Imagina que el mundo tal como lo conoces ya no existe. El aire es tóxico y nadie puede salir de casa, si es que aún tienes casa. La desesperanza es lo único que cabe en tu pensamiento. Aún no puedes creer que todo se ha ido y todos los temores que tenías sobre el futuro de la sociedad, los recursos naturales y estar en dilemas éticos que llegan al extremo se han hecho realidad. La literatura distópica nos ofrece todos estos posibles escenarios y más. Pone de manifiesto las consecuencias de nuestras acciones actuales y nos desafía a considerar cómo podemos evitar un futuro así de catastrófico. A continuación, te presento algunos futuros aterradores con los que nuestros temores más profundos harán eco.
La carretera, Cormac McCarthy
Es la historia de un padre y su hijo después de lo que parece ser un incendio nuclear. En esta novela postapocalíptica encontramos escenas como caravanas de camiones con gente violenta y armada, con muchísima gente caminando alrededor, mujeres encadenadas, golpeadas y algunas de ellas embarazadas. Padre e hijo, huyen de un frío mortal mientras escapan de bandas caníbales en un entorno desolado y peligroso.
Aunque es difícil de leer debido a su crudeza, no podrás soltarla en ningún momento. Ganadora del premio Pulitzer 2007, La carretera (Random House, 2023) es uno de los imprescindibles en las distopías postapocalípticas.
El cuento de la criada, Margaret Atwood
La pregunta de qué pasaría con las mujeres en un futuro desolador resulta en un infierno si nos ponemos a pensar en qué es lo que implica. Margaret Atwood lo plantea de una manera excepcional en El cuento de la criada (Salamandra, 2020). Situándonos en un futuro no especificado en un momento en que una crisis de fertilidad se vuelve factor importante para la llegada de una dictadura a Gilead que reduce a las mujeres a incubadoras.
Los derechos reproductivos, la autonomía económica, así como la erosión de las libertades individuales se ven arrancados justificándose con pasajes del Antiguo Testamento y otras ideas teológicas. Esta novela sigue estando vigente aun cuando fue escrita en los ochentas. Galardonada con el premio Arthur C. Clarke en 1987, Atwood presenta un futuro que ningún lector puede descartar por completo.
Nosotros, Yevgueni Zamiatin
Pasamos con la distopía rusa que inspiró a Orwell para escribir 1984. El posible futuro que describe Yevgueni Zamiantin es lo que más aterra, ya que esta obra fue escrita en 1921, unos años después de la Revolución de Octubre. En Nosotros (Salamandra, 2023) podemos encontrar ciertos elementos clásicos de una novela distópica: el régimen autoritario, hombres-número, naves interestelares y una historia de amor que es símbolo de la rebelión.
Con una clara crítica al régimen soviético, vemos reflejadas algunas vivencias personales del autor como su encarcelamiento por el régimen zarista y luego por los bolcheviques. Zamiatin sufrió además censura, ya que su obra no se publicó en ruso sino hasta 1988. Un clásico en el que el “Yo” se va transformando en un “Nosotros”.
La tierra de los hijos, GIPI
En esta crónica gráfica, seguimos la historia de dos hermanos que después del colapso ambiental mundial, tratan de sobrevivir. Gráficamente excepcional, con un dibujo simple lleno de significado. Que puede reflejar la hostilidad de la trama y a la vez, los destellos de calidez entre personajes. Y con una trama perturbadora, en La tierra de los hijos (Salamandra Graphic, 2018) desde el inicio sabrás que se vienen cosas extremadamente crudas.
El papá de los adolescentes vivió antes de la catástrofe, ellos no recuerdan nada. Su única realidad es la desoladora y tóxica, llena de muertes y gente extremadamente violenta. Ellos no saben diferenciar con certeza el bien del mal. Vemos la pérdida de la humanidad manifestándose en la idea de que matar es el mayor favor que puedes hacer por alguien. Todas las noches el padre escribe en su cuaderno. Ellos no saben leer, pero hacer que alguien les lea el contenido del cuaderno es una misión de vida o muerte. ¿En qué acabará entonces la humanidad, si después del final ya no se podrán escribir más libros?
