Existe hoy en día una cantidad casi inimaginable de libros que podríamos leer a lo largo de nuestras vidas. Según la UNESCO, son alrededor de 158 millones de títulos hasta el 2023; unos 2.2 millones por año. Entonces, ¿Cómo los seleccionamos? ¿cómo nos guiamos en este mar de letras? Las recomendaciones ayudan y estas vienen a nosotros de diversas formas: alguna columna en el periódico, un podcast, las redes sociales de algún creador de contenido o incluso de algún asiduo lector que sueles frecuentar. Cada una de estas enriquece nuestras posibilidades sobre cuál podría ser nuestra siguiente lectura. Sin embargo, hay una forma que no mencioné: los premios literarios.
Son diversas las distinciones literarias que existen en la actualidad: desde el premio Booker hasta el Alfaguara. Cientos de libros pasan por filtros de calidad para llegar a las manos de los jurados. Sin embargo, solo a uno se otorga el respectivo premio año con año. A pesar de ello, dichos premios se dan para un título específico de un solo autor o autora. Hay otros que cubren, o consideran, todo el trayecto de una obra literaria y sus aportaciones a las letras. Entre ellos está el Premio Nobel de Literatura. Para mí, la mejor forma de conseguir nuevas recomendaciones.
El primer autor que recibió el dicho galardón literario, por parte de la Academia Sueca, fue el francés Sully Prudhomme en 1901. Por otro lado, este ha sido rechazado en tres ocasiones y de los más de 110 que han sido premiados, solo 16 han sido mujeres. Datos interesantes que hay que tener en cuenta. De todos esos autores, he logrado descubrir obras excepcionales como la de José Saramago, Abdulrazak Gurnah o incluso Toni Morrison. Sin embargo, quisiera centrarme en el ganador del año pasado: el noruego Jon Fosse. Se le entregó "por sus obras innovadoras y su prosa que da voz a lo indecible". ¡Vaya que eso es cierto!
Los dos últimos libros que he leído de Jon Fosse son Blancura y Ales junto a la hoguera. Ambos, a mi parecer, obras dignas de la fama de dicho autor. En estas se exploran diferentes temáticas que dan sentido a sus personajes y circunstancias. La muerte es la más importante pues define sus acciones y formas de pensar. En Blancura, tenemos a un hombre sumido en una profunda melancolía, o posiblemente una depresión, que decide manejar sin detenerse hasta hallarse perdido en un bosque en medio de la nada. Ahí se enfrenta a sí mismo y a lo más puro de su realidad. Una batalla por la voluntad de vivir. A simple vista podría ser una historia sencilla, pero el simbolismo y la interpretación de la misma son profundos. Cada movimiento del personaje o diálogo será sumamente importante para el lector.
Por otro lado, está Ales junto a la hoguera. El elemento de la melancolía en los personajes de Fosse está presente también en este título. Ahora tenemos a una mujer de edad avanzada llamada Signe quien ha vivido en una absoluta soledad. Esta se ha visto perseguida por diversos recuerdos, algunos de los cuales no pertenecen a ella. Años atrás, Asle, su esposo, tomó la decisión, en medio de la noche, de salir a navegar por el fiordo en su pequeña barca. Nunca volvió ni se supo de él. Antes de que esto sucediera, numerosas conversaciones entre la pareja tomaron lugar. Siempre se discutía sobre su hábito de mirar a través de la ventana hacia la nada y la falta de propósito del mismo. Los años pasaron y aquellas palabras la han perseguido. No le dan cuartel ni paz. Todo se complica cuando, ante los ojos de esta, se le presentan diferentes episodios de amor y dolor que vivieron los ancestros de Asle que dejaron a los vivos hace décadas. Este libro es la búsqueda por la paz interna de una persona.
Ambos títulos son excepcionales a su manera. Nos sumergen en un mundo que explora diferentes facetas de la vida y los recuerdos que nos persiguen. Lo que sí hay que tener en consideración, si eres un lector primerizo de la obra de Jon Fosse, es que el estilo del autor es retador al principio, pero conforme avanzas y te sumerges, terminas tomándole gusto al mismo. Es uno de mis autores favoritos hasta la fecha y no dejaré de recomendarlo. El día 10 de octubre tendremos una nueva recomendación, pues es cuando la Academia Sueca entregará el Premio Nobel de Literatura del 2024. La emoción y la incertidumbre nos persiguen a los lectores. Entre los y las candidatas está la canadiense Margaret Atwood, autora de El cuento de la criada. Lo único que nos queda es esperar hasta ese día y correr a librerías para ponernos al día en nuestros pendientes como lectores.