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La identidad del enmascarado
Gerardo Luis Galindo comment 0 Comentarios

La lucha libre es un espectáculo que está en la piel de muchos mexicanos. Adentrarnos en las páginas de El enmascarado de terciopelo rememora la nostalgia de la niñez, cuando hipnotizados al televisor esperábamos con anhelo que nuestro enmascarado preferido ganara. De esta manera, regocijados por el anuncio, recreábamos la escena vista en pantalla pues nos identificábamos con el héroe ganador. A menudo solemos preguntarnos qué hay detrás de las máscaras: ¿quién es el sujeto misterioso que esconde? ¿Qué vida tendrá? La máscara mitifica al luchador, lo inmortaliza, lo eleva a un pedestal inalcanzable por todos nosotros.

Es un sujeto anónimo que nos asombra con sus movimientos en el ring pero ¿qué hay más allá? ¿Cómo será su vida fuera del cuadrilátero? ¿Cómo llegó a construirse ese héroe majestuoso que nos mantiene embelesados?

La lucha libre ya es patrimonio cultural de la CDMX. Fuente: WRadio

Diego Mejía, conocedor de la lucha libre y autor de este libro, nos enseña la identidad del enmascarado. Humaniza al héroe. Nos adentramos a la vida de un niño que persiguió sus sueños hasta llegar a ser “El enmascarado de terciopelo”. Todo el mundo puede pensar que un luchador tiene una personalidad completamente recta, con un carácter indeleble, una determinación absoluta y una fortaleza inigualable, pero no es así. Diego Mejía nos presenta a un personaje frágil, constante víctima de bullying y de quien incluso su padre duda de las actividades que le apasionan.

Este contexto es de suma importancia para entender al personaje y desmitificar el estereotipo del luchador. Es la vida misma, con todos sus altercados, contradicciones y oposiciones, la que construye a un verdadero luchador. No es una postura de insensibilidad como a veces se le suele asociar al luchador, al contrario, la sensibilidad, el llanto, el amor y el cariño son elementos muy importantes para crear una fortaleza que se nota en el cuadrilátero.




 

Mejía nos muestra una moraleja en sus dos libros, ¡Primera caída! y Muerde el polvo, historias muy humanas, ejemplares para cualquier lector que se deje seducir por esta magnífica historia con ilustraciones impresionantes de Ed Vil. A través de El enmascarado  de terciopelo entendemos que todos podemos convertirnos en héroes, en luchadores con defectos. Al mismo tiempo, se puede decir que el cuadrilátero de los dos volúmenes es una metáfora de la vida misma, donde de vez en cuando nos enfrentamos a problemas y lo que nos ayuda a derrotarlos son los recuerdos, nuestras más increíbles virtudes y los más tristes defectos.

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