Hitler en la literatura o del por qué las historias de barbarie importan

Redacción Langosta

02 December 2024

Diana Rosalía 

La frase “Hay que conocer nuestra historia para no repetirla” ha sido repetida casi hasta la saciedad semántica. Su pérdida de sentido es casi tan peligrosa como la propia repetición de los hechos más terribles de la historia humana. Los libros como herramienta para preservar la memoria colectiva, son los mejores aliados para conocer, dotar de sentido y no repetir.

Entre los eventos más desafortunados y adversos que ha enfrentado la población mundial, se encuentra, La Segunda Guerra Mundial. La cual, durante el siglo pasado, dejó miles de muertos y personajes emblemáticos. El más recordado es quizá Adolf Hitler. Se ha escrito mucho sobre él, pero ¿por qué escribí seguir escribiendo sobre alguien tan atroz? Porque lo atroz también debe ser nombrado y recordado a manera de advertencia.

Aunque la frontera entre ficción y no ficción es difusa, aquí dejo algunas recomendaciones para adentrarse en esta figura de la historia moderna, y las agrupo en estas dos grandes categorías.

Relatos de no ficción.

La primera recomendación es Apaciguar a Hitler. Chamberlain, Churchill y el camino a la guerra del joven historiador y periodista Tim Bouverie. En este texto el autor británico realiza un análisis de eventos y personajes de la política que estuvieron estrechamente ligados a la figura de Hitler y facilitaron el ascenso de la ideología y atrocidades del Nacional Socialismo.

Pero no solo los políticos brindaron las condiciones propicias para una barbarie. En Los verdugos voluntarios de Hitler. Los alemanes corrientes y el Holocausto, mi segunda recomendación Daniel Jonah Goldhagen se centra en el Holocausto, el intento de exterminio de gran parte de la población. Evento que, si bien fijó el odio en distintas comunidades, el libro no hace hincapié en ninguna de ellas en particular, ni apunta su foco dentro de los campos de concentración. Da una mirada a la población alemana “corriente” es decir, quienes no ostentaban altos cargos, pero que sí profesaban un antisemitismo profundamente enraizado.

La recomendación final de esta categoría es Ocho días de mayo. De la muerte de Hitler al final del Tercer Reich. Entre la crónica y el relato histórico, Volker Ullrich, a partir de fuentes primarias permite una mirada caleidoscópica que busca dar cuenta de los acontecimientos y días finales de la el conflicto bélico. Sobre este libro Der Spiegel ha dicho que es “Más emocionante que muchas novelas de suspense”.

El comentario de este medio de noticias me parece muy acertado pues, es la novela de suspenso o thriller, la que ha abanderado en el género de ficción para hablar de La segunda Guerra mundial.

Relatos de ficción.

Si bien la historia no es neutral, pues pasa por el filtro de quien la cuenta, la ficción puede darse libertades creativas que, de la mano de acontecimientos reales, permiten articular narraciones que enganchan a los lectores. Por ejemplo, las novelas del italiano Fabiano Massimi: El ángel de Múnich y Los demonios del Reich. Donde, a partir de la tragedia de personajes femeninos cercanos a la vida de Hitler, desarrolla tramas de misterio e intriga.

Siguiendo con los personajes femeninos, Rosella Postorino, en El banquete de Hitler, también crea un ambiente de intriga a partir de la figura de Margot Wölk, quien se desempeñó como catadora de los alimentos del Führer.

Como ultima recomendación tengo El hombre del bunker. Relato en el a partir de la pregunta ¿Y si Hitler hubiera sobrevivido? Rory Clements desarrolla una brillante historia de espionaje y especulación histórica.

Todas las recomendaciones que se incluyen en este texto comparten dos características: permiten comprender el personaje de Adolf Hitler vinculado a hechos concretos anteriores y posteriores a la guerra, es decir, no lo ubican colocan en un momento aislado de la historia. Lo cual nos permite comprender mejor las señales de alerta, lo que no debe repetirse. Por otra parte, lo muestran anclado a personas reales, dan cuenta de sus vínculos. Lo cual lo humaniza. Con esto no quiero decir que se borren sus crímenes contra la vida humana, me refiero a permite comprenderlo de manera más compleja y con matices. No basta con decir todo lo malo que ocurrió, es necesario analizar las condiciones y relaciones que permitieron los acontecimientos.

Ante la censura de las Redes sociales a las palabras: Hitler, Nazi, Holocausto y otras por el estilo; los libros son uno de los últimos grandes espacios de libertad para seguir nombrando lo atroz. Las historias de ficción y no ficción siguen siendo el motor de dialogo para que esa frase trillada “Hay que conocer nuestra historia para no repetirla"  no deje de tener sentido.

 

 

 

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