartas oscilan desde nimiedades (en sus propias palabras) hasta discusiones sobre asuntos artísticos, sociales y personales.
El relato nos mantuvo escuchando sin aliento junto al fuego, pero además de la obvia observación de que era horrible, como tiene que serlo una historia contanda en una vieja casa el día de Nochebuena, no recuerdo que se hiciese ningún otro comentario hasta que alguien afirmó que era el único caso que conocía en que un fantasma de esa condición se hubiera presentado ante un niño.[…]
(Otra vuelta de tuerca)
Anterior Siguiente