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Orgullo y prejuicio, doscientos años después
Jaqueline Tavera Martínez comment 0 Comentarios

Es una verdad universalmente conocida que todo lector debería leer alguna vez en su vida Orgullo y prejuicio. Y hace ya más de doscientos años que esta novela, publicada de forma anónima, llegó para quedarse dentro de ese grupo en el que se suele categorizar a la “literatura universal”. Pero, ¿qué tiene esa historia creada por Jane Austen que sigue fascinando después de tanto tiempo?

Podría pensarse que una historia sobre los esfuerzos de una familia por conseguir marido a cinco hijas, en este siglo, en este año, cuando la independencia de las mujeres se canta por todas las voces, pudo haberse quedado hace tiempo en el olvido. Pero no es así. Doscientos años después, los lectores siguen suspirando por esta historia.

Elizabeth Bennet es la segunda hija de una familia inglesa cuya situación económica está en riesgo. Tras la muerte del padre, las cuatro hermanas de Lizzie y su madre quedarán a merced de un pariente lejano, quien heredará la propiedad en la que habitan. La señora Bennet busca entonces de manera desesperada, y muy cómica, encontrar marido para cada una de sus hijas. Parece que sus plegarias son escuchadas cuando un joven soltero, con una fortuna más que aceptable, se muda a la propiedad vecina. Con él llegan sus fastidiosas hermanas y el orgulloso señor Darcy. Un joven también soltero, con una fortuna mayor, pero cuya arrogancia y desdén hacia Elizabeth, tras comentar sobre ella en un baile que “no era demasiado bonita”, le han convertido en alguien despreciado por la comunidad de Meryton.

Fuente: fanpop.com

La novela originalmente iba a llamarse Primeras impresiones, un título más que adecuado dada la naturaleza de sus personajes protagonistas. Darcy es orgulloso, engreído incluso, y aun así (citándolo) se enamora, pese a su mejor juicio, de Lizzie, una joven sin fortuna con una familia imprudente. Lizzie, por su lado, cree que puede leer a la gente con facilidad, de ahí el prejuicio, y por tanto sus sentimientos hacia Darcy, tras las hirientes palabras de éste, son de desprecio.

El humor, la sátira y la crítica a una sociedad preocupada sólo por el bienestar económico y los matrimonios arreglados, son quizás algunas de las razones por las que esta historia sigue leyéndose doscientos años después de su publicación. Según una encuesta realizada por el diario del Reino Unido The Telegraph, Orgullo y prejuicio es el libro preferido de aquella nación. (Sí, sí, la misma que tiene a Shakespeare, a Dickens y a las Brontë).

Otra razón por la que quizá nos sintamos tan cercana a ella es por la forma en que Austen reflejó cómo se manejaba la sociedad en aquel entonces y cómo podemos encontrar similitudes con la actualidad. ¿No es extraordinario que tras doscientos años de revoluciones de todo tipo, tías, vecinas o amigas de familia sigan preocupadas por los matrimonios de jóvenes? ¿O que el eje central de muchas conversaciones sean los chismes del día a día entre vecinos o conocidos?

Fuente: blogs.elpais.com

Orgullo y prejuicio es la comedia romántica por excelencia. Adaptada en múltiples ocasiones a la pantalla: series de televisión, películas en versión zombie, versión moderna, versión de Bollywood, una serie en YouTube en formato de blog. Pero Orgullo y prejuicio es más que eso. Es una historia sobre la felicidad, sobre la búsqueda de ésta. La de anteponerla incluso frente al bienestar económico. Lizzie rechaza dos propuestas de matrimonio que podrían haber asegurado no sólo su comodidad económica, sino también la de su familia. Y eso, en el siglo XIX es revolucionario. Es incluso revolucionario hoy. Por ello, pese haber sido escrita hace dos siglos, ésta es una novela vigente.

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