Sean bienvenidos quienes han llegado hasta aquí, en especial si leen de manera ecléctica, gozosa, infatigable. Estas joyas del 2017 son dignas de su biblioteca:
- Los amores de Nishino, de Hiromi Kawakami. Si una palabra pudiera definir el estilo de esta autora sería: sutileza. Tal virtud le permite abordar temas abismales y escenas escabrosas con absoluto dominio y naturalidad estremecedora.
- Olegaroy, de David Toscana. Un universo personal, hecho de insomnios y de una lógica demoledora y absurda. Todo es impredecible en esta novela, que provoca continuas carcajadas.
- Putas asesinas, de Roberto Bolaño. Es reedición de un clásico y nueva oportunidad de acceder a él. La narrativa es impecable y poderosa. Uno entiende que un autor así tenga sitio en el santoral.
- La mujer inexistente, de Jaime Mesa. Es la mejor novela de este bato. Ácida, descarada, con vueltas de tuerca sorprendentes, me hace recordar que la fama es una estatua cagada de palomas.
- Recursos inhumanos, de Pierre Lemaitre. He aquí que la mansa oveja que acataba todas las normas de la vida corporativa no sólo se insubordina, sino que en un día de furia demuele la prepotencia de toda la escala jerárquica y resquebraja la trituradora de la que, se supone, somos tan sólo piezas.