
Lo que es un hecho es que una vez que tomé el primer ejemplar de Mafalda no paré de leer. No podía creer que había pasado tanto tiempo de mi vida sin haber descubierto esta tira cómica, que de cómica a veces no tiene mucho.
Quino supo dar voz a las inquietudes sociales y políticas del mundo de los años sesenta a través de la caricatura. Mafalda representa la aspiración idealista y utópica de hacer del mundo un lugar mejor, pero la envuelve el pesimismo y la preocupación casi todo el tiempo debido a la guerra, la injusticia y las absurdas convenciones de los adultos. El autor pensó además aderezar el cómic con otros personajes, amigos de Mafalda, que acaban de colorear y redondear la obra.
Felipe, el soñador, es tímido, perezoso, despistado y vive agobiado por sus tareas escolares; Manolito representa las ideas capitalistas y conservadoras; Susanita es una parlanchina, racista, despectiva con los pobres, admiradora de la oligarquía y vive preocupada por la imagen y la moda; Miguelito acostumbra hacerse preguntas complejas y absurdas sobre la realidad, además es un ferviente admirador de Benito Mussolini; Guille, hermano de Mafalda, a pesar de su corta edad, está enamorado de Brigitte Bardot, es irreverente y le encanta la sopa. Por último está Libertad, una niña muy bajita de estatura un obvio guiño político. Su personalidad es incendiaria y proyecta abiertamente ideas políticas en contra del sistema establecido.
Hace años, su creador resolvió finalizar la tira cómica. Oficialmente lo hizo el 25 de julio de 1973. Sin embargo, esto no afectó al mundo de Mafalda pues las situaciones y reflexiones de los personajes se volvieron intemporales, no por nada se hicieron famosas frases como:
“¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?”
Mafalda.
“Amo a la humanidad, lo que me revienta es la gente.”Susanita
“Como siempre; lo urgente no deja tiempo a lo importante.”Mafalda
“Hasta mis debilidades son más fuertes que yo.”Felipe
“Nunca falta quien sobra.”Miguelito
¿Qué es lo que enamora de Mafalda? Será su eterna preocupación por la paz mundial, su gusto por los Beatles, el odio por la sopa o sus frases célebres. Qué se yo, lo que sí sé es que tarde (como a mí) o temprano a todos nos llega nuestra dosis de Mafalda.
Sobra decir que mis más preciados tesoros son los libros de Todo Mafalda y la caja de Mafalda edición limitada de Tusquets para México. Ahora nos sorprende gratamente que Mafalda haya cambiado de casa: bienvenida a Lumen, pequeña niña, y feliz lectura para ustedes.
Karina Morales