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Entre la ficción y la realidad, biografías noveladas
Jorge Bobadilla Vargas comment 0 Comentarios

Como entre el sueño y el despertar, la biografía novelada es un género literario peculiar que nos sitúa entre la ficción y la realidad. De esta manera las posibilidades narrativas se amplían a través de las interpretaciones, intervenciones y traducciones que el autor hace de datos y hechos históricos; así la realidad resurge por el efecto vivificador pero ilusorio del relato. Recuperando a la biografía novelada, elaboramos una breve lista del género con 6 dignísimas recomendaciones:

Mi vida no tan secreta
J.M. Servín
En el noveno libro del periodista y escritor J.M. Servín somos testigos de la difícil e incondicional relación que el autor tuvo con su padre y su progenie. A la vez, Mi vida no tan secreta (Random House, 2022), es un crudo mapa histórico de la Ciudad de México, en el que multifamiliares, vecindades y tugurios son descritos como puntos clave del recorrido que Servín trazaría, entre borracheras, misantropía y autodidactismo, hasta sus 31 años. Nos advierte:

Mi vida no tan secreta es tramposa, como lo es también los recuerdos. Hay mucho de verdad en lo que escribo bajo una inmersión profunda en la historia social del D.F. de los últimos cincuenta años, de la cual he sido testigo y de la que la nota roja ha sido parte fundamental para darle sentido.”

Blonde
Joyce Carol Oates
Aprovechando el estreno de la adaptación de Blonde a finales del pasado mes de septiembre vía Netflix, recomendamos la novela (Alfaguara, 2021) de Joyce Carol Oates, finalista de los premios Pulitzer en el año 2001 y el National Book Award en el 2000. Entre biografía y ficción recorremos en Blonde la vida oscura de Norma Jeane Baker convertida en el destellante personaje de Marilyn Monroe.

“… cuando llegué el señor X y el señor Shinn estaban buscándome un nombre nuevo / / «Norma Jeane» es un nombre de pueblerina, de campesina de Oklahoma, decían / / «Norma Jeane» no tiene atractivo ni encanto / / Eso me dolió y habría querido explicarles que mi madre me había llamado así en honor a Norma Talmadge y a Jean Harlow pero naturalmente no pude porque el señor Shinn me hizo callar con una mirada / / Hablaban con entusiasmo entre sí y no me hacían caso como suelen hacer los hombres / / como si yo no estuviera allí / / entonces reconocí la voz misteriosa de mis sueños / / la voz de los presagios y premoniciones / / de hecho eran dos voces, voces masculinas hablando de mí pero no conmigo / / Uno de los ayudantes del señor X le había pasado una lista de nombres femeninos y él y el señor Shinn discutían al respecto Moira / Mona / Mignon / Marilyn…”.

Lennon
David Foenkinos
En 18 supuestas sesiones retrospectivas, el mítico John Lennon hace un recuento de vida al final de su carrera (1975 a 1980) y nos confía- a través de la libre interpretación de Foenkinos– los intrincados lazos que mantuvo con su legendaria banda, con sus padres ausentes, con su hijo abandonado, con Yoko y consigo mismo. Nos confiesa Lennon, a través de Foenkinos:

“Canté muchas veces que no quería que me abandonaran. Y lo haré también con usted, trataré de ser gracioso, de seducirlo, de hacer que me quiera para que no se vaya. Ya sé, es fácil de interpretar: tiene que ver con mis padres. Se separaron cuando yo era pequeño. No se necesita una sesión muy larga para comprender que mi vida es un intento incesante de probarle al mundo que valgo algo. Pero bueno… si mis padres hubieran seguido juntos, ¿qué habría pasado? Quizás yo habría sido feliz.”

Éramos unos niños
Patti Smith
De manera entrañable, la autora del clásico de culto “Horses”, nos relata en Éramos unos niños (Debolsillo, 2019) -Premio National Book Award del 2010- la profunda y dolorosa relación amorosa que mantuvo con el fotógrafo Robert Mapplethorpe en la Nueva York de los años 70 y 80. Así, en esta autobiografía conocemos a detalle las influencias y motivaciones artísticas de Patti y Robert a la par de sus vaivenes de supervivencia cuajados entre valentía, amor, inspiración y creatividad lúdica que acompañaron a Robert hasta el final de su vida en 1989.

“… Otros días visitábamos museos de arte. Como solo teníamos dinero para pagar una entrada, uno de los dos veía el museo e informaba al otro. En una de aquellas ocasiones, fuimos al museo Whitney del Upper East Side, que era relativamente nuevo. Me tocaba a mí entrar sin él y lo hice a regañadientes. Ya no me acuerdo de las obras, pero sí recuerdo que miré por una de las singulares ventanas trapezoidales del museo y vi a Robert en la acera de enfrente, apoyado en un parquímetro, fumando un cigarrillo. Él me esperó y, cuando nos dirigíamos al metro, dijo: Un día entraremos juntos y la obra será nuestra.”

Soy Malintzin
Pedro J. Fernández
En Soy Malintzin (Grijalbo, 2021), el ingeniero en computación Pedro J. Fernández -autor de las novelas históricas Iturbide, Yo Díaz, La última sombra del imperio, Los pecados de la familia Montejo y Morir de Pie-, relata desde la misma voz de la Malinche el trauma cultural originario de nuestro país. Pedro reivindica al personaje tradicionalmente vituperado con la profundización psicológica de su testimonio dirigido a su hijo criollo Martin Cortés Manlintzin:

“Yo siempre estaré contigo, ya sea en vida o en sueños viejos. No me olvides, soy tu madre. ¡Yo soy Malintzin! Aquella que nació bajo el nombre de Malinalli y fue transformada en doña Marina a través de un bautismo de fuego y sangre; hija por igual de la diosa Coatlicue y de la Virgen que trajeron los españoles de tierras distantes; llamada traidora por aquellos que reclaman una historia que no es suya, señalada como mujer violada por los ignorantes que nunca han estado en un cuarto conmigo a puerta cerrada, que me inventan nombres e historias inflando el pecho para sentirse héroes.”

Hildegarda
Anne Lise Mastrand-Jorgensen
Hildegarda (Lumen, 2021) se propone desde la ficción literaria como un retrato psicológico y reconstrucción histórica de la monja prodigio del siglo XII de Europa, Hildegarda de Bingen. 50, de los 81 años de vida, son relatados en Hildegrarda para detallar su ingreso al monasterio de Disibodenberg durante su niñez hasta la validación del Papa sobre las visiones divinas que la poeta, compositora, bióloga, mística, divulgadora del orgasmo femenino e inventora de la medicina natural y la cerveza tal como hoy se fabrica, tuvo a lo largo de su vida.

“Hablan de ti, Hildegarda, desde Schmie hasta Disibodenberg. Dicen que solo con posar tus manos sobre ellos, los enfermos se curan. Dicen que eres la elegida de Dios, y que la tierra se ilumina bajo tus pies. Dicen que puedes ver el futuro y predecir la muerte.”

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