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El acto de tenderse en la piedra de los sacrificios
Breve tratado del corazón, de Ana V. Clavel
América Gutiérrez comment 0 Comentarios

En Breve tratado del corazón hay vidas ficticias que podemos intuir o inventar, lo mismo que las historias más reales, esas que vivimos cada uno a su manera, las que inspiran las noticias y las que nos contamos en voz baja. Estas historias son, hasta cierto punto, producto de una especie de suerte negra y el azar termina por convertirse en destino. Las vidas que se cruzan en esta novela utilizan como partida o como punto final el órgano perfecto del cuerpo humano: el corazón.

La autora logra inundar de humanidad a sus personajes, hasta a los más despiadados. La crudeza se siente en la segunda parte de la novela, es en ese momento cuando el corazón se aleja completamente de aquel signo, plano y banalizado, que se extiende desde la época victoriana hasta la actualidad como símbolo del amor romántico.

El oficio de escribir es indiscutible, pues la forma de abordar los deseos más bajos del ser humano con naturalidad no es cosa fácil. La autora sabe enfrentar los tabúes con la palabra, no le tiembla la pluma cuando es necesario llamar a las cosas por su nombre. La violencia, agresividad y los más bajos instintos del ser humano permean una obra profundamente sensible y bien escrita.

Ana Clavel por Barry Domínguez (México, 2009) en wikipedia.org

Esta ficción se nutre de mitos, leyendas y noticias alrededor de un órgano vital que tiene dos movimientos, es esa doble inquietud (sístole y diástole) lo que marca el pulso de esta novela, su constante movimiento, sus viajes por las entrañas de la ciudad. El metro es más que una locación para ambientar los viajes subterráneos donde se desarrolla la acción: es un personaje que devora y delimita las decisiones.

La narración se construye en esta duplicidad de movimiento, en la expansión del corazón y su relación con el resto del cuerpo. El músculo cardíaco determina la narrativa, funciona como una bomba: primero recoge la sangre de cada personaje o situación, llega a situaciones límite en las que se nota una falta de oxígeno en la que los lectores quedamos sumergidos en el sopor, pero la prosa bombea hacia los pulmones, donde se oxigena y libera los desechos metabólicos para alcanzar con vigor el elemento femenino del ser.

Sandra, La desconocida del Sena, Daniela, Alina y Casandra son el eterno femenino en su manifestación universal. Sus historias son nuestras historias, el hartazgo por la vida, el miedo, los descubrimientos, la violencia, el amor y la soledad. Cada una siente vibrar su arteria ulnar mientras del meñique pende el hilo rojo que las llevará a encontrar el alma con quien están predestinadas a unirse en la tierra.

Horacio es el personaje que manifiesta “el nudo de los vasos”, como Platón llamaba a este órgano. El corazón de Horacio era el de alguien más: le trasplantaron nuevas emociones, con un ritmo diferente, donde la fuerza de su contracción venía directamente de una pasión que no le pertenecía.

La narración de esta novela es orgánica en todo momento, es circulatoria, el cuerpo se convierte en el lugar idóneo a través del cual reflexionamos sobre la sociedad contemporánea, sobre el acto de amor en todas sus variables, las maneras de morir y una tercera: las formas de matar.

¿Qué es lo que hace del corazón un órgano tan especial para que tenga vigencia hablar hoy de él en términos similares a como lo hacíamos en la Edad Media? El cuerpo del siglo pasado, opaco y carnal, ha quedado obsoleto. Ahora se ha vuelto transparente, fragmentado, abierto y casi ilimitado.

El corazón es el órgano interno que más se siente: se escucha; incluso pueden apreciarse sus cambios de ritmo según los diferentes estados de ánimo. Todo eso hace que cualquier ser humano tenga una relación distinta con su corazón que con otros de sus órganos. Ana Clavel pone por escrito la relación de los habitantes de esta región con su corazón y recorre la Ciudad de México, utilizando el metro como ese sistema circulatorio imposible y nos sitúa en el medio del eje cerebro-corazón-sexo, que constituye el esquema vertical del cuerpo, donde el corazón es centro.

Metro de la CDMX, por Cuartoscuro en animalpolitico.com

La historia que cierra el libro, la de Casandra y sus asesinos, es brutal. Casandra no pierde la vida: gana su muerte, mientras sus asesinos continúan en una vorágine homicida. Este breve tratado toma el corazón del lector a manera de sacrificio humano: leemos con el corazón expuesto, la autora tiene la certeza de que lo que buscaba siempre estuvo en él, pero que al final de la novela ya se ha marchado y lo ha dejado vacío.

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