El pasado 9 de febrero de 2023 el escritor peruano Mario Vargas Llosa se convertía en el primer autor de una lengua extranjera en recibir el más alto honor destinado a escritores francófonos: ingresar a la Academia Francesa.
Con todos los honores y certidumbres, y sin haber escrito en la lengua del universalmente reconocido Molière, el multipremiado autor llegaba a ocupar la silla número 18 de la Académie Française, reemplazando a Michel Serres, filósofo e intelectual francés reconocido por sus particulares reflexiones que entremezclan la ciencia y la cultura.
Es por demás sabido que Vargas Llosa y la cultura francesa siempre han estado conectados, ya en Elogio de la lectura y la ficción, su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura en 2010, el peruano nos contaba cómo la lectura desde temprana edad enriqueció su vida con las anécdotas del capitán Nemo, D’Artagnan, Athos, Portos, Aramís, y Jean Valjean, personajes entrañables de la literatura francesa. Asimismo, ahí rememora su incipiente sueño de juventud de vivir en París, al tener la ferviente creencia de que "vivir allí y respirar el aire que respiraron Balzac, Stendhal, Baudelaire, Proust, me ayudaría a convertirme en un verdadero escritor."
Un bárbaro en París (Alfaguara, 2023) es la antología que celebra la triunfal entrada del laureado autor al grupo de "los Inmortales", y que nos convoca a adentrarnos en textos alrededor de la la cultura francesa que emergen de la pluma de Mario Vargas Llosa; en ellos, a través de un diálogo íntimo, nos cuenta desde la experiencia personal cómo su obra literaria, formación como escritor y pensamiento político han sido atravesados por el mágico París, el sueño artístico, la capital de la libertad y las ideas.
Así, nos llevará a conocer que:
- Gracias a una copia de Madame Bovary que compró en 1959 recién instalado en París, descubrió el tipo de escritor que quería ser al quedar prendado del realismo literario de Gustave Flaubert.
- Jean-Paul Sartre fue su gran ídolo de juventud, al grado de que sus amigos lo llamaban el «sartrecillo valiente», y tuvo gran influencia en su labor como escritor de ensayos políticos y columnas de opinión.
- Su tránsito ideológico del socialismo al liberalismo vino de una gran decepción por polémicas opiniones de Sartre y fue empujado por Albert Camus, Raymond Aron y Jean-François Revel.
- Fue un alumno polizonte de la Sorbona y asistente de los debates sabatinos de la Mutualité.
- Los entretelones del sueño utópico de Flora Tristan y la obra plástica de Paul Gauguin, le valieron para escribir El Paraíso en la otra esquina (Alfaguara, 2003).
- Rechaza las prácticas de "excepción cultural", y encuentra contradictoria la falacia colectivista de "identidad francesa", ya que considera a Francia como promotora de la emancipación del individuo y de su confirmación como ser libre y autónomo.
- Siente una gran admiración por el amor a la libertad que profesa la cultura francesa y la universalidad de su literatura.
Si bien Mario Vargas Llosa no fue el único deslumbrado por la magnificencia de la cultura francesa, ya que compañeros suyos del boom latinoamericano también la experimentaron, él aspiraba secretamente a ser un escritor francés, ya no solo bastaba aprender el idioma para devorarse los libros, estaba decidido a hacerse escritor en París. Y entonces emigró. Lo que no imaginaba era que gracias a Francia descubriría América Latina, que cruzando el Atlántico un bárbaro como él, en medio de la capital cultural más efervescente de Europa, se reconocería más latinoamericano que nunca, y su pluma arrastraría las palabras en español de sus primeras novelas, La ciudad y los perros (Alfaguara, 2016), una de ellas. Y lo demás, lo demás es historia, llegó la inmortalidad.