Qué forma tan maravillosa tienen los artistas de quedarse vivos en el mundo a través de su obra, aún después de su muerte. Qué asombroso es que alguien haya redefinido la forma de contar hechos tan cotidianos como relevantes dentro de una tira cómica. Si hubo una persona capaz de lograr ambas cosas, fue Quino, padre de Mafalda y uno de los humoristas más importantes del idioma español y hoy, a cuatro años de su muerte, honramos su memoria a través de sus personajes que nos siguen hablando, haciéndonos reír y reflexionar, pues cuando alguien logra retratar de forma tan atinada los problemas y cuestionamientos que aquejan a la humanidad, este no pierde vigencia.
Joaquín Salvador Lavado Tejón, a quien el mundo conocería como Quino, nació en Mendoza, Argentina, en 1932. Desde muy pequeño descubrió su vocación como dibujante, a los 14 se inscribió a la Escuela de Bellas Artes y a los 18 viajó a Buenos Aires en busca de un editor que quisiera publicar sus dibujos. Tuvieron que pasar 3 años para que al fin lograra ver su sueño hecho realidad.
Sin embargo, el salto a la fama lo daría de la mano de una niña a la que dió vida gracias a unas tiras que realizó por encargo publicitario. La consigna era crear una familia de clase media que apareciera usando electrodomésticos de la marca Mansfield y aunque, finalmente, ni la campaña ni los productos salieron a la luz, Quino conservó las tiras y gracias a uno de sus amigos las rescataría para ser publicadas por primera vez en la revista Primera plana, un 29 de Septiembre de 1964.
Mafalda, acompañada de sus padres, hace su aparición y rápidamente se vuelve un personaje icónico para Argentina, una niña curiosa, con preguntas agudas, comentarios irónicos, cuestionamientos entre ingenuos e incisivos que revelaban un posicionamiento frente a las injusticias del mundo, la guerra, los problemas sociales y las preocupaciones de adulto. A lo largo de mil 928 tiras publicadas en más de diez años, Quino creó un universo alrededor de Mafalda, acompañándola no solo de sus padres, sino de amigos y un hermano, con personalidades tan características que se volvieron tan entrañables como la propia protagonista; Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito, Libertad y Guille, cada uno de ellos aportó a las viñetas una dosis de humor, reflexión y simpatía, es muy probable que muchos de nosotros nos podamos sentir identificados con alguno de los personajes o que quizá nos sintamos como una mezcla de ellos, pues incluso Quino mencionaba que aún los personajes que podían tener las características más difíciles como el Manolito capitalista o la Susanita clasista, se parecían también a él, que quizá, aunque fuera difícil de admitir, probablemente él había sido así alguna vez.
Fue justamente la diversidad de personajes y personalidades que creó a través de ellos que le permitieron abordar un abanico de temas importantes y sumamente trascendentales con un toque de humor; gracias a ellos y quizá sobre todo a Mafalda como protagonista, marcó una postura política, así como su preocupación por los problemas sociales, la desigualdad, la pobreza, los estándares de belleza, el lugar de las mujeres en el mundo, el abuso de poder y la guerra, problemas que desafortunadamente siguen vigentes, 60 años después de que Mafalda saliera a la luz por primera vez. El que una niña acompañada de sus amigos pusiera en la mesa temas tan complejos de una forma tan inocente pero a la vez tan aguda y puntual, rebelde y contestataria, me parece absolutamente brillante, lograrlo además a través de unos cuantos cuadros, es una genialidad.
Quino decía que dejó de dibujar a Mafalda porque no quería repetirse, que curioso que los temas que abordó en sus tiras son los que insisten en aparecer ante nuestros ojos una y otra vez. Por eso, creo que el legado que dejó a través de sus historietas, nos trae mensajes importantes que pueden seguir resonando en nuestro día a día: mantener una mirada crítica, defender las causas sociales, preocuparnos por el futuro del mundo y de todos los que aquí habitamos, sin discriminación.
Que viva siempre Quino a través de sus historias, de su humor y de la vivacidad de sus mensajes, que viva siempre a través de sus personajes, de cada viñeta y que viva siempre en el corazón de sus lectores que no lo habremos de olvidar.