El mundo sumergido

Rodrigo Duarte

18 September 2023

“¿Qué cambia en una sociedad cuando cambia su clima?”, se preguntaba el historiador alemán Philipp Blom en el prólogo de su ya clásico El motín de la naturaleza, en el que indagaba sobre las transformaciones en Europa provocadas por el advenimiento de la Pequeña Edad de Hielo, un período de glaciación entre los siglos XVI y XVIII que alteró las costumbres alimenticias, religiosas y sociales de los habitantes del viejo continente.

En su libro Mar es la Tierra (Alfaguara, 2023), la ópera prima del mexicano Héctor Celis, profesor de la Universidad de Nueva York, un fenómeno climático del que nada se nos dice -el libro arranca in media res, uno de sus muchos aciertos en su apuesta por lo inmersivo- ha destruido la Tierra como la conocemos, empujando a sus habitantes a sobrevivir en medio de la barbarie, de las mareas negras y los escombros de la civilización, recurriendo a la caza y hasta el canibalismo para mantenerse con vida.

La estructura del libro, con sus saltos de perspectivas y su mosaico de historias (un artista atrapado en un hotel derruido; una pareja de mujeres lesbianas que realizan un pacto suicida para dejar de sufrir; un hombre que deambula por el desierto junto a un grupo de niños y cuervos), emula el desconcierto de llevar una existencia carente de todo tipo de comodidades y certezas, y en la que el peligro acecha en cada momento. El tono de la narración, sin embargo, es urgente y propulsivo, con una tensión digna de los mejores libros de suspenso y una especificidad antropológica que dota de realismo las vicisitudes de los protagonistas.

Sin embargo, Celis, quien exhibe un dominio absoluto de la escritura y un lenguaje florido y zumbón que ya de por sí justifica la lectura de la novela, no está interesado en presentar una historia edificante sobre la resiliencia humana en tiempos (muy) adversos, sino que nos sumerge en este descenso a los infiernos situado en una región en la que mucho tiempo atrás pareciera haber sido México y en donde las catástrofes naturales y la crueldad humana han convertido al mundo en un escenario apocalíptico e implacable.

En una época en la que el llamado “cli-fi”, la ficción que gira en torno al cambio climático, se ha vuelto cada vez más académica y predecible, con la noble intención de iluminar nuestras conciencias sobre los riesgos del calentamiento global pero no necesariamente de entregarnos gran literatura, Celis ha hecho un libro salvaje y fascinante, un improbable hijo del Mundo sumergido, clásico sci-fi de J.D. Ballard, el nature writing, y los cuentos selváticos más terroríficos de Horacio Quiroga.

Confeccionando un drama colectivo caracterizado por la violencia recurrente, la soledad extrema de los personajes y un mar de sangre y podredumbre moral en el que las tragedias son parte de la realidad de todos los días, Celis transforma astutamente y casi imperceptiblemente una parábola ecológica del futuro en una condena al México inhóspito sembrado por cadáveres de la actualidad.

No por nada, el afamado escritor Arthur C. Clarke (2001 Odisea en el Espacio) recomendaba a los políticos leer no historias de detectives sino de ciencia ficción, para interiorizarse sobre lo que estaba pasando en el presente. En ese sentido, Mar es la Tierra es una inmensamente disfrutable y exquisitamente escrita novela post-apocalíptica hasta que nos asalta la desmoralizadora sensación que el mundo siniestro y sin futuro que está describiendo es el que estamos habitando en este momento.