El mito es una historia que puede contarse mil y una veces. Es una serie de acontecimientos, cuentos, palabras que le dan sentido y forma al mundo que habitamos. El mito es el centro de la vida, porque si esta no se contara, no se compartiera, ¿realmente existiría? ¿Cómo nos entenderíamos si no tuviéramos un pasado y, más importante, una imaginación para comprenderlo? Al centro de Canción de antiguos amantes (Alfaguara, 2022), la novela más reciente de la escritora colombiana, Laura Restrepo, se encuentra el mito de la reina de Saba. Esta mujer enigmática, un mito del Antiguo Testamento que se ha transformado en muchos otros mitos distintos, es la obsesión del protagonista, Bos Mutas. Esta narración sigue sus diversas leyendas, los decires de una mujer que ha sido bruja, ha sido hija desterrada, ha sido amante e inmigrante. Una especie de musa para poetas y artistas, de los cuales Laura Restrepo toma sus voces para completar la imagen de Saba y, sin embargo, esta no se deja convertir en simple inspiración para los hombres, sino que hace de su trayecto una iluminación para mujeres que también huyen e intentan refugiarse en los desiertos.
Restrepo retoma la tradición de escritoras y escritores latinoamericanos que han intentado explicar lo inexplicable a través de la palabra, como lo es una guerra interminable. Se basó en sus viajes a Yemen y Etiopía con Médicos sin Fronteras para retratar la historia de los refugiados. La autora no sólo vuelve al concepto del “regreso al origen”, sino que lo reutiliza y lo moldea a través de historias paralelas: tenemos la triste y emocionante historia de “Pata de Cabra”, quien se convertiría en Sheba, o el mito de la reina de Saba, y a la vez tenemos la trágica y emotiva vida de Zahra Bayda, una partera somalí. Bos Mutas, en busca de la mítica Saba, es guiado por Zahra Bayda y a través de su voz comprendemos el eterno camino de las mujeres migrantes. Al igual que Pata de Cabra, estas mujeres no se detienen ante la cojera o los obstáculos bélicos, aprenden a traspasar el concepto a veces invisible y a veces demasiado presente de las “fronteras”. Estas historias paralelas se complementan para darnos una visión panorámica del mundo. En este caso el mito y la realidad son un complemento cíclico. Canción de antiguos amantes nos demuestra que incluso en un mundo que está al borde del colapso, la mera esperanza de la búsqueda incansable, la obsesión de encontrar si la leyenda es real es lo que nos mantiene unidos, ya sea a través de la espiritualidad o el amor que se siente en comunidad. Los mitos crean conexiones que van más allá de lo terrenal, pero también sobrepasan lo celestial, ya que, como nosotros, encuentran de nuevo el lugar donde nacieron. El mito es el regreso al origen, pero no tiene por qué ser el único fin.
Esta novela nos presenta una historia de amor entre la reina de Saba y el rey Salomón, pero también es una narrativa de amor sobre la antigua y maravillosa tradición de contar historias, sea a través de un libro o al escuchar a otros, la palabra sostiene la imaginación que es capaz de transformar el mundo. La autora presenta dos mitos que comienzan con tragedia, con odio, envidia y celos. Ni el seno materno, ni la familia se presentan como un refugio de seguridad y cariño, rompe con ese estereotipo. Es la esperanza de conocer el mundo, de comprender los desiertos y sus comunidades, la búsqueda de lo que unos llaman obsesión, pero lo que Bos Mutas llama su destino, son lo que mantiene vivos a todos los personajes: al protagonista, a Pata de Cabra, a Zahra Bayda e incluso al rey Salomón. Es la aventura que emprenden por cambiar el mito que se ha contado mil veces, ahora desean narrarlo una vez más, con sus propias palabras, cambiando por completo el inicio; transformar una leyenda esperando que esta imagine un mundo más estable, más pacífico y repleto de amores genuinos.
Canción de antiguos amantes mezcla distintos géneros literarios, diversas tradiciones que se han pasado de generación en generación con el fin de sí abrazar el mito, pero también de darle una visión menos apocalíptica, sea este religioso, espiritual, fantástico o terrenal. ¿Se encontraron alguna vez la reina de Saba y el rey Salomón? En esta novela, se encontraron mil veces, de mil maneras diferentes, al borde del fin del mundo, pero también al inicio de una canción de amor que aún no se ha narrado, porque el Cantar de los Cantares podría ser el fin, pero también es apenas el inicio.