Hace poco me enteré de la existencia de un prototipo de chatbot de inteligencia artificial. Es más conocido como Chat GPT y todo el mundo habla de él y de todo lo que puede hacer. La mayoría de la gente se ríe con los memes que dicen que este chatbot puede reemplazarlos en su trabajo; sin embargo, los memes (como casi siempre ocurre) no se alejan tanto de la realidad. La interacción entre humanos y máquinas ha sido tema de debate desde la existencia de las mismas con implicaciones tanto positivas como unas que no lo son tanto; para tratarlas de manera responsable o como un posible apocalipsis presagiado por Asimov. A continuación, presentaré tres libros que además de reafirmar que los memes sobre las inteligencias artificiales (IA) son ciertos, te harán reflexionar (y ponerte en modo conspiranoico) sobre las implicaciones éticas y sociales de la automatización.

El libro Mi vecino es un robot (Debate, 2022) de Erik Huesca, Javier Juárez y Paola Cicero es una obra que aborda temas relacionados con la inteligencia artificial de manera lúdica y educativa. Además de que se sitúa en el contexto mexicano y eso no sé si dé más miedo porque cada vez está más cerca de convertirse en realidad. En una serie de ensayos, podemos conocer cómo es que el término «tecnología» se ha quedado corto con todo lo que la ciencia ha avanzado. Al mismo tiempo que se adentra en la amenaza de nuestra privacidad, toca el tema de los empleos y de cómo se han estado perdiendo gracias a la automatización. Este impacto en el mercado laboral abre una discusión sobre la ética y uso de las IA y cómo éstas deben de ser reguladas, ya que si no se hace a tiempo y de manera correcta (correcto en el sentido socialmente responsable, no en cuento a temas de moral y si tienen o no pensamientos como en la película HER), se correría el riesgo de que la tecnología no se vuelva otro factor más de desigualdad.

Cada vez es más cercano el momento en el que realmente digamos que nuestro vecino es un robot. ¿Cuántas veces nos ponemos a pensar en cómo convivimos con artefactos que nos dicen qué hacer, cuándo, con quién, y cómo hacerlo? Esta interacción se ha vuelto cada vez más cómoda, cosa que es preocupante. Porque antes desconfiábamos, por ejemplo, del gps y ahora no podemos ir a algún lado sin que nos recuerde que debemos dar vuelta a la izquierda. Otro ejemplo, sólo para ponernos en perspectiva de lo que está siendo nuestra realidad, es cuando nos presentan a Neil Harbisson, un artista y activista cyborg que «gracias a la tecnología, pasó de no poder percibir colores a superar en esto a los otros humanos», esto porque ahora puede percibir la frecuencia de la luz ultravioleta y la infrarroja.

Privacidad es poder (Debate, 2022) es un libro escrito por Carissa Véliz que examina el valor de la privacidad y cómo ha sido socavado en la era digital actual. La información biométrica que facilitamos a los gobiernos o empresas hacen que realicen rastreos para poder predecir nuestro comportamiento y, por ende, poder influir en él. Los riesgos que corremos al exponer de esta manera los datos personales es algo que rara vez tenemos en cuenta cada que descargamos cualquier aplicación que requiere infinidad de información personal y que además se va alimentando poco a poco mediante interacciones que tenemos a través de las mismas. El abuso de poder que ejercen las empresas e instituciones gubernamentales está relacionado con la falta de privacidad en la que nos encontramos gracias a las plataformas digitales.

Este tipo de manipulación no es nueva; sin embargo, cada día se ha vuelto más sencilla. El controlar nuestra conducta e infundir pensamientos que les ayuden a ellos a vigilarnos continuamente es lo preocupante. A su vez, la falta de información acerca de cómo se usan los datos personales nos pone en un peldaño muy inferior. La autora también propone una serie de soluciones para recuperar nuestra privacidad y el fin de la economía de los datos. Datos que se traducen en poder, porque recordemos que no toda tecnología es mala, lo que sí lo es es no poder platicar con alguien y que esa plática pueda hacerse pública en cualquier momento, es poder manifestarse sin que corras el riesgo de que el gobierno te identifique. Recordemos que «no nos encontramos ante el fin de la privacidad, sino más bien ante el principio del fin del capitalismo de la vigilancia.»

¡Salvense quien pueda! (Debate, 2018) de Andrés Oppenheimer es un libro que explora el impacto de la tecnología y la automatización en el mercado laboral y en la economía mundial. Oppenheimer examina cómo la tecnología está cambiando la forma en que trabajamos y cómo afecta a los trabajadores de diferentes sectores y niveles educativos. El libro se divide en varios capítulos que exploran temas como la inteligencia artificial, la robótica, la globalización y la educación. El autor entrevista a expertos en cada campo y ofrece ejemplos concretos de cómo la tecnología está cambiando la forma en que trabajan. Proporciona también datos que son sumamente preocupantes para los trabajadores, ya que argumenta que en las próximas dos décadas el 47% de los trabajos existentes serán reemplazados por IA.

Es un libro importante para cualquier persona interesada en cómo la tecnología está transformando el mundo del trabajo y cómo podemos prepararnos para el futuro laboral, claro, si es que tenemos el privilegio y los recursos necesarios para poder costear una educación de calidad y la actualización que esta requiere. Para el resto de la población mundial tal vez sólo nos quede seguir riéndonos de los memes sobre el chatGPT. Aunque también las perspectivas que podemos tener en cuenta son la tecno-optimista y la tecno-negativista, o podemos conformarnos con un punto medio que es el ser optimistas cautelosos con lo que nos depara un futuro que ya no es tan lejano.

¿Has probado alguna IA ya sea para crear imágenes que sólo están en tu mente o para que te ayuden a hacer tu trabajo? Debo decir que es muy interesante hasta que te das cuenta que esa ayuda es lo que posiblemente en un futuro te reemplace. Y quién sabe, tal vez este texto lo escribió una IA y es muy poco probable que te des cuenta.

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