Hotel DF / Literatura Mondadori, 2010.
A la ciudad de México, particularmente al centro de la monstruosidad, llamada capital de la república, le tengo un amor escatológico, un decepcionante y horroroso temor; eso fue lo que me hizo recordar Guillermo Fadanelli con
Hotel DF. Relatos sobre la ciudad de México hay muchos, y la novela de Fadanelli va directo al punto, como el gran voyerista que es, narra perfectamente el puente, el vínculo, entre los extranjeros y la gente “común”, la que está acostumbrada a esta ciudad inestable y enloquecida: y todos se encuentran en un hotel al que por la fachada no le daríamos ni un momento de asombro, pero sí el paseo incesante de brutalidades, debilidades, azares
destínicos y lo más importante, la indiferencia de nosotros, los habitantes de una de las ciudades más pobladas de lo que llaman mundo.
¿Experiencias propias en el Hotel Isabel? Podría asegurar que lo son, que aquel hotel ubicado en pleno centro del DF se convirtió en el lugar común para historias que pudiesen parecer triviales, pero que en realidad son una tragedia o el reflejo de la sociedad mexicana siempre derrotada, conformista y con vuelcos de moralidad que sobrepasan al límite de la hipocresía.
Frank, El Artista Henestrosa, uno de tantos que ha renunciado a trascender, es quien nos lleva a las profundidades de lo que día con día pasa en los hoteles; dormir en cama ajena, donde ya las sábanas han sido manchadas con sangre y fluidos de todo tipo. O donde la desesperación y el caos convergen para, como siempre, hacer de esta ciudad un grito salvaje. Esta ciudad inverosímil, ruidosa, que siempre parece sucumbir y los habitantes seguimos dando
upper cuts a su vida tan grotesca.
Hotel DF es el reflejo exacto de la naturaleza de esta ciudad, la novela sobre la ciudad de México.
Juan Beat