“La vida de cada mujer es diferente, que cada una aguanta como puede su propio dolor”.
Sin duda, es una frase cruda, pero cierta. Es tan verdadera que alrededor de ella no solo gira la historia de la que proviene dentro del libro Lo que sabe la señorita Kim (2024) de Cho Nam-joo, sino que son cientos de ellas. Son tantas vidas que, por más distintas que sean, guardan recuerdos y dolores similares.
La autora de Kim Ji-young, nacida en 1982 (2016) regresó una vez más para darle voz a las mujeres de Asia y todo el mundo. Demuestra nuevamente que sin importar el lugar en el que se encuentren, la edad que tengan o el ambiente que les rodea, todas están conectadas por las injusticias de una sociedad patriarcal que las limita, las cuestiona y las juzga por cualquier acción o decisión que tomen.
Si bien, la cultura surcoreana tiene sus propias costumbres y tradiciones, es fácil identificarse con las situaciones de la cotidianidad que se desarrollan a lo largo de la obra. La violencia intrafamiliar y de pareja, los sueños por cumplir, las crisis existenciales, el amor y desamor, el abandono y el abuso laboral, son algunos de los temas que se abordan con diversas perspectivas, desde la infancia hasta la vejez.
¡Ojo! No porque se traten de sucesos constantes, deben normalizarle y seguirse reproduciendo en generaciones futuras. Al contrario, aquí mismo está la muestra de cómo cada una de estas ocho mujeres coreanas hacen frente a los obstáculos que se les presentan, rompiendo con los roles establecidos. Ellas luchan por alcanzar ese camino hacia la libertad e independencia con valentía, decisión y amor propio.
“—En el mundo hay miles y millones de mujeres que han sido víctimas de la violencia cometida por sus padres o hermanos. Esos casos no deberían existir, sin embargo, y aunque es triste admitirlo, son comunes”.
En Intransigencia se conoce el pasado y presente de una escritora que, aunque recorrió túneles oscuros en algunos momentos de su vida, salió adelante. Quien, a pesar de haberse prometido a sí misma no utilizar experiencias personales en su obra literaria, lo hizo. Rompió con ese pacto porque ya no quería esconderse, porque al igual que ella, muchas de sus lectoras compartían experiencias duras que no podían seguirse reprimiendo.
“Perdóname. Como te he dicho varias veces, no puedo aceptar tu propuesta de matrimonio. No voy a casarme contigo. La decisión no ha sido fácil”.
Ahora bien, con el relato Para Hyeonnam (Estimado ex) tenemos la ruptura de una relación de años. La protagonista de la historia decidió darle fin tras rechazar la propuesta de matrimonio; un suceso que le hizo abrir los ojos para alejarse de una persona que la criticaba, limitaba y controlaba en cada una de sus acciones con la excusa de que lo hacía porque la amaba. Se cansó de las imposiciones y simplemente decidió vivir feliz.
“Me había convertido en la persona que era: una mujer de cincuenta y siete años que no recordaba que el sueño de toda su vida había sido ver la aurora boreal y que, para no olvidarlo, había guardado una postal en su escritorio durante más de veinte años”.
¿Cuántas madres habrán dejado de lado sus sueños por dedicarse a la familia? Muchas, seguramente. Entre el matrimonio, el cuidado de los hijos, los deberes en casa y otras tantas actividades, a veces dejan en el olvido aquello que tanto querían lograr algún día. Ante este escenario un tanto desolador, a través de Noche de aurora boreal, está una mujer que, sin importar su edad, se dispone a realizar algo que tanto anhelaba: ver una aurora boreal.
Y así como estas vivencias, hay muchas otras por descubrir en este reciente libro de la escritora surcoreana que fue escrito a lo largo de una década a raíz de distintos materiales: anécdotas, libros, reportajes, documentos, etc. Cada una desata reflexiones que bien podrías compartir con tu amiga, tu hermana, tu madre o cualquier otra mujer que tengas a tu alrededor. ¿Y por qué no? Incluir a los hombres a la discusión.