La casa de caramelo: redefiniendo la conexión humana en la era tecnológica

Frida Juárez

20 February 2024

En la actualidad, la autenticidad, la conexión y la memoria parecen ser acciones difíciles de reconocer y ejercitar, especialmente en la era tecnológica y la influencia de las redes sociales, que en muchos casos enajenan y afectan negativamente la capacidad de retención y creatividad de las personas.

En este contexto, donde las sociedades se ven seducidas por las dulces promesas y beneficios de la tecnología, la inteligencia artificial y la hiperconectividad, surge la obra literaria La casa de caramelo (Salamandra, 2023) de Jennifer Egan. Una novela que se centra en la búsqueda de conexiones reales en un mundo cada vez más digitalizado y concluye el proyecto narrativo iniciado con El tiempo es un canalla (Salamandra, 2010).

Libro, el tiempo es un canalla, jennifer egan

La novela nos sumerge en el mundo de Bix Bouton, un informático que, tras haber creado Mandala —una exitosa plataforma de redes sociales que predice la confianza y la influencia de las personas—, se encuentra en una profunda crisis personal al darse cuenta de que ha pasado un tiempo considerable sin concebir nuevas ideas.

“Hacía tiempo que presentía un sugerente límite en medio de su paisaje mental; al otro lado aguardaba su próxima visión, pero siempre que intentaba mirar más allá su mente se quedaba en blanco. Sólo veía una extensión tenue y difusa a la que al principio se había acercado con curiosidad”.

La trama se desenvuelve en Nueva York durante el año 2010, a partir de la presentación de “Aprópiate del Inconsciente”, una herramienta tecnológica de Bix Bouton que permite acceder a los recuerdos humanos y compartirlos a cambio de conocer los de los demás. Descubriendo así toda clase de brutalidades reprimidas, frustraciones, sueños no cumplidos y decisiones que marcaron el rumbo de sus propias vidas.

A partir de este planteamiento, Egan invita a reflexionar sobre la dualidad entre la conveniencia de revivir momentos memorables, la pérdida de la privacidad personal y la ética en un mundo donde la tecnología redefine nuestras interacciones. Todo eso mediante una estructura narrativa rica y variada, con distintos personajes que optan por externalizar sus recuerdos en la memoria colectiva llamada "el Colectivo".

Sin dejar a un lado su historia, la estructura del libro permite que el lector experimente con formas narrativas variadas: desde la primera persona del plural hasta correos electrónicos, garantizando una experiencia de lectura atenta y fluida que confluye en la crítica que realiza la escritora hacia nuestra realidad actual.