1984, George Orwell
No se podía quedar sin un lugar George Orwell, un clásico de las distopías que hizo escuela para las siguientes generaciones y que, además, presagiaba un futuro con el cual estamos muy familiarizados. Con 1984 (Lumen, 2017) aprendimos cómo la omnipresencia del Gran Hermano responde a Foucault en Vigilar y castigar. La manipulación de los mass media, la represión policial y el partido único se convirtieron en el concepto de sociedad orweliana.
La novela plantea cuestiones profundas sobre el poder, la manipulación y la resistencia; y su visión sombría de la sociedad ha resonado profundamente en la conciencia colectiva como una advertencia sobre los peligros del totalitarismo y la pérdida de libertades fundamentales. Inspirada en Nosotros de Yevgueni Zamiatin, es considerada uno de los libros más influyentes del siglo XX.
MaddAddam, Margaret Atwood
Regresamos a Atwood porque es una verdadera genio en las distopías aterradoras. Maddadam (Salamandra, 2022) cierra la trilogía de ciencia ficción distópica que comenzó con Oryx y Crake (Salamandra, 2021) y El año del diluvio (Salamandra, 2021). Dentro de una catástrofe biológica, la mayor parte de la población ha sido destruida por una epidemia creada por Crake que decidió salvar al planeta reemplazando a la humanidad por criaturas herbívoras llamadas crakers. Hay también bioterroristas llamados maddaddámidas. La organización de esta nueva sociedad hace que los humanos sobrevivientes y los crakers se unan para poder escapar de los violentos criminales que se les conoce como paintbalistas y de los cerdones que son híbridos de cerdos con humanos.
Este mundo tan magníficamente creado hace que nos preguntemos hasta qué punto nuestro consumo desmedido nos va a llevar como sociedad. Su visión sombría y provocativa de un futuro distópico marcado por la manipulación genética, la explotación corporativa y las consecuencias de las acciones humanas sobre el medio ambiente y la sociedad nos invita a reflexionar sobre temas sociales y éticos para la creación de nuevas civilizaciones.
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
En este otro obligado de la novela política de ficción distópica exploramos un mundo en el que los libros están prohibidos y son quemados por los bomberos en lugar de apagar incendios. El protagonista, Guy Montag, es uno de estos bomberos, pero su encuentro con una joven rebelde lo lleva a cuestionar la sociedad y realidad en la que vive. Ray Bradbury pinta una imagen inquietante de una cultura que valora la ignorancia y la conformidad sobre el conocimiento y la expresión individual.
Escrita en 1953 y ganadora del Premio Hugo a la Mejor Novela Corta en 2004, Fahrenheit 451 (Debolsillo, 2019) sigue siendo igual de vigente y creo que eso es lo más escalofriante. Pensemos en la quema de libros como un acto de censura y control del pensamiento que hace que esta novela sea una advertencia escalofriante sobre la importancia de la libertad intelectual.
Yo robot, Isaac Asimov
Ingresemos a un futuro en el que los robots se han vuelto una parte integral de la sociedad. A través de una serie de historias interconectadas, Isaac Asimov explora las complejidades éticas y las implicaciones de la creación de máquinas inteligentes. A medida que los robots evolucionan y sus capacidades se vuelven más avanzadas, surgen preguntas sobre la humanidad, la moralidad y el control. La perspectiva de un mundo donde la línea entre humanos y máquinas se desdibuja es tanto fascinante como aterradora.
Asimov es uno de los máximos representantes de la ciencia ficción distópica y en Yo, robot (Sudamericana, 2016) invita a los lectores a reflexionar sobre la condición humana en el universo tecnológico, planteando cuestiones profundas sobre la relación entre la humanidad y la inteligencia artificial. Este libro es un compendio imprescindible de ciencia ficción que atrapará a aquellos interesados en explorar los límites de la moral y la tecnología.