Ejerció los más diversos oficios, incluyendo el de sirviente de una mansión a orillas del lago de Zurich. Desde 1929 hasta su muerte, vivió recluido en una clínica psiquiátrica. Es autor de relatos y novelas en los que supo instilar el misterio y el absurdo de la vida cotidiana. Destacan Los hermanos Tanner (1907), El ayudante (1908) y, sobre todo, Jakob von Gunten (1909).
A propósito de Walser, Luigi Amara opina:
…ocuparse de un hombre tan elusivo como Robert Walser, quien se resignó a vivir en un manicomio para darle la espalda al mundo, con la esperanza de que allí quizá sí enloquecería para siempre, vegetando por los rincones a la manera de Hölderlin, no tendría por qué estar libre de riesgos y contrariedades. A fin de cuentas, por más que sobresaliera en el arte de pasar inadvertido, por más que su mano derecha sintiera cierta animosidad hacia la pluma en vista de que su huella es más perdurable y enfática que la del lápiz, si en algo falló Robert Walser fue en su propósito de difuminarse en las catacumbas de lo indistinto, en que precisamente a causa de su escritura no fue capaz de completar la obra maestra de la invisibilidad.
Anterior Siguiente