Antes de decidirse a escribir novelas, alimentó su fantasía leyendo vorazmente, entre otros, a Nick Hornby, Elmore Leonard, Bret Easton Ellis, Quim Monzó, António Lobo Antunes o Gustave Flaubert. En Un gramo de odio (Alfaguara, 2013), su primera novela con la que conquistó a miles de lectores y a la crítica europea, nos presentó a Jon Ayaramandi, el veterano asesino a sueldo que retorna en su siguiente novela.
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