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Amistades entrañables de la literatura
Citlalmina Guadarrama comment 0 Comentarios

Todos creen que tienen muchos amigos aunque rara vez se ponen a pensar en el concepto verdadero de la amistad. Se requiere de complicidad pero no solamente para salir de fiesta, de apoyo mutuo pero no a las decisiones que invariablemente nos lastimarán. Los amigos son aquellos con los que, a pesar de tener historias de vida independientes, se aferran a los puntos en los que estas se cruzan para poder crear anécdotas que contribuyan al crecimiento personal de cada uno. Estos autores tuvieron esto muy claro a la hora de plasmar esta relación tan olvidada.

Sherlock Holmes y el doctor Watson. Cuentos y novelas de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle

No hay mejor ejemplo de complicidad que el de dos personajes que se complementan en razonamiento y personalidad. Es una relación que vemos nacer desde Estudio en escarlata y fortalecerse y complicarse a lo largo de todas las novelas y cuentos posteriores. Además del gran cariño que existe entre los dos; sin las preguntas de Watson en el momento exacto de la resolución del crimen, la inteligencia y lógica de Sherlock no podría relucir de ningún modo.

El Principito y el zorro. El principito, Antoine de Saint-Exupéry

Esta historia funciona como un excelente primer acercamiento al significado de la amistad, ya que cuando somos niños tendemos a apegarnos a cualquier tipo de relación interpersonal que se nos presente como le sucede al Principito con la rosa, pero es hasta que conoce al zorro que finalmente comprende (junto con todos los pequeños lectores) que la verdadera amistad es libre para poder florecer en todo su esplendor.

Lila y Lenù. Saga Dos amigas, Elena Ferrante

Estas amigas son la prueba de que la amistad es de las pocas relaciones que pueden perdurar por toda la vida, siempre y cuando asumamos sus irremediables cambios. La amistad entre mujeres es compleja y es profunda lastimosamente porque se sufre en paralelo. Tal vez no se sufra lo mismo, pero la capacidad de sentir lo que la otra siente y acompañarnos tanto en el dolor como en la dicha, nos hace afrontar la vida con un poco menos de miedo.

Athos, Porthos, Aramis y D’Artagnan. Los tres mosqueteros, Alexandre Dumas

Los amigos siempre deberían ser nuestra red de seguridad, una cuadrilla dispuesta a estar para nosotros cuando necesitemos ayuda. Uno de los mejores grupos de amigos son los mosqueteros que conocen sus fortalezas y debilidades para poder trabajar en equipo y apoyarse los unos a los otros en cualquier aventura o intriga que se cruce en su camino.

Lord Henry Wotton y Dorian Gray. El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde

Wotton es lo que los padres denominan una mala influencia, ya que empuja a Gray a una vida de vicio gracias a su filosofía de inmoralidad. A su manera, Lord Henry se preocupaba por Dorian; como buen hedonista, creía que lo mejor para él era que disfrutara de todo lo que la vida le ofrecía, mientras pudiera, pues es él quien le dice que su mayor tesoro es su juventud y que debe aprovecharla.

Hermione Granger, Harry Potter y Ron Weasley. Saga Harry Potter, J. K. Rowling

El trío de oro son compañeros de escuela y de combate que van creciendo y aprendiendo juntos. Sí, Harry era el elegido, pero seguía siendo un niño cuando emprendió una hazaña para la que no estaba preparado y jamás la hubiera completado de no ser por Hermione y Ron. La historia se sostiene por todos los personajes a la vez y el mérito de la derrota de Voldemort es para todos, pero en especial para estos tres mejores amigos.

Mercucio Della Escala y Romeo Montesco. Romeo y Julieta, William Shakespeare

Mercucio es uno de los personajes más infravalorados del clásico de Shakespeare. Era un confidente leal de quien Romeo estaba seguro que no lo juzgaría. Trata de animar a su amigo por medio de la fiesta para que olvide su pena y hasta da su vida por él. Sin embargo, lanza una maldición sobre las dos familias enemistadas porque un buen amigo también dice los errores en alto cuando se han salido de control.

Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn, Mark Twain

Cuando somos niños y nos encontramos con otro, basta con preguntar su nombre y su color favorito para que se convierta en nuestro mejor amigo. Compañeros de juegos y travesuras, Tom y Huck son la pareja inseparable que sólo buscan aventuras para divertirse juntos, mismas que los llevan a presenciar asesinatos y escapar en repetidas veces en las dos novelas.

Tracey y su amiga. Tiempos de swing, Zadie Smith

Influenciada por la italiana Elena Ferrante, la novela de Smith, finalista del National Book Critics Circle Award, muestra no sólo una amistad completamente verosímil, sino también una crítica al sistema en el que se gesta. Tracey es la amiga con la que jugábamos de niñas a ser bailarinas, pero también es la amiga cuya vida ahora es sumamente diferente a la nuestra y no precisamente porque no siguiera sus sueños con suficiente fuerza.

Don Quijote y Sancho Panza. Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes

Las mejores relaciones de amistad son aquellas en las que se aprende uno del otro. Mucho se habla de la quijotización de Sancho y la sanchificación del Quijote, puesto que al final de la novela, ninguno de los dos personajes son los mismos que comenzaron la aventura juntos. Durante su viaje, las personalidades en apariencia opuestas terminan por hacer una dupla increíblemente eficaz que va mucho más allá de la fidelidad de un escudero a su amo.

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