Ha sido fundador y director de El Telar, coordinador de varios talleres literarios, guionista de cine y televisión, jefe de redacción de la revista Poesía, miembro del consejo de redacción de Los Universitarios y Cartapacios, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 1995. Es profesor de literatura, estética y guionismo en la Universidad La Salle de Cuernavaca y actualmente director de la revista Ixtus. Es autor de los siguientes libros de poesía: Permanencia en los puertos, 1982, La presencia desierta, 1986, Oro, 1990, Trinidad, 1992, Vigilias, 1994 y 2000. En 1990 ganó el premio Ariel por el mejor argumento original escrito para cine y en febrero de 2009 el Premio Nacional de Poesía de Aguascalientes por Tríptico del desierto. Actualmente reside en Cuernavaca.
Sicilia dice de su familia:
(Nací) en una familia de clase media, media-alta. Una familia católica. Mi padre fue un hombre de una profunda fe. Mi madre también. Pero mi padre mucho más incisivo en su vida espiritual, poeta. Publicó tres o cuatro poemas en su vida. Cuando murió yo recogí todo su material poético y lo publiqué en un libro, Bajo el árbol del Drago, una edición de autor con
el logo de la revista Ixtus. Mi padre venía de Las Canarias y el Drago era un árbol sagrado para los guanches, los primeros pobladores de esas islas.
En una entrevista realizada por Federico Arreola a Javier, el entrevistador dice:
Javier Sicilia, poeta católico, es un hombre absolutamente comprometido con su fe. Hoy vive el horror de haber perdido a un hijo. Juanelo no falleció por enfermedad o en un accidente, sino como una víctima de la guerra contra el narco. Le recordé al escritor algo que me había dicho en un encuentro que tuvimos varios días antes: que el corazón, debiendo estar hecho a imagen y semejanza de Dios, en el caso de ya demasiados mexicanos parece construido a imagen y semejanza del demonio. Pero su fe no ha disminuido. Hombre de profundas convicciones religiosas, mantiene su fe porque se siente mantenido por ella.
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