¿En la actualidad qué implica ser mujer? Hoy en día reconocemos a las creadoras, científicas, trabajadoras, madres y a quienes nos rodean por lo que son y hacen, y no por los hombres con los que se relacionan. Sin embargo, esto no siempre ha sido así y las mujeres han tenido que luchar por sus derechos y por dejar de ser desdibujadas, violentadas y restringidas a un ámbito doméstico. Cada vez más, se están rompiendo barreras en temas de inclusión de género; aunque claro, aún queda mucho por hacer.
Lecciones de química (Salamandra, 2023), de Bonnie Garmus, es una novela que nos invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres en la ciencia y la forma en que éstas fueron desafiando el orden establecido. Elizabeth Zott es una científica apasionada por la química, quien durante los años cincuenta se enfrenta a distintos obstáculos -durante su camino hacia la profesionalización y desarrollo de investigaciones- por el simple hecho de su condición femenina.
Víctima de una violación, exclusión, plagio y diversas pérdidas a lo largo de su vida, Zott ejerce la maternidad sola y lo hace de una forma diferente; le enseña a su hija Madeline a cuestionar lo que sucede a su alrededor y, sobre todo, a valerse por sí misma. Pero no sólo logró hacerlo con ella, también con las televidentes que cada noche siguen su programa Cena a las seis, donde no sólo les enseña a comer bien y acercarse de forma diferente a los alimentos, sino también a transformarse a sí mismas.
¿Qué relación existe entre la cocina y la química? Aparentemente ninguna, pero en esta novela adquiere otra significación, pues permite que la protagonista atente contra los roles establecidos por una sociedad machista y le da otro sentido a esta acción; la convierte en un espacio seguro y en el punto de acción para generar un cambio.
“La cocina es química. Y la química es vida -decía-. Tienen ustedes capacidad para cambiarlo todo, incluso para cambiarse a sí mismas, y esta capacidad empieza aquí”.
De forma elocuente, y con una prosa amigable, Bonnie Garmus cuestiona a través del lenguaje aquellos límites que les han sido impuestos a las mujeres a lo largo del tiempo y antepone la necesidad de priorizar siempre las necesidades, deseos y aspiraciones propias, ante aquellas actividades como ser esposa o madre.
“Sé por experiencia que hay demasiada gente en el mundo que no aprecia el trabajo ni el sacrificio que conlleva ser esposa, madre, mujer. Pues bien, yo no me cuento entre esa gente. Al término de estos treinta minutos que pasaremos juntas, habremos conseguido hacer algo que valga la pena. Habremos creado algo que no pasará inadvertido. Habremos preparado la cena. Y tendrá valor”.
Así es, en una novela plagada de desvanecimientos e invalidación, Garmus muestra a sus lectores que en todas partes y en todo momento existe la posibilidad de hacer algo de valor y ¿por qué no? Transformar la vida, sin que esto implique anular a alguien más o dejar de concebirse como un ser autónomo.