No son noticia para nadie las cifras escandalosas que en las últimas décadas han dejado las víctimas del feminicidio, en México y Latinoamérica. Es difícil integrar en el sistema penal dicho delito, en nuestro país por ejemplo, fue en 2012 cuando se tipificó como delito y cada día son las comunidades y asociaciones feministas las primeras en divulgar desapariciones y feminicidios y promover la visibilidad de otras agresoiones contra mujeres de todas edades a lo largo y ancho de los territorios en donde la justicia no siempre llega. Por otro lado, las alarmantes cifras de feminicidio y violencia doméstica, que tan solo los últimos dos años ha promovido la pandemia, son estadísticas para enfrentar y frenar.

Cristina Rivera Garza abre El invencible verano de Liliana (Literatura Random House, 2021) relatando el duro proceso de solicitar la carpeta de investigación años después del feminicidio de su hermana Liliana. En la búsqueda de justicia hace una revisión a la vida de la joven universitaria que dejó documentados sus ideales, pensamientos, sentimientos y proyectos en notas, cartas y libretas en los que expresa el amor por la vida y su espíritu romántico y luchón, como muchas mujeres que han sufrido a mano de sus parejas y que han podido dejar constancia de su vida, de su iluminador paso por esta tierra, de su destellante camino por el corazón de quienes las conocieron y recuerdan.

También es al comienzo que Rivera Garza nos muestra algunos flashbacks de cuando ella está escribiendo el libro: por ejemplo del feminicidio de Ingrid Escamilla y las movilizaciones para reclamar solución y justicia a su caso y cómo una feminista arrojó diamantina rosa al secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta Martínez en una manifestación tras la violación de una mujer por guardias de seguridad en agosto de 2019. Creando con ello una atmósfera de preocupación, hartazgo y enojo que después sirve como telón de fondo para darnos la información de vida de Liliana.

Uno no puede poner más énfasis a la importancia de la visibilidad de las vidas de las víctimas de feminicidio. La escritora cubre de palmo a palmo los números que hacen un país tan violento y profundamente machista como lo es México; y a su vez, analiza las entrevistas de conocidos, excompañeros y amigos de la joven para darnos un mejor contexto de la vida de Liliana y de la relación que tuvo con su presunto agresor. Durante el progreso del libro, Cristina cita en ocasiones algunos puntos a resaltar de No visible bruises: What We Don’t Know about Domestic Violence Can Kill Us de Rachel Louise Snyder haciendo énfasis en los notorios cambios de comportamiento que vivieron Liliana y su exnovio y posible agresor Ángel Gonzalez Ramos, los cuales ahora ella es capaz de identificar gracias a toda la documentación que dejó Liliana incluyendo sus diarios y garabatos que Cristina y su familia mantuvieron durante todo este tiempo y que pudo revisar tras 30 años, documentos que además han servido de sustento para el libro que enarbola la vida fugaz de su hermana.

Cristina constantemente apela a la personalidad independiente de Liliana lo que confronta aún más la capacidad de manipulación a la que fue sometida y que le impidió pedir ayuda, frecuentemente es Liliana dejando registro escrito y oral de que ella se pensaba capaz de mantener la situación bajo control con su exnovio, quien se dio a la fuga en 1990 tras el crimen.

El Premio Xavier Villaurrutia es otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México, dicho galardón ha sido entregado a figuras de la literatura nacional como Elena Garro y Juan Rulfo, el pasado miércoles 01 de junio Cristina Rivera Garza recibió el premio por el trabajo que ha dejado en las páginas de El Invencible Verano de Liliana, Cristina menciona tras recibirlo que lo dedica a todas aquellas mujeres que como Liliana han sido víctimas de la impunidad y la violencia.

Cristina Rivera Garza El invencible verano de Liliana escritoras mexicanas Feminicidio feminismo feminismo y literatura Premio Xavier Villaurrutia