México explicado en cinco capítulos que sintetizan su enorme complejidad, diversidad, contrastes y riqueza cultural. Este es el modo que encuentra el escritor estadounidense Paul Theroux para archivar su surreal experiencia de viajar a través de México en su nuevo libro En la llanura de las serpientes (Alfaguara, 2022) a bordo casi siempre de un auto y en otras ocasiones de autobuses locales donde su presencia levantó inquietudes entre los mexicanos que le acompañaban.
Theroux, quien saltó a la fama con El gran bazar del ferrocarril (Alfaguara, 2018) emprende su viaje -lleno siempre de gran interés, curiosidad e incluso cierta inocencia admirable- por México, desde sus fronteras del norte hasta las del sur; desde sus espacios más íntimos y sus rituales más legendarios y sagrados, hasta los rincones que albergan prácticas culturales y cotidianas que se entremezclan con las de otras ciudades globalizadas. Viaje que abarca desde reconocer y nombrar a los individuos que hacen la historia de México día con día, hasta ubicar los espacios donde a grandes artistas e intelectuales de antaño se les apareció la musa en sus estancias en el país. Este viajero incansable nos da una probadita de todo el abanico de experiencias que México es capaz de brindar a quien pise su tierra, a veces con gran incredulidad, siempre con miedo, pero también con noble disposición por conocer a su gente y las historias que la respaldan para que ”no le cuenten”:
“Lo que uno ansía al leer narraciones de viajes es lo inesperado, una probada de miedo, la súbita aparición de un malvado policía que amenaza con perjudicarte al borde de la carretera”.
Theroux sabe bien lo que sus lectores esperan al leerlo y es por eso que sus experiencias descritas aquí se nutren de diferentes aristas: en primer lugar hay una basta investigación sobre México:
“Era bien sabido que la Santa Muerte atraía a quienes vivían del dinero ilegal, criminal o de dudosa procedencia (ladrones, narcotraficantes, sicarios, prostitutas). Pero al prometer protección, y a lo mejor un milagro, en vez del cielo, la adoración a la muerte era la fe perfecta para México, donde la mitad de la población vive en la pobreza”.
Asímismo, atañe referencias a la literatura de viajes sobre México de escritores como Manuel José Othón, Becket, D. H. Lawrence, Aldous Huxley, Leonora Carrington, William Burroughs y más:
“A nuestras espaldas quedaba América entera y todo lo que Dean y yo habíamos conocido previamente de la vida en general, y de la vida en la carretera —escribe Kerouac sobre su llegada a México en su libro En el camino—. La lista es larga. Han visitado México escritores eminentes, y aunque todos ven algo diferente, el país invariablemente representa para ellos lo exótico, lo colorido, lo primitivo, lo incognoscible”.
En tercer lugar, nos cuenta un montón de testimonios de personas que se han relacionado con México por cualquier razón: mexicanos migrantes en Estados Unidos, gringos en la frontera, mexicanos y la religión, etc. Los cuales considera que son relatos lo suficientemente lúcidos para que cualquier persona se acerque a las complejidades que construyen al México actual -si no es que a los diversos México que coexisten a la vez:
“Yo no me acerco a ese maldito lugar. Los mexicanos se robarían mi moto y me pasarían a chingar. Ni loco atravieso esa frontera”.
“Estoy de acuerdo. Hay muchos. Por esta razón, cuando teníamos actos culturales en las embajadas donde trabajaba, me negaba a mostrar una imagen de Frida o un esqueleto. Estoy en contra de ellos como símbolos de cultura nacional. Esas imágenes creaban un estereotipo y yo quería mostrar cultura contemporánea. ¿Por qué no a mujeres ensayistas? ¿Por qué no a músicos modernos? Somos una civilización fuerte en el aspecto cultural, mucho más grande que los estereotipos”.
Incluso invita a mexicanos y extranjeros residentes a asomarse con curiosidad -y un poco de cautela- a conocer todos los Méxicos posibles: el peligroso plagado de tabúes, el religioso lleno de prohibiciones, el cultural con todo su influencia de alcance global, y el sobreviviente de luchas por la libertad y el reconocimiento. Por último, Paul Theroux desenreda los tensos lazos entre la ficción literaria sobre México y lo que percibe ser su agridulce realidad. Este libro se ve vigorizado por una aguda capacidad de observación antropológica que el autor ha desarrollado gracias a sus muchos libros de viajes, dentro de los que destacan: El gran bazar del ferrocarril: en tren a través de Asia (Alfaguara, 2018), Las islas felices de Oceanía: una odisea en Kayak por el Pacífico (1992) y El último tren a la zona verde. Mi safari africano definitivo (Alfaguara, 2015). Añadiendo así a su antología trotamundos un relato tan complejo como el país que visita y describe desde ojos extranjeros.