«No quiero ir nada más que hasta el fondo», fue el último rastro que Alejandra Pizarnik dejaría en su departamento en Buenos Aires, Argentina, antes de decidir terminar con su vida con una sobredosis de seconal sódico (un medicamento utilizado para tratar el insomnio) el 25 de septiembre de 1972. Una semana después su cuerpo sería encontrado.
Su poesía estuvo marcada por dos aspectos: su infancia en Buenos Aires, su ciudad natal, y su fascinación por la muerte, camino que ella misma eligió a la edad de 36 años.
Hoy 29 de abril, Alejandra Pizarnik cumpliría 85 años, y para recordarla, te dejamos cinco de sus poemas.
DÍAS CONTRA EL ENSUEÑO
No querer blancos rodando
en planta movible.
No querer voces robando
semillosas arqueada aéreas.
No querer vivir mil oxígenos
nimias cruzadas al cielo.
No querer trasladar mi curva
sin encerar la hoja actual.
No querer vencer al imán
al final la alpargata se deshilacha.
No querer tocar abstractos
llegar a mi último pelo marrón.
No querer vencer colas blandas
los arboles sitúan las hojas.
No querer traer sin caos
portátiles vocablos.
AGUA DE LUMBRE
Sí. Llueve…
el cielo gime montones desteñidos
sombras mojadas recogen sus trozos
cavidades barrosas tremendas
mezquinas gotas de agua sulfurada
si bien no sé cómo recojo las masas
de ver si me agita la pálida lumbre
tremendo espesor de perros y gatos
las gotas siguen
VAGAR EN LO OPACO
mis pupilas negras sin ineluctables chispitas
mis pupilas grandes polen lleno de abejas
mis pupilas redondas disco rayado
mis pupilas graves sin quiebro absoluto
mis pupilas rectas sin gesto innato
mis pupilas llenas pozo bien oliente
mis pupilas coloreadas agua definida
mis pupilas sensibles rigidez de lo desconocido
mis pupilas salientes callejón preciso
mis pupilas terrestres remedos cielinos
mis pupilas oscuras piedras caídas
POEMA A MI PAPEL
leyendo propios poemas
penas impresas trascendencias cotidianas
sonrisa orgullosa equívoco perdonado
es mío es mío es mío!
leyendo letra cursiva
latir interior alegre
sentir que la dicha se coagula
o bien o mal o bien
extrañeza de sentirse innatos
cáliz armonioso y autónomo
límite en dedo gordo de pie cansado y
pelo lavado en rizosa cabeza
no importa:
es mío es mío es mío!!
YO SOY
mis alas?
dos pétalos podridos
mi razón?
copitas de vino agrio
mi vida?
vacío bien pensado
mi cuerpo?
un tajo en la silla
mi vaivén?
un gong infantil
mi rostro?
un cero disimulado
mis ojos?
ah! trozos de infinito
¿Con qué otros poemas recuerdas a Alejandra Pizarnik? ¿Cuál es tu favorito? Cuéntanos en los comentarios.
*Imagen de portada: ctxt.es